Oeste castellano

Procesar a los Reyes Católicos por expulsar a los judíos, próxima propuesta del PSOE

13 diciembre, 2017 00:00

El PSOE, a través de su secretario general, Pedro Sánchez, anda en la necrofilia, o sea, intentando desenterrar muertos por no se sabe qué afición inquietante. Ahora quiere exhumar a Franco por lo de la Guerra Civil. Por lo mismo habría que proceder contra Largo Caballero, Julián Besteiro, Indalecio Prieto y otros golpistas como ellos ligeros de pistola. Pedro Sánchez se ha ido a una fosa de represaliados a contar sus inteligentes cuitas, sin pensar, el hombre, que igual tributa homenaje a unos que mataron a otros que están por debajo en la misma tumba. Es lo que tiene remover viejos fantasmas, que frecuentemente se te aparecen los propios.

Pedro Sánchez está incurso en dos cosas no evidentes, sino comprobadas, ensañar a los españoles con sus propios muertos y en demoler la obra de Felipe González, que suprimió el marxismo como fuente inspiratoria del socialismo y quiso, siguiendo las enseñanzas de los participantes, terminar con los recuerdos infames de guerra. Pero siempre aparece una mentalidad adolescente para fastidiar el invento y, con él, la convivencia pacífica.

Si Sánchez y la dirección actual del PSOE se interesase por algo distinto a sus propios ombligos y sumarse al joven e inquieto Pablo Iglesias, igual habrían descubierto que su partido se estrenó en las Cortes con el Pablo Iglesias fundador “recomendando el atentado personal” al presidente saliente del Gobierno, Antonio Maura. Y ni el presidente del parlamento, Romanones, ni el candidato a sustituir a Maura, Canalejas, le hicieron apearse de su conciliadora recomendación. Esto está reflejado en el Diario de Sesiones, ese incunable que ningún parlamentario contemporáneo lee.

Cualquier día de estos, cuando Sánchez y su ejecutiva estén apáticos porque el tema de Cataluña, el paro, el desastre financiero nacional o el terrorismo internacional los aburre, elaborarán la teoría de procesar póstumamente a los Reyes Católicos por expulsar a los judíos y a Felipe III por hacer lo propio con los moriscos. Incluso un día propondrán recusar a Dios no por una cuestión de creencias, sino por lo que les hizo a Adán y Eva expulsándolos del Paraíso, ese sitio en el que estaríamos ahora todos tan ricamente dirigidos por los Sánchez, Iglesias, Junqueras y el espíritu -comunista, naturalmente- de Fidel Castro.

En mi pueblo hay una discoteca que llaman El Desgüace porque los parroquianos suelen ser separados, divorciados y mozos viejos solteros de nacimiento. La política española se va pareciendo a eso en sus dirigentes, hechas las salvedades que haya que hacer. Los partidos, por no tener, carecen incluso de militancia, salvo la de los individuos que viven o aspiran a vivir del presupuesto de una de las administraciones que gobierne su formación política preferida. Así que pare extraer a algún dirigente de solvencia, la cosa se está poniendo difícil. Y quién peor lo tiene es el PSOE, que una vez visto el papel de José Luis Rodríguez Zapatero y el que desempeña Pedro Sánchez, da en pensar cómo será el próximo secretario general: ¿uno que que se quede alelado mirando una mosca?