"Ahora que las golondrinas ya han migrado a terrenos más cálidos, hacía el sur de España y África, muchas personas piensan que se pueden destruir sus nidos libremente, hecho sancionable por la legislación y se pueden encontrar con una multa grave por esta destrucción". Así comienza un comunicado enviado por Ecologistas en Acción de Guadalajara, organización que recuerda que "los nidos de golondrina, aviones comunes y vencejos están protegidos tanto cuando están habitados como cuando están vacíos". De hecho, la legislación prohíbe expresamente “la destrucción o deterioro de sus nidos” y contempla multas que pueden variar desde los 5.001 a los 200.000 euros.

Ecologistas, además, recuerda que las golondrinas suponen un control natural de los insectos ya que cada una de ellas "es capaz de comer 850 moscas o mosquitos al día", además de hormigas voladoras, avispas y chinches. Sobre sus nidos, que están formados de bolas de barro siempre bajo una cubierta, explican que tardan unos diez días en ser construidos y tienen una vida media de 15 años, ya que las golondrinas lo van reparando.

"Si nos dedicamos a destruir sus nidos, además del riesgo de multas, nos encontraremos que en la primavera y verano una mayor cantidad de mosquitos en nuestro entorno, que desde el punto de vista de la comodidad y sobre todo desde el punto de vista sanitario, presenta muchos más riesgos e incomodidades", añaden los ecologistas, que recomiendan a propietarios de viviendas y comunidades de vecinos, en vez de aprovechar para destruir los nidos cuando las aves se marchan, conservarlos "a la hora de reparar, pintar o realizar cualquier acción en las paredes en las que se encuentran".