Presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha desde que arrancase la actual legislatura en 2019, Pablo Bellido (La Línea de la Concecpción, Cádiz, 1976) recibe a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM en el Parlamento regional con motivo de la celebración 40 aniversario del Estatuto de Autonomía, aprobado en las Cortes Generales el 10 de agosto de 1982.
Durante la entrevista, el también secretario provincial del PSOE de Guadalajara repasa la transformación experimentada por Castilla-La Mancha durante estas cuatro décadas y apunta hacia los numerosos retos que aún tiene por delante una comunidad autónoma que ha sabido hacerse a sí misma y construir una identidad propia sin renunciar al proyecto conjunto de España como país.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Alcalá, exalcalde de Azuqueca de Henares (2007-2015) y exdiputado nacional por Guadalajara (2016-2019), Bellido analiza las expectativas del PSOE de Castilla-La Mancha con vistas a las elecciones autonómicas previstas para mayo de 2023, asegurando que los ciudadanos tendrán que elegir entre el liderazgo de Emiliano García-Page más allá de las siglas del PSOE o por un proyecto del PP "con gente muy radical tomando decisiones", en referencia a la previsible entrada de Vox en las Cotes castellano-manchegas.
El próximo 10 de agosto se cumplirán 40 años de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. ¿Cuáles han sido las principales transformaciones que ha experimentado la comunidad autónoma en estas cuatro décadas?
La gran transformación es que los hombres y mujeres que vivimos en Castilla-La Mancha ya no estamos tutelados y somos dueños de nuestro propio destino. Si nos quedásemos con cosas materiales tendríamos que hablar de la universidad, de las carreteras, de la alta velocidad o de los hospitales, que son avances fundamentales, pero es tanto o más importante que hayamos tomado consciencia de que las grandes decisiones de todo lo que nos afecta las tomamos nosotros, las toma el pueblo de Castilla-La Mancha. El cambio en estos 40 años ha sido impresionante.
Es significativo que Castilla-La Mancha la única región de España cuyo nombre se separa con un guion. ¿Hemos conseguido que el albaceteño se considere paisano del toledano y que al de Guadalajara le importe lo que pasa en Ciudad Real?
Aquí no preexistía un sentimiento regional, pero cada vez tenemos más consciencia de que estamos íntimamente ligados y de que nos une un interés común. Es un sentimiento en constante evolución, pero entre todos los castellano-manchegos hemos ido adquiriendo una identidad propia positiva y complementaria con la identidad nacional. Somos dueños de nuestras propias decisiones, pero tenemos conciencia de que nuestro futuro está ligado al de nuestro país. Por cierto, se podrían haber optado por otros como Castilla la Nueva, pero elegir el nombre de Castilla-La Mancha fue un acierto. La Mancha es una comarca con una gran historia dentro de Castilla y si por algo es conocido este territorio es por Don Quijote de la Mancha, un símbolo de identidad cultural y literaria absolutamente universal.
Durante todo el año se están celebrando numerosas actividades conmemorativas y de celebración de esa efeméride a lo largo y ancho de la región. ¿Qué balance provisional puede hacerse?
Los actos están funcionando muy bien. Estamos muy satisfechos con la penetración y con la participación. Las actividades culturales y deportivas se han preparado en un contexto de salida de la pandemia y, por tanto, con la ilusión de ganar la calle y compartir esta celebración del 40 aniversario con toda la sociedad castellano-manchega. Sin embargo, también hemos tenido muy en cuenta la contención presupuestaria, porque no estamos en la época de los grandes fastos, y hemos tratado de que la programación ayude a los sectores más perjudicados por la crisis económica derivada de la crisis sanitaria.
Usted defiende que el Estatuto de Autonomía goza de buena salud aunque tanto el PSOE como el PP de Castilla-La Mancha se han tendido mutuamente la mano para revisar y actualizar el texto. ¿En qué aspectos es necesario avanzar?
Cuando hablamos de un nuevo Estatuto de Autonomía algunos piensan solo en la reforma de la ley electoral, que es lo menos importante. Sería absurdo aprobar un Estatuto de Autonomía que no abordase los principales problemas y desafíos que tenemos como sociedad: cómo blindamos los servicios públicos en el ámbito rural, que es donde están más amenazados porque es más costoso mantenerlos abiertos, o cómo defendemos recursos naturales como el agua, que deben estar al servicio de la conservación del medioambiente, pero también al desarrollo de nuestra tierra. Para eso hace falta voluntad en los partidos a nivel nacional, aunque creo francamente que falta más voluntad en el PP que en el PSOE.
¿El agua sigue siendo el principal escollo para aprobar el nuevo Estatuto de Autonomía en el Congreso de los Diputados?
Al PP es un asunto que le incomoda. En el año 2010 hubo un intento de hacer una reforma integral del Estatuto, en coherencia con lo que han ido haciendo el resto de las comunidades autónomas de España. En Castilla-La Mancha aprobamos un texto por unanimidad y cuando llegó al Congreso de los Diputados el PP se descolgó, impidiendo su aprobación.
¿Y a Ferraz no le incomoda de la misma manera este tema tan sensible?
El PSOE, a nivel federal, ha terminado aceptando las posiciones del presidente García-Page, que es el gran vencedor en el discurso del agua dentro del Estado. Ha convencido a la sociedad, dentro de que cada uno defiende sus intereses, de que nos abocamos a épocas de grandes sequías y de que Castilla-La Mancha no tiene más alternativa que utilizar el agua que está embalsada en la cabecera del Tajo, mientras que en el Levante sí que las tienen y son casi ilimitadas. Así que lo que tienen que hacer es aprovecharlas. Eso es algo que a nivel científico, intelectual y político está asumido en Castilla-La Mancha, en España y en Europa. ¿Dónde existe una resistencia? En los sectores que viven del agua que les llega por un canal desde 350 kilómetros y no pagan por ella. El agua del Tajo les llega prácticamente regalada y mientras eso sea así, lógicamente, van a preferir esa agua a otra que tengan que pagar.
Castilla-La Mancha tiene uno de los Parlamentos más pequeños de España, con solo 33 diputados. ¿Son suficientes para cumplir con su misión legislativa y controlar adecuadamente al Gobierno regional?
Son pocos. Por eso hay que destacar el esfuerzo y el magnífico trabajo que hacen los 33 diputados y diputadas de los tres grupos con representación en Castilla-La Mancha: PSOE, PP y Ciudadanos. Aquí se trabaja mucho, pero la realidad es que entre todos hemos convenido que no es una prioridad restablecer el número de diputados que había antes de la etapa de Cospedal. Desde mi punto de vista, creo que debería alcanzarse un acuerdo nacional que plantee una horquilla razonable de diputados autonómicos en función del número de habitantes.
Dice que no es una prioridad, pero el propio Gobierno de Castilla-La Mancha ha reconocido que la ley electoral debería ser "más proporcional". ¿Por qué ha mantenido la que aprobó en solitario el PP y fue tan criticada por el PSOE?
El presidente García-Page se ha comprometido a impulsar una reforma de la ley electoral solamente si existe un gran acuerdo político, al menos entre PSOE y PP, respaldado en Castilla-La Mancha y a nivel nacional. Las leyes que tienen que ver con el arbitraje y con la neutralidad del sistema no pueden aprobarse con el 51 % de los votos a favor, que es lo que hizo Cospedal. El PP redujo el número de diputados autonómicos porque no creía en ellos y suprimió su retribución intentó liquidar a la oposición negándole una dedicación exclusiva. Nosotros creemos que la política es importante y, sobre todo, que los diputados castellano-manchegos tienen que tener los mismos derechos que los de otros territorios y que la oposición tiene un papel en la democracia. Por eso hemos restablecido las retribuciones de todos los diputados autonómicos, incluyendo a los de la oposición, porque hemos considerado que la dedicación exclusiva es buena para la calidad de la democracia.
Quizá ahora que Núñez Feijóo preside el PP y mantiene una relación muy cordial con Emiliano García-Page sea buen momento para acercar posturas...
Pues ojalá. ¿Pero de momento qué sabemos de Feijóo? Que dice que no a todo con mayor suavidad que su antecesor. Dice no a renovar el Consejo General del Poder Judicial, a los grandes acuerdos de Estado, a las medidas de apoyo a las economías más débiles... Aunque con menos crispación que Casado, sigue diciendo que no a todo. Ojalá que esta actitud cambie.
Aunque ese cambio sea inmediato parece que en esta legislatura no da tiempo a tener ni nuevo Estatuto ni nueva ley electoral. ¿Se puede dar por descartado?
Absolutamente descartado. No se dan las condiciones en este momento. A pesar de que el presidente de Castilla-La Mancha mantiene unas buenas relaciones con Núñez Feijóo, y confiamos en que el PP a nivel nacional vaya modulando su oposición a todo para convertirse en un partido más de Estado, que es lo que demanda la sociedad, hoy por hoy no hay ningún síntoma de que el PP apoyase cualquier iniciativa de reforma que venga impulsada por el PSOE. Ojalá cambien las cosas.
Durante esta legislatura se han aprobado leyes de gran calado en el Parlamento regional. ¿Cuáles destacaría?
Me interesan muchos las que tienen que ver con la igualdad entre todos y todas. En ese sentido, destacaría la Ley de Despoblación y la Ley LGTBi. La Ley de Despoblación porque fue pionera y va a ser imitada por todas las comunidades autónomas, además de que va a inspirar una ley nacional que atienda a la equidad entre los territorios. Sobre la Ley de Diversidad Sexual y de Derechos LGTBi, creo que es muy importante que todos los ciudadanos y ciudadanas se sientan a gusto en su comunidad autónoma con el marco jurídico. Y también hemos aprobado leyes de carácter ambiental, que tienen que ver con la sostenibilidad del planeta. No podemos comprometer el futuro de las generaciones venideras, que tienen tanto derecho a disfrutar de un medioambiente razonable como nosotros. Hoy una de las grandes preocupaciones que tenemos como civilización es la calidad del aire y la temperatura, porque como no modifiquemos nuestros comportamientos los que vivan dentro de un siglo van a tener que soportar temperaturas de más de 50 grados en verano.
Muchas de esas leyes, pese a la mayoría absoluta del PSOE, han sido aprobadas si no por unanimidad, que también, al menos sin votos en contra. ¿Está contento con el tono del debate parlamentario y con los frutos que está dando?
Eso que comenta es la prueba de que en las Cortes de Castilla-La Mancha a veces hay mucho ruido, pero también hay muchas nueces. A todos nos cuesta a veces mordernos la lengua, pero es un deber que tenemos como representantes de una sociedad que mantiene un diálogo permanente entre sus componentes con educación y con respeto. Si nosotros no somos capaces de respetar al adversario lo convertimos en un enemigo, algo que es absolutamente deplorable y letal para la democracia. En general, la mayoría de las diputadas y de los diputados se esfuerzan por atenerse a este criterio de respetar al adversario.
Todas las encuestas vaticinan la entrada de Vox en las Cortes castellano-manchegas tras las elecciones de mayo del 23. ¿La llegada de un partido que no cree en el sistema territorial autonómico supone un riesgo de dinamitación del debate parlamentario?
Claramente. Si la sociedad quiere que estén tendrán todo el derecho de estar, pero según lo que veo que está pasando en otras comunidades, por donde pasa Vox se deteriora la democracia. Cuando hay fuerzas antisistema que tienden a confrontar y a simplificar peligrosamente todos los debates dividiéndonos entre buenos y malos, los partidos centrales de la Democracia, los del régimen del 78, que es el mejor que hemos tenido nunca en la historia España, deberían reflexionar sobre si quieren estar sometidos a radicalismos y a posiciones fanáticas que perjudican a la mayoría y hacen que el país se paralice en vez de buscar puntos de encuentro y consensos.
El PP de Juanma Moreno se ha quedado en Andalucía con todos los votos que ha perdido el Cs. ¿Teme que pueda ocurrir lo mismo el próximo año en las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha?
No lo creo. (Piensa un instante). La clave está en el liderazgo. La inmensa mayoría de la sociedad no cambia su opción de voto por parámetros ideológicos, pero confía en los proyectos que encarnan personas. Incluso más allá de las siglas, porque al final las decisiones las toman las personas. En ese sentido, Emiliano García-Page tiene la confianza de muchos ciudadanos que en otros procesos electorales votan al PP, a Ciudadanos o a otras opciones. En las elecciones autonómicas, sin embargo, votan a Emiliano porque le encuentran una persona razonable, moderada, centrada y, sobre todo, preocupada por los intereses de Castilla-La Mancha y no por los suyos propios o los del PSOE. Mi impresión es que lo que ha pasado con Moreno Bonilla en Andalucía tiene también más que ver con su liderazgo personal y con la gestión que con razones ideológicas.
¿Me está diciendo que Juan Manuel Moreno Bonilla se parece más a Emiliano García-Page que a Paco Núñez?
En el talante, sí. También creo que en Andalucía mucha gente ha votado pensando en qué era lo mejor para que el gobierno no dependiera de Vox, y ha concentrado el voto en Moreno Bonilla. En Castilla-La Mancha, lógicamente, el que piense en qué hay que hacer para que el gobierno no dependa de Vox tendrá que coger la papeleta de Emiliano García-Page. Aquí el PP ya ha dicho claramente que para llegar a la Junta pactará con Vox y con quien sea. Si la gente de Castilla-La Mancha quiere mantener el proyecto de García-Page, basado en la reconstrucción de la región y en la mejora de la sociedad, el PSOE necesita mayoría absoluta. Si no, llegará otro proyecto que se parecerá mucho al de Cospedal en 2011 y, además, con gente muy radical tomando decisiones. La gente tendrá que decidir lo que quiere.
Está dando por hecho que García-Page será por tercera vez consecutiva el candidato del PSOE a la Presidencia de Castilla-La Mancha. ¿Será así sin ningún tipo de duda?
Creo que es lo mejor para Castilla-La Mancha, así que quiero que lo sea y debe de serlo. Deseo que siga tirando de este carro porque le deseo el bien a la sociedad en la que vivo. Necesitamos un impulso más y todo el PSOE tiene claro que la mejor persona para conseguirlo es él.
Después de los malos resultados del PSOE en Madrid, Castilla y León y Andalucía preveo una campaña electoral en Castilla-La Mancha con muy poco logo del partido y grandes fotos de García-Page. ¿Si Pedro Sánchez pide participar será un disgusto?
No es una decisión que tome yo, que no tengo ninguna aversión personal por Pedro Sánchez. Hay muchas cosas de las que hace con las que estoy de acuerdo, pero tengo la suerte de poder discrepar de él con lealtad como militante y como dirigente provincial del partido en Guadalajara cuando lo considero oportuno, como he hecho con el agua y con otras cuestiones de calado. A mí no me gustan los socios que tiene el PSOE en el Gobierno de España, y lo digo sin ningún tipo de problema. Eso no significa que le tenga alergia ni manía al presidente del Gobierno, sino todo lo contrario. En tiempos muy complicados ha gestionado razonablemente bien y se está esforzando en ayudar a los que menos tienen. Dicho esto, cuando los ciudadanos de Castilla-La Mancha quieran elegir a su gobierno tendrán que pensar en su gobierno autonómico y no en el nacional. Tendrán que elegir entre el proyecto de Emiliano García-Page y el de Paco Núñez junto a los partidos con los que está dispuesto a gobernar si tiene la ocasión.
La gestión de la pandemia, de la económica derivada y ahora la desbocada inflación provocada en buena medida por la invasión de Rusia a Ucrania. ¿La escalada de los precios se puede llevar por delante a todos los gobiernos, como alertó Rufián en el Congreso?
No es que suela compartir las reflexiones de Rufián, pero esta me parece muy obvia. La inflación ataca con más crueldad a las rentas medias y bajas, facilitando mucho el trabajo de brochazo gordo que hace la oposición, sin atender a matices. Lo que hay que explicar es que la inflación es un fenómeno global y que en España está siendo inferior a la de Estados Unidos e igual que la de la media europea. No es una cuestión de que gobierne Pedro Sánchez, aunque haya medios de comunicación que se empeñen en presentarlo así. Si el Gobierno de España no hubiese tomado medidas la inflación sería exactamente la misma, pero los trabajadores tendrían un salario mínimo más bajo, los más necesitados no tendrían el Ingreso Mínimo Vital y la gasolina y la luz costarían más si no se hubiesen bonificado. ¿Son suficientes estas medidas? Probablemente no, pero si gobernasen los que ahora están en la oposición no se habría tomado ninguna de ellas. La situación económica está mal y se está complicando, pero el Gobierno de España está tomando decisiones para ponérselo algo más fácil a los más débiles.
¿En qué medida la incorporación de la castellano-manchega Isabel Rodríguez al gabinete de Pedro Sánchez ha ayudado a mejorar las relaciones entre las instituciones de Castilla-La Mancha con las del Estado?
Isabel Rodríguez es una de las mentes más brillantes que tiene la política española y nuestra relación con ella es extraordinaria. Su presencia en el Gobierno de España es un respaldo y una suerte para Castilla-La Mancha. Representa lo mejor de la escuela política del PSOE castellano-manchego, basada en la cercanía y en poner por delante los intereses de la región a los del partido.
¿Podría ser una buena presidenta de Castilla-La Mancha en el futuro?
Por supuesto, como otras personas brillantes del PSOE de Castilla-La Mancha. Pero mi impresión es que tenemos García-Page para rato. Ahora es el tiempo de Emiliano.
¿A usted le gustaría seguir siendo diputado regional y presidente de las Cortes o le apetece un cambio de rumbo?
Estaré siempre a lo que más ayude a Castilla-La Mancha y a Guadalajara, porque el compromiso con el proyecto colectivo es más importante que las personas. Antes de decir nada públicamente hablaré con las personas que lideran el proyecto del PSOE de Castilla-La Mancha para preguntarles qué quieren que haga yo. Así no les condicionaré y podrán ser más libres. Estoy muy agradecido por la confianza que se me brindó en su momento y estoy haciendo todo lo que está en mi mano para que el Parlamento autonómico funcione lo mejor posible y para que tenga aprovechamiento ciudadano. Lo que tenga que ser en el futuro lo decidiremos colegiadamente, posiblemente a inicios del 2023.