Piden 191 años para 7 implicados en el robo de un supermercado de Toledo que se saldó con un agente tetrapléjico
Este martes, 16 de mayo, está previsto el inicio del juicio --en la Audiencia Provincial de Toledo-- a un total de siete acusados implicados en el atraco perpetrado en una superficie comercial de la localidad toledana de Yuncos en octubre de 2013, en el que tras un tiroteo, el agente de la Guardia Civil Román David resultó herido de bala y finalmente quedó tetrapléjico.
Según el escrito de acusaciones del fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, para las siete personas que se sentarán en el banquillo de los acusados se pedirán un total de 191 años y 3 meses de cárcel, en penas que oscilan entre los 54 años y 10 meses y los cuatro años y medio.
A los tres acusados que más participación tuvieron en el atraco se les piden penas superiores a los 50 años de cárcel por los delitos de robo con intimidación, dos asesinatos en grado de tentativa contra dos agentes de la Guardia Civil, daños por incendio, tenencia ilícita de armas, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
De otro lado, para los otro cuatro participantes piden penas de entre cuatro años y medio y ocho años y nueve meses, imputándoles únicamente delitos de pertenencia a organización criminal, depósito y tenencia ilícita de armas y robo con intimidación en grado de tentativa.
El agente herido recibió disparos en el cuello y el hombro, y tras varios meses de ingreso hospitalario terminó en una silla de ruedas.
Hechos
Considera la Fiscalía que los tres principales acusados habían trabado una amistad que se había proyectado sobre la planificación e ideación conjunta de diferentes actividades delictivas, respecto de las que se repartían las funciones y también los beneficios derivados de las mismas.
Incluso tras estar detenidos por causas anteriores, tras cumplir sus penas reanudaron sus vínculos y su relación, proyectándola nuevamente en la planificación de nuevos actos ilícitos.
Así, decidieron que su próximo objetivo sería el establecimiento comercial de Yuncos. Un día antes del robo, J.M.C.P. acudió sobre las 21.00 para perfilar los últimos detalles necesarios para la ejecución de su plan, en particular comprobar las horas de cierre, ubicación de cajas, oficina y funciones asumidas por cada uno de los diferentes empleados.
Estos tres acusados de sendos homicidios en grado de tentativa se reunieron en una vivienda situada en la urbanización Dehesa de Moratalaz de Illescas propiedad de otra de las procesadas, M.F.S.A, que según el fiscal tenía pleno conocimiento del plan y que les ofreció cobertura para la ejecución del hecho.
Prepararon y cargaron las armas asumiendo que su uso sería precisa para intimidar a los clientes o para protegerse, y acudieron al lugar de los hechos ataviadas con máscaras, chalecos antibalas, gorros y guantes.
Se da por hecho por parte del fiscal que acudieron alas 21.21 horas al lugar de los hechos en un vehículo robado en Madrid recibido de manos de J.G.C. Los tres principales acusados entraron con el rostro oculto, gorras y armas dispuestas, dirigiéndose a una caja donde se encontraba una de las gerentes del establecimiento, y siendo conocedores de su condición, le instaron a abrir la oficina, llegando a coger del cuello a un empleado a quien llegó a amenazar de muerte, llegándole a encañonar por la espalda.
Al llegar a la oficina se hicieron con varias bolsas de dinero, mientras que otro de los asaltantes se dirigió a la caja principal para reclamar el botín de la misma.
Un cliente intentó huir
En el relato de los hechos probados, explica el fiscal que un cliente intentó abandonar el establecimiento, pero siendo interceptado fue obligado a permanecer de rodillas mientras era apuntado con un arma.
Once minutos después de entrar en el local se percataron de la presencia de un agente de la Guardia Civil, tras lo que repartieron entre los tres las bolsas con el dinero para disponerse a continuación a salir del supermercado.
Al llegar a la puerta de salida se toparon con el primer agente, y de manera sorpresiva y sin posibilidad alguna de que éste pudiera reaccionar, los tres asaltantes comenzaron a disparar, alcanzándole en el cuello. Una vez que cayó al suelo pasaron por encima de su cuerpo, dándole por fallecido, tras lo que además dispararon al vehículo oficial aparcado en la entrada para intentar acabar con la vida del segundo agente.
El agente herido sufre como secuelas tetraplejia, parálisis del plexo braquial izquierdo, úlcera de presión en zona sacra, trastorno adaptativo y cicatrices, y le ha sido recocida una discapacidad del 84%. Su tratamiento médico, asumido por una aseguradora, supera los 106.000 euros.
El segundo agente sufió trastorno de estrés postraumático y requirió tratamiento psiquiátrico y farmacológico, tras lo que pasó a situación de retiro por insuficiencia de condiciones psicofísicas que implican la incapacidad permanente en el ejercicio de sus funciones.
Además, una tercera persona que se encontraba en el aparcamiento cuando salieron los atracadores sufrió heridas en la piel de ambos párpados y erosiones corneales, ya que un disparo rompió la luna de su coche junto al que se encontraba.
Los atracadores realizaron al menos ocho disparos sobre ambos agentes, aunque solo alcanzaron al primero. Los tres asaltantes se dirigieron de nuevo a la vivienda de Illescas, y usando dos vehículos circularon por un camino rural hasta una laguna en el paraje conocido como Las Canteras, donde lanzaron las armas de fuego.
Los procesados se apoderaron de un botín de 2.442 euros, dinero que no ha sido recuperado. Dos de las armas fueros recuperadas parcialmente en la laguna.
Nuevo intento en diciembre
El 19 de diciembre, los acusados planearon un nuevo atraco en un establecimiento situado en el polígono industrial Polvoranca de Leganés. Contaron de nuevo con el apoyo de la procesada M.F.S.A., y en este caso de S.S.S., quien les procuró las armas de fuego utilizadas.
Ese día, cuatro de los ahora acusados se desplazaron a las inmediaciones del nuevo objetivo portando armas.
Por estos hechos, el fiscal pide 51 años y 10 meses para A.G.C.R. y M.A.S.D.; 54 y 10 meses para J.M.C.P; 10 años y medio para J.M.J.; 10 para F.J.G.A.B.; cuatro y medio para M.E.S.A.; y 7 años y nueve meses para S.S.S.
Reconocido por las instituciones
Román David Gómez, el agente que tras largos meses de recuperación quedó en silla de ruedas, recibió por el mérito de su intervención distintos reconocimientos institucionales, como la Medalla al Mérito Social de Castilla-La Mancha, así como la Medalla de Oro del municipio de Illescas.