Desmantelan una red de 31 búlgaros que usaba a menores para grandes robos en Talavera y otras ciudades
Agentes de la Guardia Civil han desmantelado una organización de 31 búlgaros que estaba especializada en hurtos durante las fiestas patronales en diversos municipios de la Comunidad, como Tres Cantos, Las Rozas o Majadahonda, ha detallado la Benemérita en una rueda de prensa junto con la Delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa.
A la organización se le imputa la participación en más de 187 delitos de "grandes hurtos" en Tres Cantos, Las Rozas, Majadahonda, Villanueva de la Cañada, Torrelodones, Soto del Real, Colmenar Viejo, Pinto, Pozuelo de Alarcón y Talavera de la Reina (Toledo).
Los detenidos son 12 hombres y 19 mujeres (entre ellas once menores de edad), que eran las que operaban físicamente los delitos. Todos ellos entre los 14 y los 58 años, de etnia gitana y procedentes del norte de Bulgaria.
Por estos hechos se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, delitos continuados de hurto y blanqueo de capitales. Tras ser puestos a disposición judicial se les ha prohibido la salida del territorio nacional y deben presentarse semanalmente en el juzgado.
Investigación
La investigación se inició el pasado mes de junio, coincidiendo con la celebración de las fiestas mayores de Tres Cantos. Durante las mismas se detectó la llegada de once individuos búlgaros en el interior de tres taxis que accedían a la localidad. Tras ser identificados se fueron, pero los agentes comprobaron que tenían numerosos antecedentes penales.
Al día siguiente se detectó que intentaron acceder nuevamente a Tres Cantos en coche cuando les transportaba otro miembro de la organización. Entonces, se montó un dispositivo de vigilancia encubierto que culminó con la detención de cinco miembros. Supuestamente habían cometido 23 delitos de hurtos de teléfonos móviles de última generación, que fueron finalmente recuperados.
Esto hizo sospechar que tras la célula podría haber una estructura delictiva de mayor calado, especializada en el hurto en grandes concentraciones de personas, especialmente fiestas patronales ya que aprovechaban el consumo de alcohol y drogas de sus víctimas "a sabiendas de que el estado de vigilancia quedaba mermado".
Para actuar, se trasladaban una o dos células que permanecían "toda la noche delinquiendo". Utilizaban aspavientos y choques fortuitos para sustraer teléfonos móviles, carteras o relojes. En el caso de que en el transcurso de alguna de sus actuaciones vieran peligro de ser identificadas se retiraban para no levantar sospechas, pero si conseguían consumar el hurto se dirigían hasta el lugar donde depositaban los efectos.
La Guardia Civil ha explicado que la organización estaba compuesta por 31 personas perfectamente jerarquizadas y aisladas, con distribución de funciones y coordinadas. Eran tres cabecillas, nueve intermediarios que desarrollaban el rol de jefes de grupo y varias células que cometían los hurtos: 19 mujeres jóvenes menores.
Desde Bulgaria
La mayoría de los miembros de la organización se había desplazado desde Bulgaria temporalmente para robar, sin vínculos familiares y sin conocer el castellano. Un dato relevante es que no vendían lo robado aquí, sino que trasladaban el material hasta Bulgaria en coche para no dejar rastro.
La red contaba, así mismo, con una red de 9 pisos 'okupados' en San Cristóbal de los Ángeles, Carabanchel, Villaverde y Vallecas, que fueron registrados y desmantelados a finales del mes de octubre. Allí se localizaron numerosos efectos procedentes de los hurtos tales como unos mil teléfonos, tarjetas, carteras, documentación, 2.500 euros que estaban escondidos en una persiana, así como diversas cantidades de dinero en euros y diversas divisas que al cambio se aproximan a los 5.000 euros.