La dramática historia de Daniel, el vigilante de Metro toledano que está en huelga de hambre

El vigilante de seguridad del Metro residente en Toledo Daniel Galán, contratado por la empresa Seguridad Integral Canaria (SIC), permanece en huelga de hambre desde el pasado lunes para denunciar que no cobra su nómina desde hace dos meses.

Galán, de 42 años y que está bajo control del Samur, ha explicado a Efe que ha adoptado esta decisión "extrema" para hacer ver la "injusticia" que están sufriendo los 550 trabajadores de SIC.

Este vigilante, que continúa trabajando para la empresa, vive con su mujer y sus dos hijos en Toledo y no puede pasarle la pensión a su exmujer y sus otros dos hijos, con el agravante de que ella trabaja en la misma empresa.

"Llevamos dos meses sin cobrar. La situación se va agravando y nadie nos ofrece una solución", ha indicado Galán, quien ha precisado que los trabajadores han reclamado la intervención de Metro, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y de la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena.

Ha asegurado que "en la Comunidad de Madrid se desentienden del problema, mientras que en el Ayuntamiento les dicen que este asunto lo tiene que resolver la Administración regional".

El consejero delegado de Metro, Borja Carabante, se interesó por la situación de este trabajador y le transmitió que la compañía del suburbano paga a la empresa subcontratada SIC y que no puede abonar directamente las nóminas a los trabajadores.

15 años como vigilante

Galán ha detallado que lleva quince años como vigilante de seguridad de Metro y que nunca antes había vivido una situación como ésta, en la que han sufrido retrasos en el pago de las nóminas en los últimos cuatro años.

Con un cartel en el que se podía leer "Vigilante de Metro en huelga de hambre. Seguridad Integral Canaria culpable. 550 trabajadores. Dos meses sin cobrar" este trabajador ha pasado el día de hoy en el vestíbulo del intercambiador de Sol acompañado de una veintena de trabajadores de SIC.

Los manifestantes han coreado consignas, han hecho sonar silbatos y han exhibido carteles para informar a los viajeros que llevan dos meses sin cobrar.