Una mujer de 27 años grababa y difundía pornografía infantil para satisfacer a su marido
Anngela Boyle está acusada de mandar imágenes de abusos a menores para excitar a su marido. Además, también habría hecho vídeos caseros en los que habrían participado niños. La policía lo ha calificado ya como “el peor caso” que han visto en décadas, según informa Mirror y recoge Telecinco.
La justicia estadounidense ha condenado a la mujer a treinta años de prisión. El juzgado ha declarado que Anngela, de 27 años y natural del municipio de White Lake (EE.UU.), estaba desesperada por complacer a su marido, que también ha sido sentenciado a sesenta años de prisión por un delito de pederastia.
Además, la pareja se había declarado culpable de haber llevado a cabo un plan de pornografía infantil mediante el cual habían planeado sacar fotos y vídeos desnudos a cuatro niños cuyas edades irían desde uno hasta nueve años de edad.
Por su parte, Anngela Boyle habría admitido a los agentes federales que tanto ella como su marido habrían abusado de una niña de un año y un niño de tres al menos cuatro veces.
Jerry Narsh, jefe de la Policía del Lago Orion, ha dicho que “Este tipo de investigaciones siempre afectarán a la comunidad, y la gravedad del crimen y la impotencia de las víctimas impactan incluso a los investigadores experimentados.”
La pareja, además, ha sido acusada por conducta sexual delictiva, como informan medios locales.
Según documentos de la policía del Lago Orión, la pareja comenzó a ser investigada en 2015, después de que un rastro electrónico llevara a las autoridades a creer que el marido habría estado accediendo a páginas webs que distribuían pornografía infantil.
Tras el seguimiento, se le requisó una cámara al sospechoso, la cual contenía un vídeo en el que aparecía desnuda una niña de un año de edad que la pareja conocía.
La pareja, en un interrogatorio, acabó confesando a la policía que se mandaban mutuamente imágenes de pornografía infantil.
En abril, Colin Boyle se enfrentaba a una pena de cadena perpetua. El juez federal de distrito, Gershwin Drain, le condenó a sesenta años en su lugar, lo que equivale esencialmente a una cadena perpetua, ya que no existe la condición de libertad condicional en los tribunales federales del país.
La abogada de Boyle, Kimberly Stout, le ha insisto al juez en que su cliente necesita un tratamiento para mantener la estabilidad de su salud mental mientras esté en prisión.