Drogas, cárceles, huidas y hasta bombas: los gravísimos líos familiares que lastran a la estrella del Real Madrid
La vida de Gareth Bale desde que fichó por el Real Madrid no es precisamente de color de rosa. Aunque en los deportivo no han faltado los éxitos, las lesiones están lastrando al que hoy por hoy está considerado uno de los mejores jugadores del mundo.
El diario El Mundo, publica un extenso reportaje en el que detalla los graves problemas familiares que tiene el futbolista galés y que podrían estar detrás de sus continuas lesiones.
Todo empezó un años antes de fichar por el Real Madrid. Su suegro, Martin Rhys-Jones se había separado de su mujer y decidió montar en 2006 una oficina de telemarketing en Barcelona con la que perpetraría su gran estafa: colocar acciones sin valor prometiendo rentabilidades imposibles. Engañó a 250 personas entre las que se encontraba un enfermo de alzhéimer al que le sacó 400.000 euros. El montante de la estafa llegó a los 2,5 millones de euros y varios de los afectados le denunciaron llevándole a una prisión española en mayo de 2012. En marzo de 2013 sería extraditado a los Estados Unidos. El juicio se celebró en el estado de Nueva York ya que fue donde abrió una cuenta que usó para mover el dinero de sus operaciones. Fue condenado a seis años de prisión. "Se ha movido por la avaricia," aseguró el juez.
Bale y Emma Rhys-Jones, su pareja, habían retrasado su boda hasta que su suegro saliera de la cárcel. Por eso planearon su enlace para el pasado verano. Pagaron medio millón de euros para alquilar el islote de Tago Mago, propiedad del novio de Norma Duval, donde el galés le pidió matrimonio. Lo que no sabían era que tendrían que volver a cancelar la boda.
En esta ocasión los problemas llegaron de una prima de la mujer de Bale, Epiphany Dring, Esta modelo de lencería fina huyó a Malasia con una maleta cargada de cocaína, relojes y una importante suma de dinero. Todo estaba cifrado en torno a 1'5 millones de euros.
El problema fue que todo esto pertenecía a una banda de narcotraficantes, al igual que los 112.000 euros que la Policía encontró en la chimenea del tío de Emma. El lío provocó un hostigamiento de los mismos narcos a la casa de los abuelos de la familia política de Bale. Le rompieron ventanas con piedras y ladrillos... y hasta la metieron una bomba en el buzón.
Quemaron los cohes de sus tíos
Los narcotraficantes quemaron los coches de sus tíos Anabella y Graham McMurray, también relacionados con el narcotráfico y que fueron detenidos por el blanqueo procedente de la venta de drogas. Algo que motivó a Bale a reforzar todas sus medidas de seguridad al extremo. Tanto es así que, según The Sun, Bale se gastó 560.000 euros para contratar ex militares británicos que protegieran su casa de Vale of Glamorgan (Gales).
La preocupación invadió a Bale y a su pareja. Se sentían objetivos de aquellos ataques y la policía galesa recomendó al futbolista que extremase sus medidas de seguridad. De hecho, el 24 de septiembre de 2016 el Real Madrid jugó en Las Palmas de Gran Canaria y hasta tres vigilantes de seguridad armados custodiaron la habitación del hotel de concentración del jugador galés. Éste también decidió reforzar la protección de su chalé en la exclusiva urbanización de La Finca de Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Cuando parecía que las aguas volvían a su cauce, Bale y Enma planificaron de nuevo su boda. Pero hace unos días Alexander, prometido de la hermana de su novia, apareció muerto. Vivía en Ibiza en una comuna hippie junto con sus hijos bajo una aparente normalidad. Según la citada fuente, eran felices y nadie se explica lo ocurrido, ya que el suicidio es la primera opción que baraja la Policía.
"En el club se tiene la sospecha de que Bale está somatizando todos esos problemas familiares. El concepto que se tiene de él es excelente, es un deportista con un comportamiento ejemplar, muy buena persona, pero está sometido a un nivel de estrés brutal por sus temas familiares, que podrían estar incidiendo en sus problemas musculares", desveló una fuente del Real Madrid a El Mundo.