El médico más marchoso de Castilla-La Mancha da ejemplo a los pacientes con una genial idea
Profesionales del Centro de Salud de la localidad guadalajareña de Horche desarrollan desde hace un año una iniciativa que tiene como objetivo mejorar la salud de los pacientes y usuarios del mismo. Semanalmente organizan salidas, en distintos horarios, para realizar rutas por la localidad y promover la práctica de ejercicio físico.
Francisco Guerrero, médico de atención continuada en Horche, ha impulsado esta iniciativa que, con la complicidad y participación de los vecinos, ha contribuido a mejorar la salud y condición física de todos ellos mediante la práctica de la denominada marcha nórdica.
Este tipo de marcha consiste en caminar con bastones especiales, un ejercicio que permite desarrollar “fuerza, resistencia, equilibrio, flexibilidad y coordinación”, y que, junto a su carácter social y de contacto con la naturaleza, “es ideal para cualquier persona y especialmente beneficioso en población mayor y personas con diabetes”, explica Francisco Guerrero.
La idea responde a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de practicar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Surgió desde la convicción de que “aunque los profesionales sanitarios sabemos de la importancia del ejercicio para los pacientes y sabemos orientarles, con frecuencia somos los peores cumplidores de lo que prescribimos” y así “nos beneficiamos los profesionales y los usuarios, y nos permite conocerles mejor”.
Se formó como instructor de marcha nórdica
Por este motivo, se formó como instructor de marcha nórdica para posteriormente llevar sus beneficios a los pacientes del centro de salud. Esta marcha, destaca, ayuda a controlar las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, diabetes y colesterol, además de frenar el deterioro funcional que sobreviene con la edad. También se recomienda en pacientes oncológicos, crónicos o personas con problemas de espalda, y al beneficio físico se le suma el “bienestar físico, mental y social”.
El empleo de unos bastones característicos permite que los miembros superiores se apoyen e impulsen y disminuye la sobrecarga de articulaciones de miembros inferiores. También ayuda a potenciar la musculatura paravertebral y disminuir dolores crónicos de espalda que se deben a malas actitudes posturales o a la propia inactividad.
En cada salida se recorren ocho kilómetros y las rutas, que permiten conocer el paisaje típico alcarreño, se diseñan con dos niveles de dificultad para que cualquier persona pueda practicar marcha nórdica aunque nunca haya hecho ejercicio, y “es válida a cualquier edad con una situación funcional adecuada y adaptándolo a las posibilidades o necesidades de cada uno”.
Las sesiones constan de diez minutos de calentamiento, diez de estiramientos y una marcha de al menos una hora, con paradas para realizar ejercicios específicos de fuerza, equilibrio y coordinación. Se enseña a los participantes a controlar la frecuencia cardiaca y medir el esfuerzo, nivel y resistencia de cada uno, contribuyendo a mejorar la relación entre las personas y el contacto con la naturaleza e incorporando beneficios como la relajación.
Una idea muy bien recibida por los vecinos
A las salidas dirigidas por Francisco Guerrero y por su mujer Pilar, también médico de Atención Primaria, se le suman las que organizan los propios vecinos mediante grupos de WhatsApp. “Han sido muy receptivos con la idea, ellos mismos dan a conocer la iniciativa y tenemos demanda permanente para abrir nuevos grupos”, subraya.
Por este motivo, dos veces al año imparten charlas informativas para animar a nuevos participantes y regularmente se forman grupos de iniciación en los que enseñan a manejar los bastones y sacarles el máximo provecho. Asimismo, Francisco y Pilar han ofrecido ponencias y charlas para aportar a los instructores de marcha nórdica conocimientos de anatomía, fisiología y la importancia del ejercicio físico en la salud.