Foto: La Bodega de Serapio.
La coqueta terraza escondida en el corazón de Albacete: más de 90 vinos y excelentes aperitivos
Además de una exquisita gastronomía, ofrece actuaciones en directo, exposiciones de arte y catas.
23 septiembre, 2024 11:27En pleno corazón de Albacete, en la calle Méndez Núñez, se encuentra La Bodega de Serapio, un coqueto local que data de 1892 y en el que se pueden degustar más de 90 referencias de vinos de todas las regiones de España. Todos ellos acompañados de excelentes ibéricos, exquisitos quesos y una cuidada selección de productos del mar y de la huerta.
Este establecimiento fue fundado hace más de un siglo para dedicarse a la elaboración de vino, pero el desarrollo urbano hizo imposible continuar con esta actividad, convirtiéndose en un local de venta al por mayor y al detalle de vino, como indica el cartel original que aún adorna su fachada.
Actualmente, tras pasar por las manos de diferentes propietarios a lo largo de su historia, La Bodega de Serapio es gestionada por los hermanos Pérez Abiétar, quienes han llevado a cabo su última reforma. Ambos han transformado esta emblemática bodega en un local de referencia, único, entrañable y acogedor, manteniendo al máximo la esencia de la antigua bodega.
Han conservado elementos representativos como las tinajas, el pozo, el suelo y la barra, y han recuperado conceptos ya desaparecidos como el vino a granel directamente de los depósitos y el descorche de botellas. Además, han ampliado la oferta de productos y han renovado el servicio, llevándolo a un nivel superior.
Música en directo, exposiciones, catas...
En este local se pueden degustar más de 90 referencias de vinos de todas las regiones de España por copas y también se puede disfrutar de excelentes ibéricos, exquisitos quesos, una cuidada selección de productos del mar y de la huerta, y una deliciosa cerveza artesana local.
Pero este establecimiento no solo destaca por la calidad de sus productos, sino también por su ambiente. Ofrece actuaciones en directo, exposiciones de arte y catas, y tiene un encantador patio cerrado custodiado por tres centenarias cepas de uva moscatel. Basta con cruzar sus robustos portones verdes para darse cuenta de que uno se encuentra en un lugar diferente.
