Carmen Lomana, que aspiraba a ser senadora con Vox, quebrantó el silencio de la jornada de reflexión y pidió el voto para su partido. Poco después borró el tuit, "para no molestar a tanto chismoso inquisidor". Pero su mensaje caló en Madrid, donde más de 23.000 personas marcaron su nombre en las papeletas. "Nunca imaginé que tanta gente se molestase en votarme", agradecería la mujer a través de las redes poco antes de irse a dormir.
El Senado ha adquirido una relevancia en esta campaña como no en ninguna otra anterior. Las propuestas de los nuevos partidos pasaban por reformarlo, si no cerrarlo: la propia Lomana defendía esta postura. El PSOE, por el contrario, abogaba por trasladarlo a Barcelona. La única formación de entre las cuatro más votadas que apenas proponía modificar la cámara era el Partido Popular, que ha revalidado la mayoría absoluta que ya obtuvo en 2011. 136 representantes obtuvo entonces frente a los 123 de este 20-D.
En Génova actualizaban compulsivamente la información del escrutinio. Del descalabro en el Congreso -donde han perdido a 63 representantes- pasaban al oasis de la Cámara alta. "Siempre nos quedará el Senado", parecían decir los populares. Lo mismo podrían afirmar desde el Partido Animalista contra el Maltrato Animal, quienes, aun sin conseguir entrar, se colaban entre Unión Popular-IU y UPyD.
Podemos y sus listas patrocinadas han alcanzado 17 representantes, mientras que a Ciudadanos se le han cerrado las puertas, aunque le corresponde representación por asignación territorial.
Madina, Sémper y Maroto, fuera
Más incierto es el horizonte que se dibuja en el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy sólo será presidente si se abstiene el PSOE de Pedro Sánchez, el mismo que le llamó "indecente" en su último cara a cara televisado. Por el contrario, el líder socialista necesitaría el apoyo de Pablo Iglesias -y de otros partidos- para gobernar, aunque desde Podemos ya advirtieron en campaña que no contemplaban esa posibilidad. Podría decirse que todas las agrupaciones han conseguido minorías absolutas para asaltar la Moncloa.
Pero entre estas dudas también hay algunas certezas, como la de Eduardo Madina. El PSOE se ha desplomado en la capital y el político bilbaíno, aquel que en su día le disputó el liderazgo al propio Sánchez, se despide de ser diputado. Su nombre se convirtió en trending topic en Twitter.
Lo mismo les ha pasado a otros dos vascos que representan el rostro más joven del Partido Popular: Borja Sémper y Javier Maroto se han quedado fuera del hemiciclo. Julio Rodríguez, el JEMAD de Podemos, y Juan Pablo Wert, hermano del exministro de Cultura que también engrosaba las filas del partido de Pablo Iglesias, son otros de los nombres que no se sentarán en la cámara.
Además, Andrés Herzog, Josep Antoni Duran i Lleida, Uxue Barkos y Carlos Callón se han visto obligados a firmar el acta de defunción parlamentaria de UPyD, Unió, Geroa Bai y BNG.