El descalabro en votos del PSOE y la mera posibilidad de que Pedro Sánchez explore un pacto con Podemos ha puesto patas arriba al partido. Las disputas sobre el liderazgo que permanecían anestesiadas por la campaña electoral tardaron apenas unas horas en reabrirse y llevaron a Sánchez a anunciar que pretende seguir al frente del partido. Primero Sánchez y luego Mariano Rajoy decidieron mandar un mensaje de autoridad a los suyos antes de meterse en la harina de los pactos.
El líder del PSOE fue el primero en sorprender a propios y extraños por la digestión del resultado electoral. La Ejecutiva del PSOE celebró una reunión en la mañana de este lunes en la que Sánchez defendió sus resultados como "aceptables", a pesar de que el PSOE ha perdido un millón y medio de votos y veinte escaños. Aunque el PSOE sólo ha ganado las elecciones en Andalucía y Extremadura, quedar por delante de Podemos es para Sánchez una victoria. "Finalmente el PP nos ha ganado, pero nosotros le hemos ganado a casi todas las encuestas", anunció a la prensa con una sonrisa el secretario de Organización y número dos del PSOE, César Luena.
Sánchez cree que el PSOE ha salvado los muebles y que esa dulce derrota lo legitima internamente para presentarse al congreso del partido que por las normas internas tocaría en febrero, pero que podría retrasarse varias semanas. Lo avanzó a su Ejecutiva y la noticia se filtró de inmediato.
El secretario general no tenía por qué hacer este lunes el anuncio. Estrictamente, no tocaba. Apenas habían pasado 12 horas desde que se conoció el resultado electoral y la inédita fragmentación del electorado había puesto en el centro del debate público los posibles pactos que permitan investir a un nuevo presidente del Gobierno.
El congreso del PSOE será en "primavera", según anunció en rueda de prensa César Luena. "Lo aplazamos hasta que termine el la sesión de investidura". "Primero, España", remachó. El número dos anunció que este sábado se celebrará un comité federal, el máximo órgano entre congresos. Se trata de un foro con decenas de dirigentes de toda España que deberá fijar la hoja de ruta del partido.
Los barones quieren que Sánchez se vaya
El diagnóstico de los principales líderes territoriales del PSOE es completamente distinto. Con mucho poder y siete presidencias autonómicas, los llamados "barones" tienen una importancia decisiva en las decisiones del partido y estaban preparados el mismo domingo para reclamar la marcha de Sánchez en caso de catástrofe. Que no lo hicieran denota que esperaban un resultado por debajo de los 90 escaños que finalmente logró el candidato.
Sin embargo, el discurso de Sánchez ante militantes y dirigentes en la noche del domingo encendió todas las alarmas. Sánchez mostró su disposición al diálogo para establecer una mayoría alternativa a la del PP, algo que sólo podría pasar por incluir en la fórmula a Podemos. Ese pacto es visto por dirigentes como Susana Díaz, presidenta de Andalucía, Guillermo Fernández Vara, el de Extremadura, o Javier Fernández, el de Asturias, como una insensatez.
El PSOE "no puede alcanzar pactos con nadie que defienda la independencia de Cataluña o la autodeterminación de los pueblos de España", aseguró Vara. "Nosotros no vamos a buscar pactos complejos ni pastiches de ningún tipo; lo que vamos a intentar es que Rajoy intente formar Gobierno", dijo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
Los barones territoriales ven dos problemas a un pacto con Podemos. El primero, que Podemos aspira a sustituir a los socialistas y mantiene postulados sobre la unidad territorial que podrían acabar con la credibilidad del PSOE en territorios como Andalucía o Extremadura, donde precisamente cosecha buenos resultados. El segundo es meramente aritmético. "El pacto con Podemos no sería suficiente. Durante la noche electoral, llegamos a sumar 169 o 170 escaños. Eso hubiera cambiado las cosas", en palabras de una fuente próxima a uno de los barones. "Pero ahora dependeríamos de Podemos, sus aliados en Cataluña, Valencia y Galicia, pero también de independentistas catalanes o Bildu", relatan. La inestabilidad sería máxima. Las consecuencias para la imagen del PSOE, probablemente irreparables.
Los barones también han visto como un gesto de "chulería" la decisión de Sánchez de anunciar su candidatura al congreso socialista. Uno de ellos llegó a asegurar que el candidato se había felicitado a sí mismo durante la Ejecutiva ante la falta de cariño de sus compañeros, pero tal afirmación no ha sido confirmada por varios miembros del sanedrín socialista.
Fuentes conocedoras de los planes de Díaz avanzan que el comité federal de este sábado marcará el camino que deberá transitar Sánchez y cerrará la puerta a pactos con partidos considerados radicales o que pongan en riesgo la unidad de España. Además, en la reunión podría quedar claro que Sánchez vive el principio del fin de su mandato y el congreso socialista podría adelantarse para poner fin a la inestabilidad interna. La propia Díaz se perfila como la candidata más fuerte de cara a unas nuevas elecciones generales o para explorar una fórmula imaginativa de Gobierno sin Podemos.