La secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz, ha marcado su línea roja: no se puede sentar a negociar con nadie que defiende la ruptura. En primer lugar, ha explicado que quien pone por delante esa condición, Podemos, está diciendo con claridad que no quiere acuerdos. Plantean “imposibles” que demuestran que no quieren nada con el PSOE, cumpliéndose algo de lo que ella alertó en campaña: Podemos ve al PSOE como el enemigo a batir. "A Podemos no le preocupa que Mariano Rajoy esté en Moncloa, sino que lo que quiere es eliminar al PSOE", ha subrayado.
En su diagnóstico de lo que le pasa a Podemos, Díaz tiene claro que el problema está en ese porcentaje de escaños que ha arañado de formaciones que defienden la autodeterminación. Por eso, como argumenta, el primer requisito que ha puesto sobre la mesa Pablo Iglesias ha sido ese y no ha sido la defensa del estado del bienestar, la sanidad o la educación. Para Díaz, Podemos se retrata así y aprovecha para atacarle con dureza por ese flanco. "No ha hecho lo que debe hacer la izquierda: poner igualdad de oportunidades por delante de cualquier otro elemento".
Así, para la presidenta andaluza, el escenario sigue igual que en la noche del 20D. Un "no" a Mariano Rajoy y al PP (se afana en recalcarlo por si se planteara la posibilidad de un sustituto o sustituta), por el sufrimiento causado a la ciudadanos y por la palabra dada al electorado. El PSOE le han colocado los ciudadanos como principal partido de la oposición. Y otro "no" a Podemos, mientras siga en clave soberanista.
La batalla, el lunes
Esta es la postura que llevará al comité federal del próximo lunes. El máximo órgano de decisión del partido entre congresos, y en el que, como ha dicho, se toman "las decisiones sobre pactos políticos". Una respuesta que retrata bien el pulso que mantiene con Pedro Sánchez, quien quiso frenar sus pies tras su reunión en Moncloa con Mariano Rajoy. Apelando a la "cultura de partido" de Díaz, le mandó un recado: "sabe que es esta dirección federal y mi persona quien marca y quien propone".
Para los socialistas con la unidad de España no se juega
Ante ese panorama de noes y la amenaza que sobrevuela de unas nuevas elecciones, Díaz cree que la “voluntad” de todos debe ser que no se produzcan. Ahí es donde deja un resquicio al "diálogo, consenso y acuerdo", pero siempre y cuando no se ponga en cuestión la unidad de España. "Quien hace eso no quiere España y no ama España y no quiere que haya entendimiento de la izquierda, porque para los socialistas con la unidad de España no se juega".
Díaz perfila un tablero en le que no cree que Podemos tenga capacidad de maniobra. Desde su experiencia en Andalucía, en el que le costó 80 días lograr su investidura, Díaz tiene muy claro que Iglesias está siguiendo la misma estrategia que siguió en Andalucía la líder de esta formación, Teresa Rodríguez. Ponen "imposibles" porque no quieren ningún acuerdo.
Ha repasado los bloqueos a los que se le ha sometido, y cree que esa "radicalidad" del Podemos de Teresa Rodríguez no es muy distinta que la de Iglesias. Como prueba, recordó el afán por intoxicar dos fechas señaladas en el calendario andaluz, el 4 de diciembre y el 28 de febrero, para hablar de independentismo, intentando "tergiversar y manipular" la historia de Andalucía.
Sin mencionar a Pedro Sánchez
Ni siquiera cuando Díaz es preguntada por el anuncio de Pedro Sánchez de presentarse a la reelección como secretario general de los socialistas menciona su nombre. No lo ha vuelto a pronunciar desde que se acabara la campaña. Ni siquiera la noche del 20D. Sabedora de que cualquier cosa que diga va a ser interpretada en que ella se anima a seguir sus pasos, esquiva la pregunta con una frase de manual: "En estas cuestiones orgánicas no entro. Yo estoy ahora mismo pensando en lo que necesita este país, me preocupa la estabilidad de mi país, respeto mucho las posiciones que cada dirigente y cada compañero".
También Susana Díaz manda un mensaje claro a Ferraz sobre las fortalezas y debilidades de unos y otros. Los socialistas son los segundos en el reparto de escaños, pero no tienen un apoyo mayoritario y han perdido la confianza del electorado, aunque en Andalucía hayan salvado los muebles.
Han ganado, aunque eso sí, por la mínima, 23 escaños frente a 22 del PP, una diferencia de 100.000 votos. Y lo más importante, ha sacado 15 puntos a Podemos, una formación que ha pagado su postura “muy radical” y por ir de la mano del PP-A, la famosa pinza, con la que intentado bloquear la gobernabilidad de la comunidad.
Que Díaz ponga sobre el tapete su victoria no es más que una demostración de fuerza frente a Sánchez.
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