Los populares confían en que el PSOE recapacite y finalmente se abstenga en la votación de investidura que propondrá a Mariano Rajoy como presidente. En Génova, el cuartel general del PP, siguen haciendo cuentas para encontrar los apoyos que se necesitan para facilitar la segunda legislatura del presidente Rajoy. Aunque en privado muchos reconocen que con otro líder las cosas podrían ir mucho mejor, en público nadie se atreve a pedir a Mariano Rajoy que dé un paso atrás. “El plan B de Rajoy es Rajoy”, aseguraba un alto cargo del PP a este diario días después del 20-D.
La obsesión de los conservadores es convencer a los socialistas de que un gran pacto entre PP y PSOE es necesario para la estabilidad del país. De momento, Sánchez ha visitado la Moncloa y ha dado un “no” rotundo a la investidura de Rajoy. Sin embargo, los conservadores confían en que el secretario general del PSOE termine cediendo, ya que la investidura del popular es “el mal menor” para los socialistas.
Si finalmente no se llega a un acuerdo y hay que convocar nuevas elecciones, altos cargos del PP consideran que el partido saldría reforzado. “Se vendería a los emergentes como los culpables de la ingobernabilidad del país. El PP sería el único partido que vendería ante el electorado un mensaje de unidad y concordia”. La peor parte se la llevaría el PSOE, el gran perjudicado de unas nuevas elecciones ante el auge de Podemos. “Se ha comprobado que, por la izquierda, votar a Pablo Iglesias puede ser el voto útil. Por eso al PSOE le beneficia no convocar elecciones”, dicen los populares.
Sea como fuere, el plan B del PP y de su líder pasa por mantener a Mariano Rajoy al frente de la lista por Madrid incluso si hay de nuevo elecciones. “No hay tiempo material para cambiar al líder y podría ser incluso peor electoralmente. Es mejor presentarse con él. Después ya vendrá el congreso al que no tendrá más remedio que dejar paso a otro si finalmente no consigue formar gobierno”.
El único que ha pedido que se acelere el congreso nacional del PP para elegir nuevo líder ha sido José María Aznar. El expresidente del Gobierno se presentó el lunes al Comité Ejecutivo Nacional donde se analizaban los resultados electorales, los peores desde 1989, y pidió delante de Mariano Rajoy una nueva fórmula para elegir al futuro líder: que los 800.000 militantes del PP voten y no sea él, como hizo el propio Aznar, el que designe a su sucesor.
El expresidente del Gobierno adelantó que él no presentará su candidatura para pilotar de nuevo el partido doce años después de poner su dedo divino sobre Mariano Rajoy. Los cercanos a Aznar entienden que esa fue la manera más sutil que tuvo el presidente de Faes de advertir a los marianistas convencidos de que es necesario renovar la cúpula. “Con ese mensaje Aznar viene a decir que él ya está buscando un hombre de su confianza que tenga fuerza como para recomponer al partido una vez caiga Rajoy”, aseguran fuentes del entorno del expresidente.
Minutos después de terminar el Comité Ejecutivo Nacional, el propio Mariano Rajoy se adelantó a la crisis que quería abrir José María Aznar en el momento más delicado del partido y anunció que se presentará a la reelección. El círculo más cercano al presidente del Gobierno espera que el Congreso se celebre una vez se clarifique cómo queda formado el Parlamento español, con un presidente ya ejerciendo. Solo si Rajoy consigue ser de nuevo presidente del Gobierno “será posible que se presente a la reelección. Si no, se echarán encima como pasa en el PSOE con Pedro Sánchez y le obligarán a dar un paso atrás”, reconocen las mismas fuentes.
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