De las últimas elecciones generales emergió una mayoría política de "izquierda”, "cambio” y "diálogo”. "Y cumpliremos”. Así se ha expresado Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, en la primera reunión del Comité Federal, el máximo órgano del partido entre congresos, tras las elecciones del 20 de diciembre.
En su discurso inicial, Sánchez insistió en que tratará de formar Gobierno si fracasa en su intento Mariano Rajoy, algo más que probable por el voto en contra de Podemos y del PSOE a la continuidad del presidente y "cualquier otro candidato del PP”, ha dicho.
"Somos el partido más capacitado para el diálogo. Y nos vamos a dejar la piel en ese empeño”, ha dicho tras una semana de fuego cruzado entre la Ejecutiva que él lidera y los poderosos dirigentes territoriales, encabezados por Susana Díaz, que rechazaban cualquier pacto con Podemos y asumían como inevitable una nueva convocatoria de elecciones.
Sánchez no sólo ha tendido la mano a Podemos sino también a otros partidos, "a derecha o izquierda”. "Aquí no sobra nadie”, ha asegurado, abriendo la posibilidad a hablar "con todas las fuerzas” políticas para lograr un gobierno alternativo al del PP.
La aritmética exige más que Podemos
Sánchez es consciente de que la aritmética no le es propicia. La suma de PSOE, Podemos, En Comú Podem (la marca que Pablo Iglesias comparte con Ada Colau), Es el moment (Compromis), las mareas gallegas e Izquierda Unida es de 161 escaños frente a los 163 que suman PP y Ciudadanos. Por ese motivo, Sánchez no sólo busca negociar con Podemos sino también con todo aquel que quiera echar a Rajoy, como podrían ser el PNV, Coalición Canaria o incluso ERC, Democracia i Llibertat (marca de Convergència Democràtica de Catalunya). Una abstención de Ciudadanos también facilitaría su investidura.
Tas la presión de los dirigentes territoriales, el PSOE no podrá negociar con Podemos o los nacionalistas catalanes que pongan como línea roja un referéndum de autodeterminación en Cataluña. "No dialogaremos sobre cuestiones como la integridad territorial de España” o "un referéndum que rompa España”, ha dicho Sánchez.
A partir de ahí, todo está abierto. También la celebración del congreso del PSOE que por las normas internas del partido toca en febrero pero que Sánchez trata de retrasar para que no se reabra la lucha por el puesto que él ocupa. "Paso a paso y sin atajos las soluciones irán apareciendo”, ha dicho Sánchez sobre un gobierno liderado por él que ahora se antoja demasiado lejos. Si él logra un acuerdo de investidura antes de que se celebre el congreso socialista, su liderazgo no será puesto en cuestión hasta que su Ejecutivo naufrague.
Los ejes del Gobierno de Sánchez
El secretario general también ha puesto sobre las mesas los ejes del pacto que se dispone a negociar en las próximas semanas:
1. Un "gran pacto para la recuperación económica justa”, "una suerte de nuevos acuerdos de la Moncloa” que alumbren un "nuevo estatuto de trabajadores”, una "fiscalidad suficiente” y la "transición energética”.
2. Pacto por la educación, la ciencia y la cultura.
3. Reconstruir el estado del bienestar. Un ingreso mínimo vital para los más desfavorecidos, refinanciar las comunidades autónomas y devolver la tarjeta sanitaria a los que se han visto privados de ella.
4. La reconstrucción del pacto de Toledo. Garantizar las pensiones y asegurar ingresos suficientes.
5. Pacto contra la violencia de género.
6.- Pacto para regenerar vida democrática y contra la corrupción.
7.- Abrir la ponencia en el Congreso de los Diputados para reformar la Constitución y alcarar las competencias.
8.- Pacto por Europa para recuperar la iniciativa de España en las instituciones comunitarias.