"La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas".
Pocas veces en la historia reciente del PSOE dos frases habían sido tan peleadas y abiertas a interpretaciones diversas. Pertenecen a la resolución que el Comité Federal del PSOE ha aprobado con abrumadora mayoría (sólo con cuatro votos en contra) tras una semana de intrigas internas y recados entre dirigentes en los medios de comunicación.
Las dos frases dan permiso a Sánchez para explorar un acuerdo con todos las fuerzas políticas salvo el PP, partido al que los socialistas votarán "no" presente al candidato que presente, según la misma resolución.
Sin embargo, esas 52 palabras también limitan el margen de maniobra del secretario general. Sánchez no podrá sentarse con Podemos con la esperanza de lograr un acuerdo que deje fuera ese referéndum sino que sólo podrá empezar a negociar si previamente se produce esa renuncia. Así que la pelota está ahora en el tejado de Pablo Iglesias.
Autocrítica, pero no congreso
La resolución contiene además un resumen del programa electoral del PSOE en torno al cual Sánchez quiere aglutinar a una mayoría de diputados en el Congreso de los Diputados. Fuentes de la Ejecutiva no han descartado a ninguna salvo el PP. Y lo cierto es que además de seducir a Podemos, la aritmética necesariamente llevará al PSOE a sondear a partidos minoritarios como el PNV, ERC o Democracia i Llibertat (la antigua Convergència Democràtica) o a buscar la abstención de Ciudadanos.
Si no lo logra, las repetición de elecciones que hoy es "la última opción" según el texto acordado se convertiría en la única salida posible para el país.
La resolución no contiene ni una palabra de la convocatoria del congreso que el partido tendría que celebrar en febrero. Aunque varios dirigentes territoriales llegaron a la reunión de este lunes con la esperanza de que no se demorara, la reunión no lo puso por escrito y Sánchez espera retrasarlo hasta que logre un acuerdo de investidura. Al mismo tiempo estará retrasando la decisión sobre su continuidad al frente del partido frente a una Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, que pese a amagar todo el rato tampoco esta vez se ha atrevido a cuestionar el liderazgo de Sánchez.
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