En los menos de dos años que Pedro Sánchez lleva al frente del PSOE ha tenido que hacer frente a una larga lista de desafíos que incluyen la oposición a la mayoría absoluta de Mariano Rajoy o la irrupción de Podemos, que fue el detonante de la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba. Uno de sus principales frentes ha sido el interno. Pocos meses después de su elección, apadrinada por buena parte de los dirigentes territoriales y antiguos referentes, Sánchez tuvo que comenzar a lidiar con fuertes críticas desde dentro. Con períodos de más o menos intensidad, no han cesado.
Este domingo, Ferraz quiere quitarse la espina clavada y para eso ha puesto toda la carne en el asador. Según fuentes socialistas consultadas por EL ESPAÑOL, el equipo de Sánchez lleva días llamando insistentemente a militantes y cargos del partido para llenar la Nave Boetticher, un moderno edificio restaurado a las afueras de Madrid.
Sánchez ha invitado a los exsecretarios generales del PSOE, incluyendo a los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, este último muy crítico con el rumbo del partido. González está de viaje, pero tendrá presencia a través de un vídeo. Zapatero participará justo después de volver de una misión de mediación en Caracas que lo ha llevado a Venezuela esta semana. Rubalcaba y Joaquín Almunia, los otros dos líderes del PSOE que se quedaron sin pisar la Moncloa como presidentes, también participarán en el evento.
El acto pretende ser la gran puesta de largo del PSOE a cinco semanas de las elecciones y su formato será clásico, de gran mitin. Sánchez será la estrella indiscutible, aunque es posible que participen la líder de los socialistas madrileños, Sara Hernández, y el portavoz en la Asamblea regional, Ángel Gabilondo, cuyos discursos impregnados de citas filosóficas suelen gustar a la militancia.
La mayoría de barones arropan al candidato
Una representación nutrida de dirigentes territoriales arropará también a Sánchez, comenzando por Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Javier Lambán (Aragón) y Francina Armengol (Baleares). Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) asistirá en función de la evolución de la crisis ocasionada por el incendio de Seseña (Toledo) y el equipo de Javier Fernández (Asturias) no confirmaba este jueves su presencia.
Otros referentes, muy críticos con la gestión de Sánchez, también se dejarán caer. Entre ellos probablemente esté Eduardo Madina, que repite como número siete en la lista por Madrid.
Fuentes socialistas aseguran que el mitin será la culminación de una jornada de trabajo en la que participarán los secretarios provinciales y, por lo menos, todos los cabeza de lista del PSOE en las elecciones al Congreso y al Senado. Se trata de cientos de cargos del partido en una nave con un gran aforo, pero donde Ferraz espera a poco más de un millar de personas.
Antídoto contra la desunión
El electorado huele la división interna y por eso los organizadores del acto han previsto el día como una exhibición de unidad, una arenga a los suyos y una recarga de baterías tras meses llenos de zarandeos.
Las encuestas no son muy favorables al PSOE, que confía en datos cualitativos (pequeños grupos de encuestados y sondeos a militantes del PSOE) para augurar un resultado electoral digno.
El PSOE espera al menos doblar el número de asistentes que acudieron el sábado pasado a Móstoles (Madrid) a la proclamación de Sánchez como candidato. Entonces, a pesar de que había una reunión del Comité Federal (máximo órgano entre congresos), faltaron muchos dirigentes territoriales. "Esto parece un funeral", llegó a decir uno de los próximos a Díaz, en referencia a una atmósfera más que discreta.
Sánchez aprovechará para mostrarse rodeado de los cuatro exsecretarios generales (aunque González, el más próximo, aparezca por vídeo), una imagen poco frecuente en el partido. En los últimos meses, Sánchez pudo hacerse esa foto en la última conferencia política, malograda por los atentados de París. También los consultó en una reunión secreta sobre Cataluña desvelada en exclusiva por EL ESPAÑOL.
Aunque el ambiente de julio de 2014, cuando Sánchez llegó al timón del PSOE, es irrecuperable, en Ferraz confían en que el chute de autoestima ponga al partido en marcha ante una cita infinitamente más compleja que la del 20 de diciembre.
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