En Podemos han elegido una nueva estrategia para referirse al PSOE. Con tono tranquilo y amable, tanto Pablo Iglesias como el resto de dirigentes del partido morado no paran de repetir mensajes positivos destinados a la formación de Pedro Sánchez. "Será nuestro aliado tras las elecciones". "Queremos dar el sorpasso al PP, no a los socialistas". "Si Podemos gobierna, será gracias a ellos". Mensajes que suenan dulces pero pueden ser envenenados porque, una vez pase la cita con las urnas del 26 de junio, el PSOE tendrá que elegir. Y de esa elección puede derivarse su pasokización.
El objetivo final de Podemos sigue siendo, tanto ahora como desde su fundación, superar al PSOE. Tampoco es un secreto que la estrategia es superarlo, primero, para ocupar su espacio, después. Iglesias y los suyos buscan que en España se repita el escenario de Grecia, donde Syriza consiguió acabar con el PASOK. Pasokizar al PSOE siempre ha sido uno de los principales ejes de actuación. En verano de 2015 el propio secretario general de Podemos escribía un célebre artículo, "Entender Podemos", en la prestigiosa publicación New Left Review.
Un artículo revelador
Por aquel entonces, Iglesias reconocía que "nuestro sorpasso al PSOE es posible, pero estamos muy lejos de su pasokización". Eso sí, después apuntaba que, en el escenario de pactos postelectorales, sí podrían acercarse a este punto. "No es descartable que se produzcan fórmulas de gran coalición entre el PSOE y el PP, que serían desastrosas para el país, pero que reforzarían nuestra imagen de única oposición. Sin embargo, para el PSOE, elegir esa opción podría implicar su mencionada pasokización y es probable que en esos contextos sus dirigentes se planteen otras posibilidades".
No es descartable que se produzcan fórmulas de gran coalición entre el PSOE y el PP, que serían desastrosas para el país, pero que reforzarían nuestra imagen de única oposición
El escenario descrito por Iglesias en ese artículo podía parecer lejano entonces. Ahora, no tanto. Teniendo en cuenta lo que dicen todas las encuestas publicadas en las últimas semanas, del 26-J volverá a salir un Congreso de los Diputados muy fragmentado, con cuatro fuerzas importantes que, de una manera u otra, tendrán que entenderse entre sí para que haya gobierno. Un entendimiento que se hace más necesario, si cabe, teniendo en cuenta el fracaso colectivo que supone la propia repetición de los comicios después de que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos no fueran capaces de ponerse de acuerdo para alumbrar un gobierno tras el 20-D.
La decisión del PSOE
La gran duda de las próximas elecciones generales es si la candidatura de Unidos Podemos logrará o no asestar el sorpasso al PSOE. Ocurra lo que ocurra, es evidente que tras el 26 de junio el PSOE tendrá con casi toda seguridad la llave de la formación de gobierno. La decisión de los socialistas tendrá que ser, como ya ocurrió después de las anteriores elecciones generales, entre apostar por un pacto de izquierdas con Podemos o buscar una gran coalición con el PP, toda vez que su pacto con Ciudadanos se reveló imposible en el intento de investidura de Pedro Sánchez.
Así las cosas, les guste o no a los implicados, el PSOE y Podemos tendrán que negociar después de las elecciones. En el partido de los círculos lo saben y ya están preparando el terreno. Solo hay que repasar sus últimas intervenciones y/o entrevistas para comprobar que, una vez cerrado el acuerdo con IU y, por tanto, más cerca del sorpasso, el tono hacia los socialistas es más amable que nunca. ¿Por qué? ¿Para qué? La respuesta, una vez más en Podemos, se llama relato. Los líderes del partido morado siempre están pensando en construir previamente el marco político para que el resto debata según sus designios.
El relato: el PSOE como aliado
Ahora, la estrategia consiste en dibujar un escenario en que ellos, que según los sondeos pueden quedar por delante del PSOE el 26-J, consideran a los socialistas sus "aliados naturales", sus amigos, sus socios potenciales. De esta manera, desde Podemos presionan a Sánchez y los suyos para que acepten acordar con ellos la formación de gobierno y, en caso de que no lo hagan así, se desgasten sobremanera entre el electorado de la izquierda.
Por enrevesada que pueda parecer esta estrategia, solo así, por esa búsqueda a medio plazo de la pasokización, pueden entenderse los últimos mensajes, a cada cual más dulce, que Podemos ha enviado al PSOE. Pablo Iglesias decía en una entrevista con La Razón que "si Podemos gobierna en España, será gracias al PSOE"; afirmaba a preguntas de El Diario que "es históricamente necesario en España que nos entendamos con el PSOE"; y decía a Público que "espero que el sentido común impere y podamos ponernos de acuerdo con el PSOE para alcanzar un acuerdo y hacer un Gobierno progresista". Pablo Echenique también ha dicho que "si el PSOE no quiere pactar con Podemos, su única opción es el PP". Mensajes similares que entroncan con su estrategia para dar el sorpasso y que tienen un mismo objetivo: señalar al PSOE como aliado para que, pasadas las elecciones del 26-J, si los socialistas no pactan con Podemos, acaben pasokizados.