La covid-19 ha despertado más conciencia con el cuidado del planeta. Y es que el cambio climático, junto con el colapso de la biodiversidad, son las mayores amenazas para la salud mundial del siglo XXI.

Se espera que los impactos directos del cambio climático causen aproximadamente 250.000 muertes adicionales por año entre 2030 y 2050, y los costes directos de los daños a la salud podrían ser de 2.000 a 4.000 millones de dólares por año incluso en 2030, según The Global Climate & Health Alliance (GCHA).

La ONU ha advertido que las mismas agresiones climáticas y ambientales pueden haber sido un factor importante en su ferocidad y expansión. Pero no solo hay que mirar la pandemia. El estrés en el clima amenaza la seguridad alimentaria e hídrica y aumentan las enfermedades como la malaria. Y esos impactos también están afectando negativamente en la salud mental.

Según GC&HA para 2070, se prevé que entre 2.000 y 3.500 millones de personas vivan en áreas no habitables debido al calor

Por ejemplo, se ha demostrado que la contaminación del aire es la mayor amenaza para la salud ambiental del mundo. Según GC&HA se producen 7 millones de muertes anuales por contaminación del aire y para 2070, se prevé que entre 2.000 y 3.500 millones de personas vivan en áreas no habitables debido al calor.

El cambio climático hará que las olas de calor y otros eventos extremos sean más mortales. También empeorará la contaminación del aire, aumentará la propagación de enfermedades infecciosas y provocará el colapso de los sistemas alimentarios. Actualmente, los países europeos son los más vulnerables a las olas de calor debido al envejecimiento de Europa y su población altamente urbana.

No serán los únicos que sufran. Según el informe Tackling climate change could be the greatest global health opportunity of the 21st century, entre 540 y 590 millones de personas podrían estar desnutridas, el aumento esperado de 1 metro del nivel del mar podría amenazar con desplazar hasta 565 millones de personas, mientras que casi mil millones de personas podrían estar expuestas a enfermedades transmitidas por mosquitos.

Carta de los sanitarios

En la COP26, más de 45 millones de profesionales de la salud (más de dos tercios de la fuerza laboral de salud mundial) han firmado y presentado una carta abierta en donde piden a los líderes nacionales y las delegaciones de los países representados en la Cumbre que intensifiquen la acción climática.

Junto a esa carta, Naciones Unidas ha lanzado un informe con 10 recomendacionesun conjunto de acciones prioritarias de la comunidad sanitaria mundial para los gobiernos y los responsables políticos, pidiéndoles que actúen con urgencia ante las crisis climáticas y de salud actuales.

Es el resultado de una consulta realizada a más de 150 organizaciones y 400 expertos y profesionales de la salud de todo el mundo.

Una motivación más: la salud

El cambio climático está perjudicando la salud de las personas en todo el planeta, aumentando la mortalidad e impulsando las desigualdades. Sin embargo, la salud es una parte importante de la solución; los impactos positivos en la salud de una acción más fuerte contra el cambio climático pueden motivar una mayor ambición global. 

Se espera que los impactos directos del cambio climático causarán aproximadamente 250.000 muertes adicionales por año entre 2030 y 2050

Según el informe de la ONU, Country commitments to build climate resilient and sustainable health systems, los sistemas de salud que son resilientes al cambio climático pueden ayudar a proteger a sus poblaciones de los impactos negativos (a corto y largo plazo); y los sistemas de salud sostenibles con bajas emisiones de carbono pueden hacer una contribución sustancial a la reducción de las emisiones nacionales y mundiales.

La pandemia ha puesto la guinda para que la salud haya sido elegida como un área científica prioritaria de la COP26 creándose el Programa de Salud de la COP26.

Recomendaciones

Los sanitarios piden que haya un compromiso entre los 197 países miembros de Acuerdo de París para crear sistemas de salud resilientes al clima y que se comprometan a realizar evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático y la salud (V&A) a nivel de población antes de una fecha establecida.

También ven necesario desarrollar un Plan Nacional de Adaptación (PNA) de salud, y facilitar el acceso a la financiación del cambio climático para la salud (por ejemplo, propuestas de proyectos enviadas al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), Fondo Verde para el Clima (GCF) o Fondo de Adaptación (AF) o programa de preparación del GCF).

Reducción de emisiones

El sector de la salud es un contribuyente sustancial a las emisiones de gases de efecto invernadero, que representan alrededor del 4,6% a nivel mundial. Por eso, los sanitarios quieren que se trabaje para convertirlo en un sistema sostenible con bajas emisiones de carbono. Piden una gran ambición a los altos emisores: establecer una fecha límite para lograr las emisiones netas cero del sistema de salud (idealmente para 2050).

Sólo el 50% de los países a nivel mundial tienen una estrategia nacional de salud y cambio climático 

Mientras se llega a esa fecha, quieren que todos los países se comprometan a realizar una evaluación de referencia de las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema de salud (incluidas las cadenas de suministro).

También que desarrollen un plan de acción u hoja de ruta que muestre cómo conseguir un sistema de salud sostenible bajo en carbono (incluidas las cadenas de suministro). Se ha demostrado que la exposición humana a la contaminación del aire tiene un efecto directo en la salud. 

Actualmente, sólo el 50% de los países a nivel mundial tienen una estrategia nacional de salud y cambio climático y no muy desarrollado, según el informe. Para construir un sistema de salud resiliente al clima, un país debe comprender cómo es vulnerable y su capacidad de adaptación al cambio climático.

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