El "terrorismo" del fuego abrasa Asturias con hasta 120 focos simultáneos: "Uno es de 5.000 ha, un récord"
Miguel Ángel Pérez, jefe de bomberos de Asturias, señala que “la situación es muy complicada”, con pavesas que crean más focos a 1km de distancia.
1 abril, 2023 02:26“Nos tenemos que dispersar bastante e ir priorizando. Hay incendios que llegan a partes rocosas y se pueden autoextinguir, pero el peligro es que en Asturias, dando la vuelta a una curva, te encuentras ya una casa”, comenta Miguel Ángel Pérez, jefe del área de bomberos en Asturias. El responsable de área lleva 32 años trabajando en la zona, pero asegura que este marzo “la situación es muy complicada”.
Estos días se han llegado a producir más de 120 focos simultáneos por toda la comunidad asturiana. Muchos de ellos son pequeños incendios sin mucho recorrido, pero hay otros que crecen hasta convertirse en un gran incendio forestal, como se califica en nuestro país a los que superan las 500 hectáreas calcinadas.
Como comenta Pérez, los esfuerzos se concentran, sobre todo, en tres incendios importantes que ganan terreno en el monte asturiano. Dos de 500 hectáreas y de 1.700, y un último de más de 5.000 hectáreas, que afecta al concejo de Valdés, aunque la extensión afectada cambiará con el paso de las horas. “Es récord en Asturias”, comenta el jefe de bomberos, que asegura que “con las rachas de viento con picos de hasta 100 km/h se propagan muy rápidamente”.
Para el responsable, estas condiciones adversas se unen a un problema, si cabe, más grave: la simultaneidad de focos. “Hay pavesas que se propagan por el aire, se adelantan al incendio y provocan nuevos focos secundarios a hasta en un kilómetro de distancia”, comenta Pérez. “Vamos controlando algunos, pero continúan prendiendo otros. Unos por saltos por el viento y otros porque hay quien los inicia”.
La Guardia Civil continúa investigando las causas tras los actuales incendios forestales, pero tiene claro el factor humano detrás de muchos de los focos simultáneos. Ante tal situación, el presidente asturiano, Adrián Barbón, pedía este viernes ayuda a la ciudadanía para identificar a los “terroristas del fuego” que ponen en peligro la vida de los equipos de extinción y de la población.
Como lo califica Pérez, marzo es uno de los “meses estrella” en los que se refiere a incendios en la cornisa cantábrica. Desde febrero hasta abril, “tenemos la campaña más importante, junto a la de septiembre y principios de otoño”, asegura el jefe de bomberos.
De acuerdo con los datos oficiales, los fuegos que más engordan la estadística de causas conocidas en la campaña son los intencionados y, sobre todo, en los meses de marzo, que suman la mayor cantidad de incendios. Desde que existen registros, en 1990, marzo acumula un total de 11.823, casi el doble que febrero y abril, los siguientes meses con mayor número de focos activos en la comunidad.
Según el experto, es este mes cuando es más propicio utilizar el fuego para generar pastos. “El combustible (como denomina a la vegetación disponible para arder) está en reposo vegetativo y tiene poca humedad”, apunta. Además, “el índice vegetativo aquí es alto, con lo cual la vegetación se reproduce muy bien y, para mediados de verano, se logra un pasto muy tierno y muy apetecible para el ganado”, explica Pérez.
En esto mismo coincide David Barraso, decano territorial en Asturias del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales (COITF). “Es un tema repetitivo”, subraya el ingeniero. La cultura del fuego heredada en la región se sigue llevando a la práctica, pero el problema es que las condiciones ya no son las mismas.
La despoblación y el abandono de actividades rurales han ido dejando un paisaje sin mosaicos, con una continuidad de vegetación muy peligrosa. “Antes había un montón de parcelas sin matorral que evitaban que el fuego se propagara por el monte”, explica el experto. Algo que también comenta Pérez: en un total de 51 núcleos de población desalojados, se ha puesto a salvo a 375 personas. “La mayor parte son población envejecida y pueblos deshabitados”.
Asimismo, aparte de que en esta época se dan unas condiciones de vegetación con una humedad baja, el ingeniero suma otras situaciones que disparan el riesgo de incendios, como son las temperaturas cálidas y el viento, que se dan cada vez en una ventana de tiempo más extensa. “Son más extremas” y “cuando antes podía producirse a lo largo de una semana, ahora se da en un período de tiempo mayor”, lamenta el ingeniero.
Quemas más restrictivas
En zonas como en Asturias se permite realizar unas quemas prescritas, acompañados de profesionales, y una quema autorizada de residuos vegetales que suele darse, sobre todo, por estas fechas. Quienes pueden solicitar este permiso son todas aquellas personas que tengan en propiedad fincas agrícolas o superficie de monte, así como empresas autorizadas. No obstante, a lo largo del otoño-invierno, tienen unas condiciones muy estrictas y en unas fechas muy concretas.
Ahora mismo, están todas suspendidas por prohibición expresa del gobierno asturiano, porque todo el mapa de la comunidad se mantiene, por el momento, en riesgo extremo de incendios. “Entre febrero y marzo se dan unas labores de limpieza de restos vegetales que los días que coinciden con condiciones como las de ahora se producen estos grandes incendios”, reconoce Barraso.
Entre otras cosas, como indica el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), queda prohibido también el tránsito por pistas forestales, salvo para medios de extinción, policía y personal de administración, así como el uso de maquinaria o herramienta motorizada en el monte. Como lamenta el ingeniero forestal, “toda Asturias está en peligro máximo y hay focos por todos los concejos”.
Más incendios en Cantabria y Galicia
El número de incendios también está creciendo en Cantabria. En el mes de marzo se han producido un total de 310 incendios y las últimas informaciones –en el momento de escribir este artículo– apuntan a más de una treintena de focos activos. De hecho, tal y como informa el 112 Cantabria, 34 de ellos se han producido en un solo día. La mayoría afectan a las zonas del Pas y la cuenca media, y hay uno que preocupa especialmente, que es el que afecta a Picos de Europa.
La ola de incendios que está a lo largo y ancho la cornisa cantábrica también ha llegado a salpicar a Galicia. Los más importantes, los de los municipios lucenses de Baleira y Lugo, que ya se han conseguido controlar, pero han dejado tras de sí unas 1.400 hectáreas calcinadas.
Respecto a estos incendios, la Guardia Civil ya ha imputado como investigado a un hombre de 78 años de Lugo como presunto responsable de la propagación de las llamas por realizar una quema de restos forestales sin la preceptiva autorización administrativa.
Hay que recordar que, en España, hay pena de cárcel de hasta 20 años si se pone en riesgo la vida de alguna persona, e incluso multas de hasta dos años de entre 10 y 400 euros, dependiendo de la gravedad del incidente. No obstante, y como bien reflejan las estadísticas oficiales, se desconoce la causa de la gran parte de incendios y, de los que se sabe que son intencionados, es complicado llegar a identificar al culpable.
Ante esta situación, para Barreso, lo importante es seguir insistiendo en lo importante, que es invertir en gestión forestal para evitar que estos incendios se produzcan de una manera tan virulenta. En muchas ocasiones, escapan a la capacidad de extinción. Como concluye el ingeniero forestal, “hay que ampliar y potenciar el trabajo del monte, y eso va a ayudar a luchar también contra la despoblación”.