Un pescador de Bajau Laut posa con su barco de madera en las aguas turquesas de Semporna.

Un pescador de Bajau Laut posa con su barco de madera en las aguas turquesas de Semporna. iStock

Historias

Los humanos adaptados genéticamente a bucear que están en peligro: así son los últimos nómadas marinos

El pueblo Bajau está abandonando su estilo de vida por culpa del cambio climático, la sobrepesca y la destrucción de los ecosistemas. 

1 julio, 2023 01:53

En Atlantis —nos referimos al hogar de Aquaman y no a la potencia militar de la que hablaron Platón, Timeo y Critias—, los habitantes tienen la capacidad de sobrevivir y respirar bajo el agua. Y, aunque en la vida real esto pueda parecer fisiológicamente imposible, existe un pueblo que se podría llegar a parecer a la idea de Mort Weisinger y Paul Norris. 

Se trata de los Bajau, un pueblo nómada marino. El último, de hecho. Desde hace siglos, esta comunidad vive en el mar y encuentra allí todo lo que necesita para su supervivencia. El océano es su hogar y unos largos barcos que se llaman lepa-lepa hacen de casa. Tan solo van a tierra firme cuando tienen que enterrar a una persona o para vender su mercancía. 

Su origen étnico es malayo, aunque su presencia se extiende por las aguas de Brunéi, Filipinas, Malasia e Indonesia. Como era de imaginar, su principal actividad económica es la pesca y lo hacen buceando a pleno pulmón, sin hacer prácticamente uso de ninguna ayuda. Para sus inmersiones, tan solo se valen de unas gafas de madera hechas a mano para proteger sus ojos, que a menudo se fabrican a través de un proceso cultural esencial que desarrolla la relación entre padres e hijos. 

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Desde una edad muy temprana, los Bajau aprenden a controlar su respiración bajo el agua y a pescar, lo que significa que al llegar a la adolescencia, suelen ser ya pescadores expertos. La capacidad que acaban desarrollando es increíble. Los Bajau pueden llegar a sumergirse durante 13 minutos a profundidades de hasta 60 metros para cazar meros, perlas o pepinos de mar —toda una delicatessen en Asia, especialmente en las sopas chinas—. 

Precisamente, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Copenhague en 2018 y publicado en la revista Cell sugirió que los Bajau se han adaptado genéticamente a esta situación peculiar. “Han experimentado adaptaciones únicas asociadas con el tamaño del bazo y la respuesta de buceo, agregando nuevos ejemplos a la lista de notables adaptaciones genéticas que los humanos han experimentado en la historia evolutiva reciente”, indica la investigación.

Un pueblo en peligro 

El pueblo Bajau es especialmente colorido, festivo y musical. Sin embargo, esa luz se está apagando poco a poco. El cambio climático, la sobrepesca y las políticas gubernamentales son tres obstáculos que en muchas ocasiones son difícilmente sorteables para las comunidades Bajau y amenazan seriamente su estilo de vida marino.

El aumento de uso de técnicas como la dinamita o el cianuro han ocasionado grandes problemas en los ecosistemas de esas aguas, restringiendo el acceso de los Bajau a sus zonas de pesca tradicionales. 

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Algunas comunidades se han visto obligadas a abandonar su estilo de vida nómada y asentarse en la tierra. Muchos se han convertido en agricultores y ganaderos. Otros viven una vida entre nómada y sedentaria, viviendo en aldeas sobre el agua, pero no muy lejos de la tierra. “Están considerados un grupo marginado que no disfruta de los mismos derechos de ciudadanía que sus compatriotas de la isla principal”, señalan desde la Fundación Aquae

Esta nueva vida, señalan desde la Fundación Pueblos del Mundo, supone un gran desafío para el pueblo Bajau y ya están perdiendo algo de su “identidad a medida que se integran con sus comunidades terrestres adoptadas”.

Sin embargo, por suerte, la riqueza cultural de los Bajau ha sido reconocida como digna de preservación. En los últimos años, son numerosos los trabajos antropológicos y, además, se han creado organizaciones como la Asociación de Artes y Cultura de Sabah Bajau y el Centro de Estudios de Borneo.