Este es el equipo de bomberos que frena suicidios en Madrid: la unidad de 'rescate' pionera en el mundo
Sergio Tubío es el impulsor de la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida de Bomberos de Madrid que ha creado los protocolos de la capital.
8 octubre, 2023 02:52“Un día estaba de guardia en el parque de bomberos y tuvimos una activación. Era de noche, y cuando llegamos, vimos que era un chaval de 16 años que se había precipitado por la ventana de su casa y había fallecido por suicidio”. El cuerpo sin vida del joven fue lo que fagocitó que el bombero Sergio Tubío se diese cuenta de que, en realidad, ni él ni sus compañeros sabían cómo enfrentarse a un caso como aquel. “Si hubiésemos llegado antes, ¿habríamos podido ayudarle?”, se pregunta.
Ahora, mientras le enseña a ENCLAVE ODS la estación de Manuel Becerra en la que está destinado, confiesa que no, que habrían hecho lo que “buenamente” hubieran podido. Pero eso “no es suficiente”. Tubío recuerda que aquella experiencia supuso un “duro golpe emocional”. Él ya era padre y, como civil, tuvo “miedo” al imaginarse a sus propios hijos enfrentándose a una situación así de límite.
Como bombero, además, admite que tuvo “una crisis de identidad”. Porque, dice, “entendía que el chaval tenía unas razones muy potentes para saltar por la ventana, pero si no comprendía cuáles iban a ser sus argumentos, no iba a saber contrarrestarlos”. Y fue precisamente eso lo que le llevó, tras meses y meses de investigación y de hablar con expertos, a montar la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida (ITS) de Bomberos de Madrid.
Este proyecto interviene en más de 350 intentos de suicidio anuales solo en la capital. Y esos son, matiza, solo para los que les activan: “Las tentativas son muchas más”. Su iniciativa que, asegura, es de todos sus compañeros del cuerpo, recibe este año el Premio Social Mapfre al Mejor Proyecto por su Impacto Social. La dotación del galardón, que asciende a 30.000 euros, se destinará, como explica Tubío, a diferentes iniciativas que “hacen un trabajo muy importante por la salud mental”.
Pioneros a nivel mundial
La Unidad ITS de Bomberos de Madrid es pionera en el mundo. Tubío y su equipo explican que han dado formación a compañeros de todo el territorio nacional y que, incluso, han saltado el charco.
La iniciativa se creó en 2018, precipitada por el caso del chico de 16 años, pero también “por un cúmulo de situaciones e intervenciones”. Tubío afirma que desde su entrada en el cuerpo de Bomberos en 2008 había visto muchos fallecidos por suicidio. Sin embargo, “era algo de lo que casi no se hablaba”.
Lo más sorprendente fue que cuando él empezó a investigar, no encontró “nada específico sobre intervenciones en tentativas de suicidio”. Tubío empezó a escribir borrador tras borrador con posibles procedimientos para humanizar su trabajo. Fueron sus propios compañeros los que le animaron a usar su “versión beta del protocolo” en las intervenciones.
“Veíamos que funcionaban”, asegura. Así que Tubío lo presentó en la Escuela de Bomberos. Manuel, el por aquel entonces jefe de la escuela, le reconoció que llevaban “esperando que alguien diera el paso 50 años”.
Pregunta: Eso es mucho tiempo. Como bomberos, tenía que ser durísimo intervenir sin tener ningún tipo de pauta.
Respuesta: Sí, es muy complicado.
A Tubío se le quiebra la voz: "Tener a una persona delante que ves que en un momento dado puede terminar falleciendo, pensar que la tienes delante, que puede ser cuestión de segundos… se cobra un peaje a nivel mental". Es, dice, "muy duro a nivel emocional".
Por eso, en (casi) un abrir y cerrar de ojos, se acabó creando la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida de Bomberos de Madrid. Ahora, Tubío y sus 30 compañeros, junto a 4 psicólogos y, “pronto, un médico forense”, se dedican a la formación. Porque, como dice, "lo importante aquí es que todos sepamos, en el día a día, actuar". Y ya han formado a los aproximadamente 1.500 bomberos de la capital.
Bomberos en acción
"Sentía que sobraba en el mundo, que ocupaba el sitio de otra persona, y me sentía egoísta”. Estas palabras se las dijo a Tubío una de las personas en tentativa de suicidio a las que rescató. Gracias a los protocolos que ha creado su unidad, consiguió conectar con ella y que “saliese de esa visión de túnel, de esa crisis específica”, cuenta.
¿Cómo lo hizo? Todo está en este nuevo protocolo que “está basado en la conducta suicida, no en una persona que está llamando la atención o que está alterando el orden público”.
P.: ¿Qué diferencia hay?
R.: Estamos hablando de una persona que está sufriendo, y es ese sufrimiento lo que le lleva a tener una agitación y una impulsividad muy elevada. Cuando llegamos, seguramente esté en modo visión de túnel, y ahí priman las emociones por encima de la razón.
Por eso, indica, es importantísimo, “siempre que sea viable”, eliminar estresores acústicos y luminosos, como serían las señales de emergencia de sus vehículos. Porque, dice, “puede ser que la persona se agite todavía más, y eso dificulta la intervención”.
En la capital, Bomberos de Madrid trabajan en colaboración con la Policía Nacional, la Policía Municipal y el Samur o Suma. Los avisos, explica Tubío, entran a través del número de emergencias (el 112). El protocolo de actuación coordinada es, explica, esencial “para saber exactamente lo que tiene que hacer cada servicio”.
En el caso, por ejemplo, de una llamada por posible precipitación, los bomberos sacan todo su arsenal: “Nuestro tren de ataque son los vehículos específicos que tienen que acudir, y suelen ser entre 16 y 19 bomberos en 4 o 5 vehículos”. Una vez sobre el terreno, recogen toda la información que necesitan para realizar una preplanificación: hablan con la familia, con los vecinos, evalúan los riesgos…
Después, minimizan o eliminan los riesgos colocando, por ejemplo, colchones. Se equipan y establecen las distintas zonas de intervención. “Una es el acercamiento en horizontal a la persona en la zona donde está, por ejemplo, desde el piso. Y también se despliega la autoescala para hacer un posible rescate o interlocución desde ahí. Porque, reconoce, “no siempre se sabe desde dónde vas a terminar haciendo esa interlocución”.
Primeros auxilios psicológicos
Tubío deja claro que la labor de los bomberos, más allá de rescatar a la persona, es realizar unos “primeros auxilios psicológicos”. La pauta más importante es que “tenemos que ser conscientes de que no podemos convertirnos nosotros en una amenaza”.
P.: ¿Cómo evitan ser una amenaza?
R.: En realidad, significa que cuando nos acerquemos tenemos que procurar que la persona no se asuste, que no quiera alejarnos o alejarse de nosotros. Porque si lo hace y está en visión túnel y no es muy consciente de dónde está, puede tener un traspié y terminar precipitándose.
P.: Parece complicado…
R.: Lo que hacemos es respetar siempre una distancia inicial, que normalmente son cinco o seis metros, y manifestando nuestra intención de ayudarle. Nos presentamos, le decimos 'mira, yo soy Sergio, soy bombero y he venido porque nos han avisado de que estás aquí en una situación que parece peligrosa y queríamos ver si te podemos ayudar y queremos saber qué te pasa'.
Tubío nos guía a través del procedimiento. Es importante, dice, en esos primeros momentos intentar generar un vínculo, una conexión. Y, sobre todo, advierte, “validar su sufrimiento”. El bombero explica que ese acercamiento ha de venir de la mano de frases como “entendemos que estás en una situación difícil para estar aquí”.
Es fundamental, también, permitir que la persona hable, se presente. Así funcionan los primeros auxilios psicológicos: “Lo que buscas es que esa persona ventile emocionalmente para que pueda disminuir su estado de agitación y, por lo menos momentáneamente, ese nivel de sufrimiento, desahogándose contigo”.
La labor de los bomberos es, básicamente, facilitar que la persona se comunique. Todo a través de “preguntas abiertas, con escucha activa, manifestándole claramente que estamos escuchándole, parafraseando, por ejemplo, lo que nos dice, manifestándole también que es normal que una persona, ante determinadas situaciones, llegue a sufrir tanto que se plantee esa idea”.
“Normalizar” el dolor
Los primeros auxilios psicológicos, continúa el bombero, se fundamentan en “normalizar” la situación y hacer que “la persona entienda que no es culpable de nada”. Y que tampoco “es un cobarde ni un valiente”, sino que “simplemente cuando las personas sufren tanto, puede aparecer esa idea en la cabeza como algo natural”.
Y es que “la conducta suicida se da cuando hay un desequilibrio entre los problemas que tienes y las herramientas que dispones para afrontarlos”. Cuando el sufrimiento “se perpetúa, muchas veces aparece el suicidio como opción”, añade. De ahí la importancia de “validar esas emociones y ese dolor”.
Algo que, asegura Tubío, “a la persona le calma porque de repente entiende que hay cierta explicación a lo que le está ocurriendo”. De hecho, confiesa el bombero, “cuando hablas con una persona en esta situación te das cuenta de que siente miedo de lo que está a punto de hacer”. Porque la crisis suicidas, explica, es “emocional” y, por tanto, “es un estado temporal”, y cuando pasa, la persona que la sufre “se asusta e incluso te pide ser rescatada”.
P.: Hacen las veces de psicólogos y de bomberos.
R.: Sí, pero es verdad que aquí hay que valorar mucho el trabajo de los psicólogos. Nosotros lo que hacemos es facilitar que la persona sea rescatada para que luego sea atendida por los sanitarios. Esto es un engranaje en el que actuamos policía, bomberos y sanitarios. Y nuestra parte es rescatar a la persona de la zona de peligro para que luego sea atendida en una zona segura.
P.: Pero no solo rescatan, conectan con la persona para que salga de esa visión túnel que mencionaba.
R.: La evidencia nos ha demostrado que la mejor manera de que esa persona salga de una zona de peligro es facilitando que sea ella la que valore una alternativa inmediata que no sea el suicidio. Y con los primeros auxilios psicológicos ganas un poco de tiempo para que la persona piense que se puede llegar a dar otra oportunidad.
P.: ¿Cómo os sentís los bomberos que intervenís en este tipo de casos?
R.: Te afecta porque cuando te muestran su sufrimiento es fundamental mostrar empatía y afecto. Más que decirles 'hemos venido a ayudarte', tienes que demostrar que tu interés de ayudar es genuino, porque eso activa directamente el sistema racional de la persona. Porque para aliviar el dolor hay que tocarlo, no puedes pasar por encima.
Tubío hace especial hincapié en no invalidar el sufrimiento de la persona. “Si tú ante una expresión de sufrimiento, le dices 'joer, la verdad es que tiene que ser muy complicado estar en una situación como la tuya', o 'llora lo que necesita que vamos a estar aquí el tiempo que tú necesites', le estás demostrando que quieres ayudar”.
Ofrecerle abrigo si hace frío o agua es una manera de conectar. “Cuando se lo ofreces y acepta, su cara suele cambiar, porque percibe realmente que la persona que tiene enfrente se preocupa”.
P.: ¿Alguna vez reciben ‘feedback’ o alguna reacción, a posteriori, de la persona rescatada?
R.: Muchas veces te dicen que tú en ese momento te conviertes en una especie de faro. Es muy tenue, pero en toda su oscuridad de repente te estás convirtiendo en una luz a la que pueden seguir, eres un faro que les puede ayudar a encontrar un salvavidas. Sabemos tristemente que no todo el mundo va a poder salir de su situación, pero también sabemos que sí, que es muy probable que si la persona sale de esa crisis de manera voluntaria o por su propio pie, la recuperación va a ser más favorable a que si tú la coges por sorpresa.