Por qué los días más cortos en otoño pueden deprimirnos: así puedes combatir el trastorno afectivo estacional
La falta de luz solar puede ser el precursor de un problema de salud mental, algo que se manifiesta especialmente durante esta época del año.
11 noviembre, 2023 12:07Llega el otoño. De repente, casi de un día para otro, los días se acortan. Durante el verano, los rayos de sol llegan hasta los últimos momentos del día. Sin embargo, ahora, a media tarde, ya asoma la oscuridad. Y esto, es algo triste para muchas personas. No es de extrañar, por tanto, que se conozca esto como tristeza invernal.
Para algunas personas, ese sentimiento puede ir más allá. En algunos casos, ciertas personas pueden experimentar cambios de ánimo con estas variaciones y puede incluso afectar a sus actividades diarias. Si has experimentado esa sensación, es muy probable que tengas el trastorno afectivo estacional, que es un tipo de depresión.
Y esto es algo mucho más común de lo que imaginamos. En Estados Unidos, según datos de su Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH por sus siglas en inglés), el 5% de los adultos experimentan este trastono y suele comenzar en una edad temprana, normalmente entre los 18 y los 30 años.
En la mayoría de los casos, los síntomas comienzan a finales de otoño o a principios de invierno y desaparecen en primavera y el verano. Aunque si bien es cierto que no se trata de un trastorno exclusivo del invierno y del otoño, ya que ciertas personas —aunque con mucha menor frecuencia— pueden experimentar síntomas depresivos durante el verano.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del trastorno afectivo estacional duran generalmente entre 4 y 5 meses, esto es, durante los meses en los que los días son más cortos. Los síntomas, que son en gran parte coincidentes a los de una depresión, tienden a reaparecer y luego mejorar aproximadamente en el mismo momento de cada año. Estos, según Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) del Reino Unido, incluyen:
- un estado de ánimo bajo persistente;
- una pérdida del interés en las actividades cotidianas;
- irritabilidad;
- sentimientos de desesperación;
- sentirse letárgico (esto es, falto de energía) y con somnolencia durante el día;
- dormir más de lo normal y tener dificultades para levantarse por la mañana;
- antojo de carbohidratos y aumento de peso;
- dificultad para concentrarse.
¿Qué causa el TAE?
La causa exacta del trastorno afectivo estacional no se conoce, aunque a menudo se relaciona con un desequilibrio bioquímico en el cerebro provocado por unas horas de luz más cortas durante las estaciones de otoño e invierno. En este sentido, algunos estudios han señalado la falta de serotonina como una de las posibles razones. La luz solar ayuda a regular la serotonina y, por tanto, su falta durante el invierno puede empeorar la situación.
Otra teoría sugiere que el cambio en nuestros ritmos circadianos puede estar detrás de este trastorno, esto es, cuando no estamos en sintonía con el horario al que estamos acostumbrados y no somos capaces de adaptarnos a los cambios en la duración de la luz del día. La reducción de los niveles de luz solar en otoño e invierno puede provocar un cambio en nuestro reloj biológico interno, algo que puede incidir en nuestro estado de ánimo, el sueño y las hormonas.
Finalmente, tal y como recoge el NIMH, las personas con este trastorno suelen tener estrés, ansiedad y pensamientos negativos sobre el invierno. No obstante, los investigadores no tienen claro, por el momento, si estos pensamientos negativos son causa o efecto de la depresión estacional, aunque coinciden en que puede ser un foco de tratamiento útil.
¿Cuáles son los tratamientos?
Existe una variedad de tratamientos diferentes para el trastorno afectivo estacional, que se dividen, según el NIMH, en cuatro: fototerapia, psicoterapia, antidepresivos y suplementos de vitamina D. La fototerapia y la vitamina D, señalan, se usan para tratar el TAE de patrón invernal, mientras que la psicoterapia y los medicamentos antidepresivos se utilizan para tratar la depresión en general, incluyendo el TAE invernal y el estival.
También existe toda una serie de cosas que cualquier persona puede hacer en casa para aliviar los síntomas. Por ejemplo, establecer metas realistas; hacer cosas que puedan hacerte sentir mejor (como ir al cine o hacer jardinería); hacer ejercicio con regularidad; llevar una dieta saludable y equilibrada; o evitar el consumo de alcohol y drogas.
En todo caso, si se ve identificado con estos síntomas, lo recomendable siempre es acudir al médico para que pueda diagnosticar correctamente el problema y, así, ofrecer el tratamiento que mejor se ajuste a cada persona.