La contaminación del aire provoca 1 de cada 8 muertes al año en todo el mundo: "La urgencia es innegable"
El informe sobre el Estado Global del Aire asegura, además, que cada día mueren casi 2.000 menores de 5 años.
19 junio, 2024 02:048,1 millones de personas perdieron la vida en 2021 como consecuencia directa de respirar aire contaminado. O, lo que es lo mismo, más de 1 de cada 8 muertes anuales estarían provocadas por la polución atmosférica. Así de contundente se muestra el último informe sobre el Estado Global del Aire, publicado el 19 de junio y elaborado por el Instituto de Efectos sobre la Salud (HEI, por sus siglas en inglés) y el Instituto para las Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) en colaboración con UNICEF y científicos de la Universidad de la Columbia Británica.
De esta manera, por primera vez, la contaminación atmosférica se sitúa por delante del tabaco y la mala alimentación como factor de riesgo de muerte. Y solo detrás de las enfermedades cardiovasculares.
“La exposición a la contaminación del aire está asociada con impactos en los principales sistemas de órganos de los seres humanos”, explican los autores del informe. Su objetivo, aseguran, es “entender los riesgos a los que se enfrentan diferentes grupos de población y los impactos de los distintos contaminantes” para llevar a cabo “acciones informadas que puedan salvar vidas”.
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La bióloga Elena Craft, presidenta del HEI, explica que “la contaminación atmosférica tiene enormes implicaciones para la salud” e insiste en que es bien sabido que “mejorar la calidad del aire y la salud pública mundial es práctico y factible”. Se trata, dice, de la mejor manera de evitar estas muertes evitables.
Un problema para la infancia
Desde UNICEF, alertan de que, como recoge el informe, la contaminación atmosférica se relacionó solo en 2021 con más de 700.000 muertes de menores de cinco años. Esto, recuerda, “la convierte en el segundo factor de riesgo de muerte en el mundo para este grupo de edad, después de la malnutrición”.
Pero es que, además, inciden en que “la asombrosa cifra de 500.000 de estas muertes infantiles estaba relacionada con la contaminación del aire dentro de los hogares debido a la cocción en interiores con combustibles contaminantes”. Esto sucede, sobre todo, en África y Asia.
En el informe, además, se corrobora que “los mayores efectos sobre la salud de la contaminación atmosférica se observan en la infancia”. Pues los menores son “especialmente vulnerables” a la mala calidad del aire.
Kitty van der Heijden, directora ejecutiva adjunta de UNICEF, apunta a que cada día mueren casi 2.000 niños y niñas menores de cinco años debido a los efectos sobre la salud relacionados con la contaminación atmosférica. “Nuestra inacción está teniendo profundos efectos en la próxima generación, con repercusiones en la salud y el bienestar para toda la vida”, asevera.
Y lamenta: “La urgencia mundial es innegable; es imperativo que los gobiernos y las empresas tengan en cuenta estas estimaciones y los datos disponibles a nivel local y los utilicen para fundamentar acciones significativas y centradas en la infancia para reducir la contaminación atmosférica y proteger la salud de los niños y niñas”.
Ozono y PM2,5
Según asegura el informe, los principales contaminantes que producen estas muertes serían el ozono y las partículas finas conocidas como PM2,5. Estas últimas, indica el texto, son “las que más contribuyen a la carga de enfermedades por contaminación atmosférica en todo el mundo”. Representarían, así, el 90% del total de padecimientos derivados de la mala calidad del aire. Las muertes atribuibles al ozono alcanzaría las 490.000.
Por países, serían los situados en Asia meridional y África oriental, occidental, central y meridional los que sufren más enfermedades relacionadas con la contaminación del aire. Asimismo, dos de los países más poblados, India y China, representan, juntos, el 55% de las muertes mundiales por contaminación, con 2,1 millones y 2,3 millones de fallecidos respectivamente.
El informe destaca, además, otros países con altos impactos de la mala calidad del aire en la salud. Es el caso de Pakistán (256.000 muertes), Myanmar (101.600 muertes) o Bangladés (236.300 muertes) en el sur de Asia. O de Indonesia (221.600 muertes), Vietnam (99.700 muertes) o Filipinas (98.209 muertes) en el sudeste asiático. O Nigeria (206.700 muertes) y Egipto (116.500 muertos) en África.
¿Qué son las PM2,5?
Las PM2,5 de las que habla el estudio y que tanto dañan la salud humana (y medioambiental) son, como explican desde Ecologistas en Acción, "partículas en suspensión de menos de 2,5 micras". Son ellas, además, los "mejores medidores de la contaminación del aire".
En un artículo en la revista de la oenegé explican que el origen de estas partículas es "antropogénico en una alta proporción". Y es que, en buena medida, las PM2,5 "provienen de las emisiones de los vehículos diesel en la ciudad".
Por otro lado, aseguran, "los efectos que tienen sobre nuestra salud son muy graves, por su gran capacidad de penetración en las vías respiratorias". Ese es, en realidad, el mayor peligro de estas micropartículas.
UNICEF y los autores del informe insisten en que la contaminación atmosférica por PM2,5 procede “de la quema de combustibles fósiles y biomasa en sectores como el transporte, los hogares, las centrales eléctricas de carbón, las actividades industriales y los incendios forestales”.
Estas emisiones, indican, no solo afectan a la salud de las personas: también contribuyen a los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. “Las poblaciones más vulnerables se ven afectadas de forma desproporcionada tanto por los riesgos climáticos como por el aire contaminado”, recuerdan en el estudio.
Un "duro recordatorio"
En las últimas décadas, diversos estudios científicos han documentado toda una retahíla de efectos negativos sobre la salud que provocan los contaminantes atmosféricos. “Los días con altas concentraciones de contaminación pueden tener efectos a corto plazo, como agravar el asma o un aumento temporal de las hospitalizaciones relacionadas con problemas cardíacos o respiratorios”, recuerda el informe.
Y pone el foco en el impacto a largo plazo de la exposición a aire contaminado: “Respirarlo puede derivar en enfermedades o muerte prematura por patologías relacionadas con el corazón o los pulmones, o incluso diabetes”. Además, explican en el texto los investigadores, también aumenta las posibilidades de sufrir complicaciones durante el embarazo, y señalan los partos prematuros, las muertes prenatales y los abortos como consecuencia directa.
La conclusión, dicen los autores de estudio, es clara: “La contaminación atmosférica tiene consecuencias devastadoras para la salud en todo el mundo”. Y la directora de Salud Mundial del HEI, Pallavi Pant, concluye, además, que el informe no es más que un duro recordatorio estas repercusiones, "con una carga excesiva para las niñas y los niños pequeños, las poblaciones de mayor edad y los países de renta baja y media”.