Pozo de petróleo en Bakú, Azerbaiyán

Pozo de petróleo en Bakú, Azerbaiyán iStock

Historias

La acción por el clima se decidirá, otra vez, en un 'petroestado' exportador de petróleo y gas

Se tenía que elegir a un país de Europa del Este y se escogió a Azerbaiyán para evitar el veto de Rusia.

18 agosto, 2024 01:30

Se ha vuelto a seleccionar un país exportador de petróleo y gas como anfitrión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que se celebrará en noviembre. Azerbaiyán ha sido el elegido, y ha generado una mezcla de reacciones, especialmente preocupación de activistas por la influencia de los países productores de combustibles fósiles en las negociaciones climáticas

La elección de Azerbaiyán ha venido de rebote. Este año tenía que hospedar la cumbre un país de Europa del Este y, por las presiones que hay en la zona por la guerra de Ucrania y con el veto de Rusia, la tarea ha caído en los hombros de este antiguo país soviético, que ahora se supone neutro. Entre las responsabilidades del anfitrión también está dirigir todas las conversaciones que se hacen antes del encuentro.

Pero Azerbaiyán es un importante productor de petróleo y gas y eso pone en tela de juicio su arbitrariedad. Además, es el tercer país consecutivo con esta característica en organizar una COP, siguiendo los pasos de Egipto en 2022 y los Emiratos Árabes Unidos en 2023. Este hecho ha generado críticas entre los activistas, pues se teme que los intereses de la industria de los combustibles fósiles dominen las negociaciones.

La designación de Mukhtar Babayev, actual ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán y ex ejecutivo de la compañía petrolera estatal SOCAR, como presidente de la COP29, ha sido recibida con escepticismo. Babayev tiene una larga trayectoria en la industria energética, pero es un perfil internacional bajo. Recuerda al designio de al-Jaber, CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi, quien lideró la COP28 en Dubai.

Por su parte, activistas como Alice Harrison, de la organización Global Witness, han expresado su preocupación por la influencia de los países productores de petróleo en las negociaciones climáticas. Harrison dice que poner a un ejecutivo de una 'petroesetado' al cargo de la COP es preocupante. Según ella, la situación de la actual crisis climática viene de la quema de combustibles fósiles.

Dinero 'negro' para el clima

Uno de los principales anuncios de Azerbaiyán es la creación del Climate Finance Action Fund. Este fondo que busca recaudar mil millones de dólares de países y empresas productoras de combustibles fósiles para financiar proyectos en países en desarrollo. Se quiere pagar con el dinero del negro petróleo las medias de mitigación y adaptación en países de efecto invernadero.

Yalchin Rafiyev, jefe de negociaciones para la COP29, explicó que este fondo pretende ofrecer una nueva forma de financiamiento, involucrando al sector privado y los países que más contribuyen a las emisiones globales. Sin embargo, la naturaleza voluntaria de las contribuciones ha sido criticada por no establecer un mecanismo obligatorio para que los mayores emisores paguen su parte justa.

"Ahora la electricidad y el gas llegan a todo el país, la gente puede pensar que al país le va bien", Mukhtar Babayev, presidente de la COP 29

Los expertos consideran que la COP29 tendrá incluso un resultado más bajo que la COP28. Con un enfoque en la financiación climática a largo plazo, no se prevé que lleguen a acuerdos significativos. Bronwen Tucker, de la organización Oil Change International, calificó esta iniciativa como una "distracción peligrosa" que podría desviar la atención de los objetivos la COP29, independientemente de donde se celebre.

Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre cómo se manejarán las crecientes tensiones entre los intereses de los países productores de combustibles fósiles y la urgencia de la acción climática. Tucker advirtió que el nuevo fondo podría ser visto como un intento de "greenwashing" si no se acompaña de compromisos concretos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

El recién elegido presidente de la COP reconoció que este encargo les había caído por sorpresa y sin los recursos necesarios, pero se resignó: "Hay que hacerlo".