Las mujeres rurales españolas reivindican su labor en el campo: "El mundo nos necesita para comer"
Pese a que "la falta de interés" y "la nueva PAC" no juegan a favor, aseguran que los políticos deben empezar a escucharlas porque su papel es fundamental.
Los avances en tecnología, las nuevas modas y el cambio de intereses en la sociedad ha supuesto un importante descenso en la población ganadera. Esta tradición, que se podría decir que existe desde que 'el mundo es mundo', dado que tiene su origen en el Neolítico y suma más de 10.000 años, ha sufrido grandes cambios en los últimos tiempos.
Según datos del Ministerio de Trabajo de 2023, cada año, una media de 2.600 autónomos ganaderos españoles cierran sus explotaciones. De hecho, tan solo en lo que respecta al sector vacuno, entre los años 2017 y 2021 se produjo un descenso de 2.544 trabajadores, lo que, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), supone una reducción del 17%.
En la actualidad, se estima que hay un total de 220.113 agricultores y ganaderos emprendedores, lo que supone una pérdida de 18.500 personas dedicadas al sector primario por cuenta propia en apenas siete años. Sin embargo, si se habla de la presencia femenina en este ámbito, no deja de aumentar. Datos de la iniciativa Ganadería en Femenino dicen que cerca del 40% de la mano de obra proviene de mujeres.
Entre ellas, se encuentran Aída Rodríguez (Tu Ternera en Casa), Marta Martín (Entrecabritos) y Elena Soberón (Quesería Soberón) a quienes hoy, 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales, el MAPA les hace entrega del primer, segundo y tercer premio, respectivamente, a la excelencia a la innovación en la actividad agraria.
Vínculos rurales
Bien sea por herencia familiar, como es el caso de Martín o Soberón, o porque su pareja se dedicaba a ello, como le ocurrió a Rodríguez, el mundo rural se traspasa de generación en generación. "Lo de cuidar animales lo llevo en la sangre porque me crié ahí. [...] Al final todo se va pegando un poco y fue en ese momento cuando realmente tuve contacto con ellos en el día a día y me enamoré", cuenta la fundadora de Entrecabritos.
Sin embargo, Martín se desvinculó de lo rural durante un tiempo de su vida. Llegó a ir a la ciudad para estudiar, aunque, confiesa, "siempre tenía al pueblo en mente". Por eso, cuando su padre se jubiló —que coincidió con la llegada de la pandemia— terminó por decidirse y escogió la vida en el campo.
Similar, en lo que a herencia familiar se refiere, es la situación de Soberón. Inspirada por recuperar el recuerdo que tenía de su infancia "elaborando este queso en el puertu" con sus abuelos, se adentró junto a su hermana en el mundo de la quesería. Un sector en el que ya destacan llegando a tener "lista de espera" porque, asegura: "Lo elaboramos como lo hacían nuestros antepasados, respetando al máximo posible su esencia".
En el caso de Aída Rodríguez, su interés agrario también surgió durante de la pandemia cuando se confinó junto a su pareja en Omaña (León), el pueblo de él. "Allí me enamoré de aquel mundo tan natural dentro de una reserva de la biosfera". Fue entonces cuando decidió dejar su pasado como hostelera y se sumergió en la titularidad compartida —ley que precisamente se aprobó en su tiempo como abogada en el Congreso, porque Rodríguez ha tenido un pasado de todo menos aburrido—.
Así, con algún mes de diferencia entre uno y otro, comenzaban estos tres proyectos de innovación. El de Martín y Rodríguez, destinado a la ganadería ecológica, cabritos y terneras, respectivamente, y Soberón en el mundo de los quesos, también en su modalidad 'eco'.
La "nueva PAC"
Pese a que las tres historias tienen claves de distinción, confluyen en un mismo punto —además de la ecología— y este es su papel reivindicativo hacia las políticas de hoy día. En concreto, hacia la Política Agraria Común (PAC), elaborada por la Comisión Europea y ejecutada por los Estados miembros.
Martín señala la situación actual como una consecuencia de la pérdida del contacto con "nuestra propia naturaleza". Dice que el mundo "está en modo automático" y que los políticos a cargo de las decisiones agrarias desconocen el funcionamiento del campo: "Entienden de números, pero no de realidades. Tratan todo como si fuera una súper empresa y no debería ser así".
"El principal desafío del medio rural es que no tenemos unas políticas adaptadas a nuestro territorio", asegura Rodríguez. Un ideal al que se suma Soberón: "La orografía es clara y no deja hacer muchas de las medidas que se intentan en la nueva PAC".
Frente a esta situación, Martín dice que "no tienen que escuchar a los sindicatos, tienen que escuchar a la gente de pie, pero les da igual. Hay falta interés y no se dan cuenta de que nosotros necesitamos del mundo, pero el mundo necesita de nosotros para comer".
Protección del ecosistema
Dada la importancia de este sector, las tres mujeres han optado por 'proteger' una 'cultura' en concreto. Si hablamos del quesu de Soberón, solo es posible realizarlo en la zona en Arangas de Cabrales (Asturias) debido a que "necesitan unas condiciones específicas que solo se desarrollan en esas cuevas". Así, gracias a la labor de estas hermanas, se consiguen mantener las prácticas tradicionales para preservar estos productos.
Similar es la situación que afecta a Tu Ternera en Casa. Si no fuera porque Rodríguez y su pareja están trabajando a favor de la raza parda de montaña, tal vez la posición de esta especie en peligro de extinción sería diferente. De hecho, es precisamente esto lo que les limita el crecimiento empresarial, porque, indica: "Aunque lo queramos no podemos porque no tenemos volumen".
Y es que la preservación se ha convertido en un punto clave. Por ello, tal como señala Martín, "es de locos perder razas y animales". Además, subraya el papel limpiador del monte que tienen las cabras: "No hay forestales que estén tantas horas ni que limpien más allá de los caminos". Y sentencia: "Las cabras no son necesarias, son extra necesarias".
Por muchas diferencias que puedan tener entre sí, si algo tienen claro nuestras tres protagonistas es que no se van a rendir frente a nadie ni frente a nada, pese a todos los desafíos que les puedan surgir en el camino, bien sean por ser mujeres o por dedicarse al mundo rural, o ambas.
Por eso, y haciendo referencia a la recién estrenada película Soy Nevenka (2024), concluye Rodríguez: "Hay muchos 'Ismaeles' en la política, en la abogacía y en todo. [...] Me tengo que enfrentar a muchas situaciones en las que si no hago el plan B hago el C o Z, pero no me para nadie".