Remendarse como un calcetín: así es cómo ayuda Moda Re- a encontrar trabajo en Madrid a los más vulnerables
- La iniciativa de Cáritas apoya a la reinserción laboral de colectivos en riesgo de exclusión y apoya la reutilización de la ropa que se tira.
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La fortaleza de vivir en sociedad es poder tener segundas oportunidades. Eso busca la iniciativa Moda Re- de Cáritas en un doble sentido; con las prendas y con la ropa. Que personas en situación vulnerable vuelvan a poner en circulación prendas caídas en el desuso y en el olvido. Así, los trabajadores pueden reinventarse laboralmente y a la vez se reduce el desperdicio dando una segunda vida a la ropa.
Este proyecto es una evolución de lo que era el armario de la parroquia, al que además se le añade la labor social. Hasta ahora han ayudado a más de 700 personas. La organización tiene 8.000 puntos de recogida que llevan a las plantas de triaje. Hay varias en la península, una de ellas en Madrid, donde reciben todo tipo prendas, la separan y se la llevan a una las 130 tiendas propias o la donan entre los usuarios.
Las prendas vienen de las diócesis, tiendas de ropa colaboradoras o iniciativas como la Swap Party de Magas | El Español. En esta fiesta de moda, las asistentes se intercambian ropa de sus armarios, unas usadas, otras con historia, algunas de buenas marcas y otras sin estrenar. Las que al final no se llevó nadie, se donaron a Moda Re-.
Cuando recogieron las últimas bolsas, se las llevaron a la planta de Vallecas. Hasta allí se desplazó ENCLAVE ODS | El Español para ver el proceso.
Prendas y colores
Todos los días llegan decenas de furgonetas con grandes sacos de ropa. Los presionan con toros mecánicos de almacén y los ubican hasta que les toque el turno. Mientras tanto, los operarios van pasando las bolsas que habían llegado antes por una cinta y las separan por prendas, telas y colores.
Solo en Madrid se recogen en torno a 2.500 millones de toneladas, y en la planta acaban entrando unos 8.000. Según datos de 2022, en España se recogió 40.0000 toneladas, y eso es solo una décima parte de lo que se calcula que se tira.
Manuel López, encargado de Textil Empleo y quien gestiona la planta, cuenta que lo separan según el estado en el que está: "Desde la ropa en perfecto estado para la reutilización o las que están en buen estado, pero no cumplen los estándares. Esas se apartan para su reciclado". También hay una pequeña parte, un 10%, de rechazo.
El gran reto del triaje textil está en separar los materiales. Además de botones, cremalleras o elásticos, los tejidos no suelen ser de un solo material, como la lana o el algodón. La mayoría de las prendas tienen fibras sintéticas que le dan características como elasticidad, resistencia o impermeabilidad.
Cáritas tiene en otras plantas —y con intención de instalarlo en Madrid— un vector que analiza la ropa con un láser, como si fuera un lector de código de barras. "Así nos aseguramos la composición al 100% y lo podemos vender como materia prima a empresas que vuelven a hacer hilos", explica López.
Valor social
Además del impacto ambiental, al extender la vida de la ropa, el verdadero beneficio del que se enorgullecen en la asociación es la parte social. El proyecto ha recibido varios premios, entre ellos el galardón de la Fundación Mapfre 2024.
"Aquí llega gente en riesgo de exclusión con multitud de casos: parados de larga duración o personas que acaban de llegar al país", dice López. En los almacenes ayudan con formación en el sector de la logística para ayudar el itinerario laboral de los usuarios. Pero también en la parte de la recogida de ropa o en las tiendas.
Por norma, hacen contratos de 6 meses en los que los trabajadores consiguen experiencia en un entrono laboral lo más cercano a la realidad. A la vez que les ofrecen cursos de idiomas, para sacarse licencias de conducir o de digitalización. Así les permiten salir de un bache o una situación en la que cualquiera puede estar.