La entrada al recinto donde se celebra la COP29 en Bakú.

La entrada al recinto donde se celebra la COP29 en Bakú. Murad Sezer

Historias COP29

Financiación climática, Trump y un acuerdo 'in extremis' sobre créditos de carbono: así ha sido el primer día de la COP29

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La 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre el cambio climático empezaba antes del amanecer (español) del lunes 11 de noviembre. Y habían pasado pocas horas cuando saltaba la alarma: el pleno de apertura de la cumbre, en el que se estaba aprobando la agenda de las próximas dos semanas, sufría un receso tras otro.

El investigador sénior de Carbon Brief, Simon Evans, alertaba de ello en redes sociales. El borrador de la agenda lectiva de las negociaciones climáticas contenía, según la publicación especializada de referencia, contenía "algunos elementos controvertidos"

Entre los motivos de este parón inesperado está el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) de la UE, una suerte de impuesto al CO₂. Algo que, por cierto, no es nuevo para la COP, pero no goza de buena acogida. Según Evans, el intento de incluirlo en la agenda del año pasado fracasó. Por lo visto, este año no luce más optimista. 

Esta "lucha por la agenda", como ha bautizado el propio Evans en la red social BlueSky, ha hecho incluso que el pleno de la tarde se retrase hasta dos horas. Esto no hace más que pronosticar una cumbre un tanto turbulenta.   

'In extremis'

Los recesos no auguraban nada bueno. Pero, según informa The Guardian, a última hora se aprobaron las normas sobre comercio de créditos de carbono. Y con ello, se rompe el gran escollo de las cumbres del clima. El tema clave que lleva estancado desde hace años. 

Esta nueva normativa, vital para desarrollar el artículo 6 del Acuerdo de París, se aprobaba sin objeciones y seguida de una ronda de aplausos. Aunque eso no quiere decir que no haya sombras: algunos delegados expresan su preocupación y aseguran al medio británico —presente en Bakú— que "la forma en que se adoptó la decisión al comienzo de la conferencia no refleja la manera en que deberían trabajarse estas cosas en colaboración".

Por eso, los diplomáticos más críticos instan a la presidencia de la COP29 a no continuar esta tendencia, que viene arrastrándose desde la cumbre del año pasado en Dubai.

De Biden a Trump

El enviado especial de Estados Unidos por el clima, John Podesta, ha querido dedicarle unos minutos de la primera jornada de la cumbre al elefante en la sala: la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre. Podesta ha reconocido que el resultado de los comicios es "decepcionante" para quienes defienden el medio ambiente. 

Uno de los periodistas presentes durante la rueda de prensa de Podesta le ha preguntado por el papel de Estados Unidos en esta COP29 como resultado de las presidenciales. El enviado especial ha dejado claro que han estado "trabajando muy duro con muchos países" y seguirán "alentando a la gente a trabajar diligentemente". 

El tiempo que les queda como voz clave de la cumbre del clima, ha asegurado Podesta, lo usarán para "avanzar" en las ambiciones climáticas del planeta. Especialmente, ha dicho, en "triplicar las energías renovables y construir más capacidad para las baterías". 

Además, el delegado estadounidense ha querido remarcar como "Trump puede poner el trabajo climático en segundo plano, pero eso no quiere decir que haga que desaparezca". Y es que, ha dicho Podesta, la transición es ya imparable. También ha reconocido que su labor y la de su delegación este año será propulsar los acuerdos en torno al artículo 6 del Acuerdo de París. 

El artículo 6

Algo de lo que se ha hablado hasta la saciedad durante la jornada inaugural de la COP29 es sobre la necesidad de impulsar el artículo 6. Este es una de las piezas angulares del Acuerdo de París, que busca que los países trabajen juntos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. 

El artículo 6 es fundamental para marcar las contribuciones determinadas a nivel nacional. Es decir, las hojas de ruta de cada país para descarbonizarse

Además, establece un mecanismo importante para proporcionar financiación climática a los países en desarrollo y un mercado de carbono que, si se pone en marcha, podría seguir funcionando incluso si Estados Unidos retirase su apoyo al Acuerdo de París. 

El rol chino

Ante la pregunta de la BBC sobre el rol que asumirá —o debería asumir— China tras la victoria de Trump y la desaparición de EEUU como actor clave en la lucha climática, Podesta ha querido tender una mano amiga: "Su rol es también muy importante".

"Como el país con mayores emisiones de gases de efecto invernadero, tiene la obligación de alinear sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) con el objetivo de no superar un calentamiento de 1,5 °C respecto a la época preindustrial", ha concretado. 

Como asegura Ricardo Martínez, investigador sénior en el programa Ciudades Globales del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), a ENCLAVE ODS, el rol que asuma el gigante asiático es vital para los próximos años. Lo mismo que sucede con la Unión Europea. De ellos depende, ahora, impulsar la ambición climática.

Una ballena varada

El futuro climático que pueda venir de la mano (e influencia) de Estados Unidos ha quedado retratado por una instalación del colectivo artístico belga Captain Boomer. Con una ballena varada en Bakú, estos artistas y activistas han querido representar la destrucción de la naturaleza.   

Esta instalación ha puesto el tono reivindicativo y creativo a una jornada de cumbre del clima marcada por el miedo a que no hubiese un espacio seguro para las protestas pacíficas. Y precisamente por eso, además, varios grupos de la sociedad civil decidieron organizar una pequeña manifestación en la COP29.

Cabe recordar que Azerbaiyán ha sido objeto de críticas, en concreto de Amnistía Internacional y otras organizaciones similares, por su historial en relación con los derechos humanos. Y también por su guerra contra los armenios étnicos en Nagorno Karabaj y su suministro de petróleo a Israel a través de un oleoducto que transita por Turquía.

Hipocresía de Azerbaiyán

Mientras Azerbaiyán intenta liderar las negociaciones climáticas de esta COP, The Guardian alerta de que la petrolera nacional (Socar) ha cerrado acuerdos en valor de 8.000 millones de dólares, tres veces más de a lo que ascendieron los contratos en los 12 meses anteriores. Según Global Witness, la empresa habría llevado a buen puerto al menos 25 contratos nuevos con firmas extranjeras. 

Esto ha sucedido, según la oenegé, en un año clave en el que el país intenta promover la reducción gradual de combustibles fósiles en el mundo. Patrick Galey, investigador sénior en Global Witness, asegura que, un año más, "tenemos una empresa contaminante utilizando la cumbre del clima para asegurar contratos" que no harán más que seguir contaminando. 

La COP29, zanja, "está siendo cooptada por Socar". Y eso que las "naciones vulnerables dependen de ella para asegurar un futuro en el que sobrevivir". Galey es contundente al respecto: "El objetivo de la petrolera nacional de Azerbaiyán es producir ingentes cantidades de gas y petróleo las próximas décadas, algo que es diametralmente opuesto al objetivo de las negociaciones climáticas de la ONU". 

Cabe recordar que el propio presidente del país, Ilyan Aliyev, fue ejecutivo de Socar y ya dijo a principios de año que la cumbre del clima no impediría que Azerbaiyán siguiese explotando combustibles fósiles. Y es que, aseguró, las reservas de las que dispone Azerbaiyán son "un regalo de los dioses".

Pagar la adaptación

La financiación está entre las prioridades de las negociaciones climáticas. Incluso puede decirse que es el principal punto de la agenda de esta COP29. En estos momentos, se puede decir que hay un verdadero precipicio entre la cantidad de dinero que necesitan todos los países para mitigar y adaptarse al cambio climático y lo que hay encima de la mesa.

Los países vulnerables son, como siempre, los más afectados. De ahí que uno de los principales temas de discusión durante esta cumbre del clima en Bakú será la financiación.

Las naciones en desarrollo necesitan, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), al menos 1.000 millones de dólares diarios para hacer frente a los impactos meteorológicos extremos hoy en día. Y eso que, por el momento, la Tierra solo se ha calentado 1,3 °C respecto a las temperaturas preindustriales.

Sin embargo, alertan desde la ONU, estos países solo están recibiendo 75 millones de dólares diarios. Lo más preocupante es que, a pesar de que los fondos para la adaptación van en aumento —pasaron de 22.000 millones en 2021 a 28.000 millones en 2022—, los impactos de la emergencia climática son mayores y más frecuentes.

Como explica el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, "la catástrofe climática es la nueva realidad y no estamos a la altura. La crisis climática ya está aquí. No podemos posponer la protección, nos tenemos que adaptar ya".