El agua puede agotarse antes de lo previsto: los glaciares del mundo tienen hasta un 20% menos de hielo
Son las conclusiones del estudio más amplio sobre glaciares publicado hasta ahora y para el que se han analizado hasta 800.000 imágenes de satélites.
9 febrero, 2022 02:08Noticias relacionadas
Las masas de hielo y nieve acumuladas en los polos y en las montañas guardan en torno al 70% del agua dulce del planeta, pero su situación es preocupante. La investigación más extensa realizada hasta ahora y publicada en Nature Geoscience concluye que los glaciares del mundo sufren un retroceso más rápido de lo que se pensaba, con hasta un 20% menos de hielo disponible.
Es la primera vez que los científicos consiguen estudiar una superficie glaciar tan amplia. Con la colaboración de investigadores de varios institutos científicos internacionales y el apoyo del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES), se ha medido la velocidad de deshielo y la profundidad de estas masas en hasta 250.000 glaciares de montaña (un 98% del total). Hasta ahora, tan sólo se disponían de datos para el 1% de ellos, y algunos se analizaron parcialmente.
Este macroanálisis hace así una aseveración preocupante, y es que a pesar de que en algunos puntos se ha localizado más hielo, el balance general es que la pérdida de glaciares en todo el mundo durante 2017 y 2018 es mayor de lo que se había registrado en anteriores análisis.
En los Andes tropicales de América del Sur, los resultados arrojan que allí hay casi una cuarta parte menos de hielo glacial, lo que significa que existe hasta hasta un 23% menos de agua dulce almacenada en un área de la que dependen millones de personas en su vida cotidiana.
El Himalaya, en cambio, podría disponer de en torno a un 37% más de recursos hídricos, con casi un tercio más de hielo. Estos dos, sin embargo, son sólo dos casos específicos de la nueva realidad que revela este nuevo atlas del hielo mundial, que muestra una pérdida de un 20% de las masas glaciares.
Estos resultados tienen un efecto directo sobre el agua disponible para consumo humano (ya sea doméstico o bien agricultura, energía y otros usos). Los glaciares son una parte importante del ciclo hidrológico porque acumulan el agua de las precipitaciones y, nutren de agua los ríos, lagos y reservorios. Sobre todo durante el verano, que es cuando se produce el deshielo estacional.
El problema es que las altas temperaturas derivadas del calentamiento global que sufre el planeta en los últimos años están acelerando esa pérdida de hielo en las montañas. Y no sólo eso sino que ahora, los datos que publica Nature cambian también las proyecciones sobre el aumento del nivel del mar.
Estos resultados tienen un efecto directo sobre el agua disponible para consumo humano
El derretimiento de los glaciares debido al cambio climático es una de las principales causas del aumento del nivel del mar. Actualmente se estima que los glaciares contribuyen entre un 25% y un 30% a su incremento, lo que amenaza a alrededor del 10% de la población mundial que vive a menos de 10 metros sobre el nivel del mar.
Ese 20% menos de hielo glacial actual supone, según el estudio, una reducción del potencial de contribución glacial al nivel del mar en 7,6 centímetros. Una proyección, no obstante, que no incluye ni Groenlandia ni la Antártida, con una contribución potencial mucho mayor al aumento del nivel del mar. Sólo el continente antártico podría generar un incremento de 50 metros.
"El hallazgo de menos hielo es importante y tendrá implicaciones para millones de personas en todo el mundo", asegura Mathieu Morlighem, coautor del estudio y profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Darmouth. Añade además que "este estudio proporciona la imagen necesaria para que los modelos ofrezcan proyecciones más confiables de cuánto tiempo les queda a estos glaciares".
Tecnología punta contra el cambio climático
Los avances tecnológicos de los últimos años han hecho posible un estudio más detallado. Las estimaciones de hielo glacial que existían antes del nuevo estudio eran casi completamente inciertas y esto se debe, en parte, a la falta de mediciones del flujo de estas masas heladas.
Por ello, el equipo de investigadores creó una base de datos sobre glaciares a partir del análisis de 800.000 pares de imágenes satelitales. Las imágenes de alta resolución fueron adquiridas entre 2017 y 2018 por los satélites Landsat-8 de la NASA y Sentinel-1 y Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea. Después, estos datos se procesaron usando más de un millón de horas de computación en el Instituto de Geociencias Ambientales (IGE) de Francia.
Como cuenta Morlighem, el hielo de los glaciares no sólo se derrite, sino que también se mueve."Generalmente pensamos en los glaciares como hielo sólido que puede derretirse en el verano, pero ese hielo en realidad fluye como un jarabe espeso por su propio peso", asegura el autor.
Lo que ocurre es que "el hielo fluye desde gran altura a elevaciones más bajas donde finalmente se convierte en agua". Por este motivo, gracias a las imágenes satelitales han podido rastrear el movimiento de estos glaciares desde el espacio a escala global y, a partir de ahí, estimar la cantidad de hielo disponible en todo el mundo.
Aunque esta no es la primera vez que un estudio cuenta con este tipo de tecnología para estudiar zonas de difícil acceso o donde sólo se puede permanecer durante períodos cortos de tiempo. Ocurre, por ejemplo, en el Polo Sur, donde reina la oscuridad la mayor parte del año y un clima extremo.
Pietro Milillo, autor de otro estudio reciente sobre los glaciares de la Antártida publicado en Nature, señaló en un comunicado que ·en la mayoría de los casos, los humanos más cercanos [a estos puntos] son astronautas que orbitan la Tierra a bordo de la Estación Espacial Internacional". En su investigación, también se sirvió de satélites para analizar tres glaciares del continente antártico: Pope, Smith y Kohler.
"Gracias a la nueva generación de radares satelitales, hemos podido presenciar en los últimos años tasas de retroceso más rápidas que nunca entre los glaciares de todo el mundo", comentaba Milillo. Asimismo, aseguraba que "esa es una señal de advertencia de que las cosas no se están estabilizando en absoluto", lo que "podría tener graves implicaciones para el equilibrio de todo el sistema glaciar en este área".
Así las cosas, Morlighem y su equipo señalan que aunque este nuevo atlas de los glaciares marcan una mejora importante en el conocimiento sobre la acumulación estimada de agua dulce en estas masas de hielo, aún quedan grandes lagunas de información. Según el equipo, sin mediciones de campo directas, la estimación de los recursos de agua dulce de los glaciares seguirá siendo incierta.
Por este motivo, el estudio exige una reevaluación de la evolución de los glaciares del mundo en modelos numéricos, así como observaciones directas del espesor del hielo en los Andes tropicales y el Himalaya, que son grandes depósitos de agua que siguen estando mal documentados.