En el panorama europeo, España se erige como líder indiscutible en el ámbito de la acuicultura. Nuestro país cosechó más del 25% de la producción total de acuicultura de la Unión Europea en 2022. Un dato que no solo refleja la capacidad productiva de España, sino también su relevancia estratégica en el suministro de pescado de calidad. Sin la acuicultura, simplemente no habría suficiente pescado para satisfacer la creciente demanda global.
También es importante destacar el valor económico de esta producción que, en 2021, llegó a alcanzar los 629 millones de euros, lo que ha consolidado a la acuicultura española como una fuente vital de ingresos y empleo en nuestro país, especialmente en zonas rurales fluviales y costeras.
Por otro lado, en aras del desarrollo sostenible de esta actividad, es importante señalar que en España contamos con una gran diversidad de especies y tipos de cultivo donde se desarrollan sistemas de cría, tanto en aguas continentales como en el mar: 5.182 establecimientos en total, de los cuales 254 se dedican al cultivo de peces; 143 en ríos, 73 con agua de mar en la costa y 38 en viveros en el mar.
Pero, sin duda, el dato más relevante es que la acuicultura a nivel global ya supone más de la mitad del pescado que consumimos. Por lo tanto, se ha convertido en una fuente de alimentación clave para abastecer a la población en constante crecimiento y lo será aún más en un futuro próximo.
Por lo tanto, sin la acuicultura sería imposible satisfacer la demanda de pescado de una población mundial. Este sistema de cultivo ofrece una solución medioambientalmente sostenible y controlada, garantizando un suministro constante y seguro de productos acuícolas sin agotar los recursos naturales, además resulta ser un complemento a la pesca tradicional, teniendo un papel básico en la sostenibilidad y conservación, e incluso recuperación, de los recursos de nuestros mares y ríos. Por todo ello, el cultivo de peces en entornos controlados ofrece una alternativa responsable para el consumo de pescado.
La importancia de la acuicultura en España también se refleja en su capacidad para generar empleo y contribuir al desarrollo económico de regiones costeras y rurales. Esta actividad no solo proporciona puestos de trabajo directos en las instalaciones acuícolas, sino que también impulsa un gran número de actividades económicas complementarias, favoreciendo el desarrollo de zonas rurales, alejadas de los centros urbanos de nuestro país.
Sin embargo, a pesar de estos logros, la acuicultura en España se enfrenta a desafíos importantes. En primer lugar, la acuicultura española debe hacer frente a la competencia internacional, ya que para dar respuesta a la demanda de consumo actual de pescado se tiene que importar el 60% de los productos acuáticos, de países como Marruecos, Namibia, Turquía o China.
Esto implica que en algunas ocasiones el precio y la calidad de estos productos sea inferior al que se cultiva en nuestros mares y ríos, sin olvidar que gran parte de estos países no siguen los controles y normativas de seguridad alimentaria como en España, donde estamos sujetos a una normativa europea muy estricta.
Por otro lado, debemos seguir innovando en técnicas de cría y alimentación, prueba de ello son las recientes guías de bienestar de peces que han elaborado en España equipos de investigación especializados en la materia.
Y, por último, pero no menos importante, es la preocupación por el cuidado del medio ambiente, una labor que desempeñamos con gran esmero y que es prioritaria para el sector, ya que desarrollamos nuestra actividad directamente en el medio natural. No obstante, para superar todos estos retos y asegurar un crecimiento sostenible y competitivo, será esencial la colaboración entre el sector privado, las instituciones científicas y las administraciones públicas.
En conclusión, la acuicultura ya forma parte de nuestra alimentación, pero sin ella no habría suficiente pescado de calidad para todos. Con el apoyo adecuado y una gestión responsable, la acuicultura en España debería seguir avanzando, asegurando su posición como líder en la producción de alimentos de alta calidad, complementando de manera sostenible a la pesca tradicional y de esta manera, convertirse en fuente de alimentación saludable para una población en constante crecimiento.
***Javier Ojeda es gerente de APROMAR.