Cuando Siria cumple 14 años de crisis, los niños y niñas siguen siendo las víctimas más vulnerables del conflicto. La caída del anterior gobierno, el 8 de diciembre de 2024, ha reconfigurado el futuro de la nación, pero la incertidumbre proyecta una larga sombra sobre lo que vendrá después.
Para los niños y niñas sirios —muchos de los cuales no han conocido otra cosa que el conflicto—, este momento podría traer esperanza, pero sólo si se toman medidas urgentes para atender sus necesidades más acuciantes, en particular su salud mental y su bienestar.
Años de violencia, desplazamientos e inestabilidad han dejado a la infancia siria con profundas heridas emocionales y psicológicas: 7 millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria y más de 6 millones necesitan urgentemente servicios de protección, incluida la salud mental y el apoyo psicosocial.
Los menores han sufrido la pérdida de seres queridos, la destrucción de sus hogares y el trauma de los desplazamientos repetidos, lo que ha provocado ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT) generalizados.
Emmanuel Isch, director de Respuesta en Siria de World Vision, cuenta que "todos los días nos encontramos con niños y niñas que han olvidado cómo reír o jugar. Están temerosos, retraídos y traumatizados por los horrores de los que han sido testigos. Si no atendemos ahora su salud mental y sus necesidades básicas inmediatas, corremos el riesgo de perder a toda una generación por las cicatrices invisibles de la guerra".
Más allá de los peligros inmediatos del conflicto, el peaje psicológico a largo plazo en la infancia siria es devastador. Más de 7.000 escuelas han sido dañadas o destruidas, dejando a 2 millones de niños y niñas sin escolarizar.
La educación, una fuente clave de estabilidad y esperanza, está desapareciendo, lo que aumenta el riesgo de trabajo infantil, matrimonio precoz y explotación. La falta de entornos de aprendizaje seguros agrava aún más el estrés y la ansiedad entre los niños y niñas.
Los niveles de desnutrición entre la infancia en Siria están en máximos históricos, con más de medio millón de niños menores de 5 años que requieren tratamiento urgente por desnutrición aguda. El hambre no sólo afecta a la salud física, sino que también contribuye a la angustia emocional grave, ya que los niños y niñas luchan contra la inseguridad constante y temen por su supervivencia.
Además, millones de ellos han sido desplazados, y muchos han perdido a sus padres o cuidadores. La carga psicológica que soportan —se ven obligados a asumir responsabilidades de adultos demasiado pronto— es abrumadora. La falta de apoyo en salud mental les deja sin un espacio seguro para expresar su dolor y sus miedos.
World Vision lleva más de una década trabajando en primera línea de la crisis humanitaria de Siria, prestando un apoyo fundamental a los niños, niñas y a sus familias. En 2024 se llevaron a cabo 36 proyectos en Siria, Jordania y Turquía, que tuvieron un impacto en las vidas de más de 5,4 millones de personas, incluidos 2,9 millones de niños y niñas, a través de programas centrados en la atención sanitaria, la nutrición, la educación y la salud mental.
No podemos reconstruir Siria sin curar primero a su infancia. Estos niños y niñas han soportado más de lo que cualquier niño debería, y merecen un futuro en el que se sientan seguros, apoyados y esperanzados de nuevo.
Siria está entrando en una nueva fase y la situación es grave y crítica. En 2024, el Plan de Respuesta Humanitaria para Siria requería 4.070 millones de dólares para atender las necesidades de 10,8 millones de personas vulnerables. Sin embargo, a finales de enero de 2025, sólo se había cubierto el 34,5% de este requisito, lo que deja un importante déficit de financiación.
"Deseo una Siria sin guerra; un hogar seguro para todos". Este es el sueño de Kareem, un joven de 15 años de Alepo. Sus palabras se hacen eco de las esperanzas de millones de niños y niñas sirios que anhelan la paz, la estabilidad y la oportunidad de recuperarse.
***Khuzaima Jaber es responsable de Promoción y Comunicación de World Vision en Siria.