Mariposas, colonialismo y migraciones: la artista que pone el pasado español en Filipinas frente al espejo
ENCLAVE ODS habla con Stephanie Comilang sobre 'En busca de la vida', pieza que une las migraciones de los filipinos y las de las mariposas y que se expone en el Thyssen.
7 marzo, 2024 04:01Stephanie Comilang (Toronto, 1980) dice encontrarse en “un momento de comunicación pura” con su público. Es decir, con aquellas personas que se pasen por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en Madrid hasta el 23 de mayo para ver la exposición que ha creado junto a la Fundación TBA21, En busca de la vida. En ella, se encontrarán mariposas —cientos de ellas—, un océano salvaje y las trazas del pasado colonial de España que se traducen en el presente de Filipinas y sus marineros.
[La artista Sandra Gamarra denuncia el colonialismo en el pabellón español de Venecia]
De la misma manera que las mariposas monarca migran de Canadá a Michoacán (México), la cultura filipina, a través de sus hombres de mar y sus mujeres que buscan una vida mejor, recorre el mundo entero. Y lleva haciéndolo desde hace siglos.
Algo sobre lo que Comilang lleva reflexionando toda su vida. “Como hija de migrantes, te das cuenta de que la cultura es una dentro del hogar —la comida, el idioma…— y fuera de casa es otra cosa”, cuenta la canadiense. Por eso, confiesa en sala en el ‘backstage’ del Thyssen, “no hay forma de no pensar en cómo se mueven las personas”.
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Sin embargo, insiste, esta dualidad cultural y lingüística se dieron de bruces con la realidad cuando viajó a Filipinas para rodar el “documental de ciencia ficción” que conforma su obra. Una que, además, mezcla lo audiovisual y lo analógico en una instalación que ayuda a crear un relato sobre la realidad del mundo globalizado, la movilidad, el capital y el trabajo.
Y fue en el país de origen de sus padres donde la globalización se colocó en el espejo: “Me di cuenta de que me parecía a todo el mundo, pero culturalmente sentía que era diferente”, dice. Es, precisamente, ese vivir en “este estado intermedio” lo que le da “fuerza” a su trabajo. Porque “esto lleva a pensar en lo que significa el hogar, cómo siempre cambia, lo que significa para las personas que se mueven, por qué se mueven, ¿es el hogar un espacio físico real o es una idea?”.
El movimiento de las mariposas
En busca de la vida dibuja el movimiento de los marinos filipinos a través de las migraciones de las mariposas. Dos caminos que, en principio, no parecen tener una relación lógica, pero sobre los que Comilang dibuja un paralelismo que, una vez inmersos en su obra, parece obvio.
“Lo que me impresionó de las mariposas es que siempre encuentran el camino a este lugar específico de Michoacán (México). Y son capaces de hacerlo por genética, un algo arraigado en su interior: esa necesidad de sobrevivir”, explica a EL ESPAÑOL la artista canadiense. Algunas, matiza, “incluso se desvían y terminan en Florida, por ejemplo, lo que significa que para volver a su camino tienen que cruzar el océano. Y lo hacen”.
Esa “necesidad imperiosa de sobrevivir” tiene mucho que ver, dice, con “parte de los motivos para la migración humana”. Y recuerda que, algunas personas, como los refugiados, “se ven obligadas” a hacerlo. Otras, como sus padres, se van por culpa de las férreas dictaduras bajo las que viven: ellos se fueron de Filipinas en “la época de la dictadura de Ferdinand Marcos, que fue resultado de la colonización”.
La colonización como motor
De ahí, confiesa, su interés por “analizar las razones por las que los humanos migran, pero también cómo crean un hogar para sí mismos en el lugar al que van. Es decir, cómo crean un hogar en un lugar que no es suyo”.
Pregunta: Uno de los motores de 'En busca de la vida' es el colonialismo español en Filipinas. ¿Es algo que siempre ha tenido presente?
Respuesta: Es muy difícil ignorarlo. Si estoy haciendo un trabajo sobre los migrantes de Filipinas o sobre los filipinos en general, el colonialismo está muy arraigado en la historia y la cultura. Por ejemplo, mis padres hablan inglés a la perfección, ¿por qué?, por los estadounidenses.
P.: Y en este proyecto en particular, ¿por qué el colonialismo tiene tanto peso a la hora de hablar de movimientos migratorios?
R.: Al presentar este proyecto en Madrid, quise contextualizarlo. Estando aquí te das cuenta de lo impresionante que era el imperio español. Pero ahora me pregunto hasta qué punto los españoles pensáis en el impacto que tuvisteis en el exterior. Y para ser honesta, creo que poco.
P.: ¿Por qué lo dice?
R.: En uno de mis primeros viajes aquí, unos amigos que son españoles me dijeron que debía ir a ver el Palacio de Cristal, pero no me dijeron por qué. Y no lo sabían en realidad. Cuando investigué, me di cuenta de que se había creado para la exposición filipina de la década de 1880.
Por lo tanto, se trata de un desarrollo arquitectónico completamente violento y racista, y es algo que no se menciona prácticamente. Realmente dudo que los españoles seáis conscientes de ello. Y eso dice mucho.
P.: La verdad es que no se habla mucho del pasado colonial, no.
R.: Eso tiene mucho que ver con la historia de España, la cultura española, qué se enseña en la escuela… Y fue así como empecé a pensar en el mantón de Manila.
El mantón de Manila es un elemento clave de la exposición de Comilang. La artista canadiense asegura que su intención siempre ha sido “ver la historia del mantón, hablar de cuando se conocía como alampay, y de que no era solo algo español”. Porque, insiste, el mantón de Manila tuvo un antes y, desde entonces, ha cambiado sobremanera. Su intención con En busca de la vida, por tanto, no era otra que indagar en el pasado de una cultura colonizada.
Una suerte de coincidencias
Comilang reconoce que toda una suerte de curiosas coincidencias se dieron encuentro durante la creación de En busca de la vida. Hubo, reconoce, mucho “no planeado”. Por ejemplo, durante el documental, un niño de Michoacán habla de una mujer vestida de blanco y cubierta de mariposas. “En ese momento yo ya había empezado a hacer el velo [que se expone], así que fue una conexión que ocurrió por casualidad”, cuenta.
Pero no fue la única. El vídeo incluye conversaciones con un joven pintor que había sido marinero. “Cuando empezamos a hablar, le estaba contando la historia que quería hacer y que incluía mariposas. Él me dijo que era increíble porque había visto mariposas en un barco y no sabía de dónde venían; estaban muy lejos de tierra firme”, asegura. Comilang reconoce que ese “paralelismo asombroso” le demostró que la magia existe, y que se dio en su proceso de creación.