Los partidos vascos afrontan divididos la inmediata celebración del Día de la Memoria, un escenario habitual en el recorrido de la efemérides, caracterizada por la falta de acuerdo, la multiplicidad de convocatorias y la confusión generada sobre a quién rendir tributo. En su sexta edición la tradicional división viene acompañada de los pasos –insuficientes para el resto- que la izquierda abertzale recorre para alejarse de su pasado, vinculado a su adhesión incondicional a ETA.
El 24 de mayo de 2010, con los socialistas en Ajuria Enea, las principales instituciones del País vasco, bajo el control del PSE-EE, PP y PNV, suscribieron un compromiso para recordar a las víctimas del terrorismo con una fecha fijada en el calendario que impusiera un homenaje anual. El Gobierno vasco, el Parlamento, las Juntas Generales de Álava , Bizkaia y Gipuzkoa, y la Asociación de municipios vascos, Eudel, trataban de saldar con su acuerdo una deuda de décadas e institucionalizar un camino sin marcha atrás. Se eligió el 10 de noviembre porque no aparecía marcado en rojo por la actuación terrorista y así nació el Día de la Memoria.
Desde entonces su conmemoración ha conquistado un lugar en la agenda institucional vasca, pero su celebración, inmersa en polémica y confusión, no ha adquirido un carácter unitario y ha sido objeto de disputa partidaria y actos paralelos.
En su edición de 2015, que tiene lugar este martes, las diferencias se exhiben con nitidez en el Parlamento Vasco. El centro de la discusión son los destinatarios últimos del homenaje. ¿A qué víctimas ha de estar dirigido? ¿A las de ETA y otros terrorismos, o a las de “todas” las violencias? Bajo ese “todas” se incluye a las causadas por malos tratos, torturas y abusos de las Fuerzas de Seguridad del Estado y los nacionalistas acogen así mismo a los activistas de ETA que murieron en el trascurso de acciones terroristas.
El sentido originario de la convocatoria ha ido evolucionando de la mano de PNV y PSE-EE , que están de acuerdo en rememorar también a las víctimas de los excesos cometidos en la lucha antiterrorista. Mientras, PP y UPyD consideran que se “está pervirtiendo” el espíritu inicial del Día de la Memoria. No se oponen a reconocer a los damnificados por las FSE, pero sí a que se recuerde a todos conjuntamente en la misma fecha.
La izquierda abertzale, integrada ahora en EH Bildu, que en las primeras ediciones no asistía o lo hacía para reparar a las “víctimas de la represión” de España y Francia, ha ido intensificando su presencia en los homenajes a medida que estos englobaban a “todos” los damnificados sin excepciones. Hasta el punto de que sus 21 parlamentarios acudirán este año a la ofrenda de la Cámara vasca y la coalición ha elaborado un Manifiesto en el que lamenta su falta de cercanía con “cada víctima” y asegura estar realizando una “reflexión crítica” sobre las decisiones adoptadas en el pasado respecto al uso de la violencia. Su gesto no ha convencido al resto de partidos, que le piden que asuma su responsabilidad política por el daño que causó ETA y el apoyo prestado a la organización terrorista.
Violencias que “no debieron existir”
Ni PP ni UPyD acudirán a la ofrenda floral que se desarrollará este martes en el Parlamento Vasco, donde se encenderá un pebetero. La presidenta, Bakartxo Tejería (PNV) intervendrá para incidir en que “la paz y la convivencia futura requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia, del daño causado y de la dignidad de las víctimas, todos ellos merecedores del derecho a la verdad, la justicia y la reparación”.
La declaración institucional, redactada por la Presidencia, parte de ese “principio básico” para recordar que “ni una sola causa política” puede situarse por encima del respeto a los derechos humanos, en consonancia con el llamado ‘suelo ético’ fijado ya por la Cámara. El valor del respeto a la persona, “la vida en primer lugar, es siempre superior o anterior a cualquier causa o idea política o a la razón de Estado”.
En el texto, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se recuerda a “todas y cada una de las víctimas, a todas sin excepción” y se muestra el rechazo “a cualquier forma de violencia o terrorismo que, en el presente o en el futuro, pueda darse en nuestra sociedad”. Se desmonta también el argumento causa–efecto, al afirmar que la violencia no tiene justificación alguna, “ni siquiera como respuesta a la mayor de las injusticias previamente sufrida”.
La alusión a ETA, en el párrafo siguiente, se inscribe en el mismo espíritu global que inspira el documento. Al apoyarlo con su presencia la izquierda abertzale sigue dando pasos en la dirección que le reclama el resto de partidos, aunque sin condenar de forma rotunda y clara las acciones criminales de la banda terrorista. “Necesitamos compartir se asume en el escrito- que las vulneraciones de derechos humanos provocados por ETA, por otros terrorismos y por otras formas de violencia producidas en el pasado no debieron existir. En eso consiste, precisamente, el compromiso de su no legitimación”.
EH Bildu homenajea a las “víctimas” de la dispersión
EH Bildu ha anunciado a última hora que simultaneará su participación en el Parlamento vasco con su presencia en la concentración organizada por Etxerat a las puertas de la Cámara para recordar a las “víctimas” de la política de dispersión de presos. Sus parlamentarios realizarán una ofrenda floral, “semejante a la programada en el Parlamento”, en homenaje a los 16 familiares de presos de ETA fallecidos en accidentes de tráfico durante sus desplazamientos para visitar a los reclusos.
“Las personas muertas por la dispersión también son víctimas; su derecho a la vida también fue vulnerado y eso tiene responsables”, ha asegurado el parlamentario Julen Arzuaga.
Etxerat, la asociación de familiares y allegados de presos de ETA, reivindica que los fallecidos en accidente de tráfico en sus idas y venidas a las cárceles, situadas a cientos de kilómetros de Euskadi, sean reconocidos como “víctimas” del “conflicto político” y añadidos al Mapa de la Memoria del Gobierno vasco.
Críticas del PP y Covite
El PP, que condicionó su participación a que el homenaje del Parlamento respondiera al objetivo inicial del Día de la Memoria, organizará un acto propio alternativo en Vitoria. El ministro de Sanidad y presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, lamenta que se mezcle a unas víctimas con otras y se ofrezca “una coartada” a quienes se niegan a condenar a ETA.
“Se rompe el acuerdo adoptado en 2010 para dar cabida a los que no estaban y se busca la equidistancia entre las víctimas, se mete a todas en el mismo saco para diluir responsabilidades”, explica Laura Garrido, parlamentaria del PP.
Por razones similares no acudirá tampoco UPyD. El partido magenta denuncia que al no distinguir ente víctimas se avala la teoría del “conflicto político” según la cual “ETA fue una sola de las muchas violencias que existieron”.
Covite, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco comparte esos planteamientos. En su opinión el Parlamento “legitima” la versión de que también el Estado ejerció “una violencia ilegítima de forma sistemática”. No tomará parte en el Día de la Memoria porque la conmemoración está siendo “instrumentalizada” para difuminar la responsabilidad de la banda armada “y, sobre todo, para hacer oídos sordos a la justificación del asesinato selectivo asumida por las marcas políticas de la izquierda abertzale”.
La Declaración institucional del Parlamento no traspasará los límites de la Cámara. Juntas Generales y Ayuntamientos preparan sus propios actos marcados por su composición política y los equilibrios necesarios para la búsqueda de acuerdos. Cada institución elige cómo y a qué victimas homenajear. El portavoz parlamentario del PSE-EE , José Antonio Pastor, ha culpado al PNV de no impulsar un acto unitario y trasladar el mismo mensaje parlamentario a todas las instituciones bajo su control. Asegura que la multiplicidad de puestas en escena sólo proyecta confusión entre la ciudadanía.
Eudel ha optado por una propuesta básica sin textos de por medio y llamado a realizar concentraciones silenciosas de un cuarto de hora a las puertas de los 251 ayuntamientos vascos, pero cada municipio configura su propia alternativa. De hecho, EH Bildu no participa en Eudel y en los ocho municipios gobernados por los socialistas se leerá la declaración del Parlamento. En uno de ellos, Irún, su alcalde, José Antonio Santano, colocará una placa con el nombre de 20 víctimas del terrorismo de la localidad guipuzcoana.
Por su parte, el Gobierno vasco, liderado por el lehendakari Iñigo Urkullu (PNV), aprovechará la efemérides para inaugurar con una recepción el Instituto de la Memoria Gogoa, con sede en Bilbao. El Instituto se constituyó en octubre de este año para el desarrollo de políticas públicas relacionadas con los valores éticos y los principios democráticos vinculados a los derechos humanos. Una iniciativa que a diferencia del Memorial proyectado en Vitoria por el Ministerio del Interior extiende su ámbito de actuación a todo tipo de violencias, no sólo a la del terrorismo.
La autocrítica de EH Bildu
El Manifiesto de EH Bildu, elaborado por los cuatro partidos que lo integran (Sortu, EA, Aralar y Alternativa) y presentado la semana pasada, consta de tres puntos en el que sin citar a ETA ni una sola vez sus autores abogan por una “memoria colectiva, plural e integradora” y afirman realizar “una reflexión crítica” sobre el uso de la violencia en el pasado “con el objetivo de reparar a todas las víctimas”.
Su aportación conlleva un llamamiento para que cada parte reconozca el “daño causado”, extensible a “todas las víctimas, sin equiparaciones ni exclusiones”. “En ese sentido –añaden- sentimos profundamente que nuestra actitud política no haya acompañado siempre el dolor de cada víctima”. Y concluyen defendiendo “un relato compuesto por todos los relatos, donde ningún sufrimiento sea omitido u ocultado”.
El Manifiesto se hizo público poco después de que un grupo del sector más duro de los radicales vascos reivindicara el incendio en Derio (Bizkaia) de ocho autobuses de la empresa vizcaína de transporte público destinado a exigir la libertad del preso de ETA enfermo Ibon Iparragirre. En una nota, remitida a EiTB, criticaban a Sortu y EH Bildu por “insultar la lucha de los presos políticos” al rechazar el sabotaje, del que sus portavoces habían dicho que “se sitúa fuera de la estrategia de la izquierda abertzale”.
Su movimiento fue acogido con escepticismo por el resto de partidos, que estima que la izquierda abertzale se ha estancado en su autocrítica y que su Manifiesto del Día de la Memoria no aporta nada a lo expresado en 2012 en el Kursaal, en San Sebastián, donde la antigua Batasuna ya reconoció haber podido “proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA”.
PNV, PSE y PP coinciden en demandar que la izquierda abertzale, que no ha condenado ni pedido la entrega de las armas ni la desaparición de la banda, asuma la responsabilidad de haber dado cobertura y jaleado durante años los crímenes de ETA. Hasta entonces, y con matices fruto de sus diferencias ideológicas, cuestionan la credibilidad de las palabras de sus representantes.
Así, el Gobierno vasco recibió el pronunciamiento de EH Bildu diciendo que no veía avances, Patxi López (PSOE) les instó a reconocer que “asesinar nunca estuvo justificado” y Alfonso Alonso (PP) les llamó a “condenar” el pasado terrorista de ETA.
Ninguna edición sin conflicto
Un somero recorrido por las cinco ediciones anteriores de la efemérides que recuerda a las víctimas arroja un panorama marcado por la falta de acuerdo, la dispersión de actos y la contraprogramación.
Ausencias en 2010
La iniciativa del Gobierno vasco liderado por Patxi López estaba encaminada a homenajear a las víctimas de ETA. El lehendakari colocó una escultura de Agustín Ibarrola en los jardines de Ajuria Enea y presidió los actos que se extendieron hasta la sede de la Ertzaintza. En el Parlamento, bajo la presidencia de Arantza Quiroga (PP) y a través de una propuesta impulsada por PNV,PP y PSE-EE se recordó a todas las víctimas del terrorismo “sin excepciones”, incluidas las de los Gal , el Batallón Vasco Español y otros “grupos violentos”. En el documento suscrito “la memoria de las víctimas del terrorismo” se convertía “en el referente de un futuro en paz”. EA, Aralar, Alternativa y la Izquierda abertzale, ilegalizada pero presente en algunas Juntas Generales y municipios, rechazaron y se ausentaron de todos los actos porque no se tenía en cuenta a las víctimas de las FSE.
Dos coronas en 2011
Con Bildu ya en las instituciones forales y municipales aumentaron las connotaciones de los distintos actos provocando gran confusión sobre el destinatario final de los homenajes ante la ausencia de lemas unitarios. Cuando participó la izquierda abertzale lo hizo recordando a “sus víctimas”. López amplió en Ajuria Enea el concepto de damnificados a aquellos que lo habían sido a manos de funcionarios del Estado, pero dejó fuera a los etarras muertos en acciones terroristas. En el Parlamento los grupos políticos , lejos del consenso, se dividieron en dos y ante el gesto de Quiroga de homenajear sólo a “las víctimas del terrorismo” mediante una banda colocada en la corona de flores, PNV, Aralar , EA a IU realizaron su propia ofrenda floral.
Suspendido en 2012
Quiroga, ya como presidenta en funciones, suspendió el homenaje en el Parlamento Vasco ante la falta de acuerdo de los grupos y el temor de que se desvirtuara el contenido del acto. La líder de EH Bildu recién llegada al Parlamento, Laura Mintegi, se decantó por participar en una manifestación de apoyo a los presos de ETA en Bayona y no acudió a ninguno de los homenajes organizados en Juntas y municipios. López reprochó a la izquierda abertzale que, tras el cese de la violencia de ETA, y pese a sus “tímidos gestos hacia las víctimas” aún seguía “acariciando la espalda de los victimarios".
Actos alternativos en 2013
Cerrada la legislatura de López y con el PNV de nuevo en el Gobierno vasco, el Día de la Memoria amplió definitivamente su cobertura institucional a las víctimas de todas las violencias, generalidad que incluyó hasta a las de la dictadura franquista. PP y UPyD no acudieron a la ofrenda del Parlamento y los populares, que gobernaban en Álava y Vitoria, celebraron homenajes alternativos después de un amago del partido de Quiroga de aceptar la inclusión de los damnificados de las FSE. Urkullu acudió a la Universidad donde cerró un sencillo acto con un minuto de silencio.
Sin acto del Gobierno en 2014
El Gobierno vasco renunció por primera vez a convocar un acto propio y se unió a la ofrenda del Parlamento, donde se ausentaron de nuevo PP y UPyD. Ambas formaciones celebraron por separado distintos homenajes en Vitoria. Hubo múltiples actos en los que por norma general EH Bildu no acudió a dónde se hablaba expresamente de “víctimas del terrorismo” y los populares faltaron allí donde se impuso la abstracción.
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