Ante una barbarie, los ciudadanos suelen declinarse por favorecer a los partidos que están en el poder. Así, el Partido Popular cree que puede sacar rédito electoral a los atentados perpetrados el viernes en París brindando ayuda al país vecino y mostrando a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno y candidato del PP el 20-D, como el referente “consolidado” y que aporta “estabilidad”. Durante el fin de semana, cuando los mandatarios del G-20 se reunieron en Turquía, el jefe del Ejecutivo aprovechó la crisis abierta en el seno de la Unión Europea para presentar las propuestas que España podía aportar para atajar el terrorismo yihadista.
Aunque se recomienda prudencia por la gravedad de la situación en Francia, fuentes internas del PP reconocen la oportunidad electoral que ofrecen los acontecimientos y se felicitan de que Mariano Rajoy haya asumido con “decisión y firmeza” su responsabilidad. En el equipo electoral de Rajoy utilizan con gran habilidad estos acontecimientos y le han otorgado un indiscutible protagonismo mediático a su líder que “le permite mejorar su imagen frente a sus adversarios políticos”, Pedro Sánchez y Albert Rivera, que intentan sumarse al carro sacando pecho del pacto antiyihadista.
Intenta salir del plasma
Desde que Mariano Rajoy cambió de estrategia de comunicación este verano, cuando se dio cuenta de que era imposible transmitir un mensaje serio a través de un plasma, su imagen ha cambiado radicalmente. Atrás dejó al Mariano inmóvil y dubitativo para transformarse en un presidente firme y dialogante, un estadista con una apretada e intensa agenda internacional, que ha abierto las puertas de la Moncloa hasta a aquellos líderes políticos que aún no tienen representación parlamentaria en el Congreso. La cara más amable de un presidente del Gobierno que, según las encuestas internas que maneja internamente su partido, “va recuperando poco a poco la simpatía de la gente, sobre todo de los votantes desencantados con la gestión del PP durante la primera mitad de la legislatura”.
Rajoy se reunió con todos sus contrincantes políticos con el desafío catalán encima de la mesa. Sin embargo, la oposición supo sacar provecho de aquella visita institucional y tras los atentados en París el escenario que eligió el PP fue muy distinto. El presidente del Gobierno hizo unas declaraciones públicas doce horas después de los fatídicos atentados para tender la mano a Francia. Pero esta vez habló con sus contrincantes por teléfono, no fueron invitados a la Moncloa en ningún momento.
Miedo al 'No a la guerra' de Podemos
Tras convocar al Consejo Nacional de Seguridad y firmar en el libro de visitas de la embajada francesa en Madrid, Rajoy viajó a Turquía y continuó su particular campaña. Solo hay un asunto que les preocupa. Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias, se ha desmarcado del pacto antiyihadista. En el PP temen que “el ala más radical del partido incite a través de las redes sociales una manifestación masiva con el 'no a la guerra' como telón de fondo y entonces la situación que se vive hoy en Francia nos perjudique más que nos beneficie”.
Con los atentados de París como invitado al G-20, Rajoy quiso destacar el papel de España en la lucha antiterrorista y enumeró los logros obtenidos en esta materia, como la persecución de los circuitos de financiación de las organizaciones terroristas; el control de los intercambios de información en Internet o el control de las fronteras. Además, no quiso perder la oportunidad de difundir una fotografía en la que el presidente de EEUU, Barack Obama, le da un apretón de manos como muestra de su felicitación personal al cambio de tendencia en la economía del país.
Hablan los expertos
Los expertos en comunicación política coinciden en que los ciudadanos cierran filas en torno al líder cuando se produce un atentado como el de París. El politólogo Emilio Serrano destaca que este escenario “favorece a Rajoy porque no se habla de corrupción, por ejemplo, y se presenta como el garante de la unidad en España”. Todas las encuestas demuestran que, tras una catástrofe como la vivida la semana pasada en el país vecino, sus líderes salen fortalecidos. George W. Bush, presidente de EEUU durante el 11-S, “aumentó su popularidad un 34%”; Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, “la subió un 21% tras la muerte de su marido”. El propio Francois Hollande, tras los atentados en Charlie Hebdo, “la elevó un 21%”.
Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra, destaca la "enorme volatibilidad del voto" a un mes de las elecciones para destacar el efecto positivo que pueden tener los terribles atentados en la decisión final del voto. "Rajoy asume su rol de liderazgo sin contestación por parte de la oposición, porque no hay oposición posible a una contestación global a la barbarie". El profesor reconoce que, al ponerse el foco de información en París, el PP "consigue esconder otros temas que le perjudican más".