El president de la Generalitat en funciones, Artur Mas, ha decidido intervenir personalmente en el conflicto abierto entre la Generalitat y el Ministerio de Hacienda. Mas ha comparecido este martes después de la reunión del Govern para denunciar la “agresión institucional” que supone la intervención de las finanzas catalanas por parte de Hacienda, que el pasado viernes anunció que la Generalitat deberá responder a ciertas exigencias particulares para poder acceder al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
“He querido comparecer porque estamos ante un momento especial de beligerancia del Gobierno español hacia la población catalana”, ha arrancado Mas, que ha reiterado en diversas ocasiones que la agresión es a todos los catalanes. “A los que votaron a favor de la independencia y a los que no”.
Las “agresiones” del Estado a Cataluña
El president ha denunciado “agresiones” en tres frentes. En primer lugar la ya mencionada intervención de las finanzas, en segundo la querella del 9-N y en tercer lugar la exclusión de Mas de las conversaciones contra la lucha terrorista. “Soy el único cargo electo que tiene mando sobre fuerzas de seguridad al que han excluido”, ha denunciado. Según Mas, todas estas agresiones se producen porque una parte de los catalanes quiere la independencia y ha anunciado respuestas. “Todo el mundo que es agredido tiene derecho a actuar en legítima defensa”.
El president ha avanzado que la Generalitat actuará contra las acciones del Gobierno en dos frentes. Por un lado estudiará “todas las vías jurídicas” para hacer notar “hasta qué punto esta agresión existe por defender determinadas ideas”. Esta vía no solo contempla el Tribunal Constitucional, sino que estudia la vía contenciosa-administrativa que podría acabar en el Tribunal Supremo. A su vez, Mas no ha descartado recurrir a instancias europeas. “Debería preocupar al conjunto de la UE que en un Estado miembro se esté produciendo esta agresión sólo porque un Parlamento elegido democráticamente defiende ideas políticas de manera pacífica, democrática y respetuosa con los Derechos Humanos”.
A parte de las medidas jurídicas, la Generalitat también llevará a cabo respuestas políticas. “Cuantas más agresiones recibamos, más pondremos el acento en ampliar la base independentista y en hacer más irreversible el proceso soberanista”. El president ha reconocido que confía más en esta vía que en la judicial y ha afirmado que el Estado les ayuda en este aspecto. “Por cada agresión de este tipo, convencen a alguien nuevo de que debemos emprender el camino soberanista para no acabar engullidos por el Estado”.
Mas ha sido muy duro contra las acusaciones de Montoro de que la Generalitat no contabilizó en su deuda 1.300 millones de euros en infraestructuras de años anteriores. “Decir que ocultamos información es una mentira flagrante, total y absoluta”, ha dicho el president. Según Mas, esta deuda fue comunicada en 2009 y en 2013 al Ejecutivo central y ahora Montoro usa este argumento para atacar a la autonomía catalana. “Es un 155 encubierto”, ha zanjado, en la misma línea que expuso el viernes su conseller de Economía.
Mas incluso ha avisado que denunciará irregularidades de las finanzas del Estado, que también habría contabilizado de la misma manera diversas infraestructuras. “El ministro Montoro juega con fuego y se quemará”, ha amenazado. “¿Dónde está la deuda de ADIF y de los kilómetros y kilómetros de AVE? ¿Cómo defenderá Montoro el fiasco de las carreteras radiales de Madrid? ¿y el gran fiasco del Castor?”, ha preguntado. “Esto lo empezaremos a denunciar. No estamos dispuestos a ser agredidos de esta manera por parte de los que tienen muchas cosas que explicar”.
Diálogo post 20-D
A pesar de su beligerancia, Mas ha querido tender una mano al Gobierno que surja después de las próximas elecciones generales en el caso de que no gane el PP. “Si hay un Gobierno distinto, subrayamos el punto de la resolución que dice que ofreceremos diálogo a Madrid y a Bruselas, que es nuestra actitud permanente”.
Según Mas, para este diálogo se necesita un Gobierno “que tenga el mínimo concepto de diálogo”, ya que con el actual no es posible. “Cuando defiendes una idea que no les gusta te atacan por tierra, mar y aire”, ha afirmado.
Sobre las negociaciones con la CUP, ha asegurado que “siguen en marcha” y que el objetivo de las conversaciones es un pacto global que incluya estabilidad parlamentaria y la aprobación de los presupuestos. Aún así, no ha querido garantizar que la negociaciones acabarán con un pacto. “Es una fruta que tiene que acabar madurando, si es que al final madura, cosa que no le puedo garantizar”.