Una vez que se constituya la Mesa del Congreso que tantos quebraderos de cabeza está causando, la primera decisión que deberán tomar sus integrantes será cómo reparte los 350 escaños que conforman el Parlamento. Es una de las decisiones que no recoge el Reglamento y que siempre se ha consensuado entre los partidos. Históricamente, PP siempre se ha sentado a la derecha de la Cámara y PSOE a la izquierda. La irrupción de nuevos partidos como Ciudadanos (40 escaños) y Podemos (69), que piden el mismo espacio que los conservadores y los socialistas, se convierte en otro problema más para un órgano que todavía no se ha formado.
El miércoles 13 se constituyen las Cámaras y, una vez que todos los diputados hayan tomado posesión de sus cargos, se conformará la Mesa del Congreso. Desde que se constituyeron las Cortes Generales nunca ha habido ningún problema a excepción de la última legislatura, cuando los diputados de Bildu reclamaban otros asientos a los que le asignaron. Por costumbre, el centro del hemiciclo lo han ocupad los nacionalistas e Izquierda Unida se sentaban justo encima de los socialistas.
Cuando Rosa Díez creó Unión Progreso y Democracia y consiguió formar grupo propio ocuparon el centro del Parlamento. Un sitio que ahora, una vez que los magenta se han quedado sin representación, quiere ocupar Ciudadanos. Los más beligerantes son los de Podemos, que ocupan el 30% de los sillones de la Cámara y luchan por ocupar los asientos donde tradicionalmente se sentaban los socialistas. El encaje de bolillos para contentar a todos se antoja bastante más difícil que en legislaturas pasadas.
Otro de los asuntos que deberá resolver la Mesa de la Cámara será valorar y decidir si Podemos se desmembra de las tres mareas con las que se presentó a las elecciones en Galicia, Cataluña y Valencia. Partido Popular y Ciudadanos ya han anunciado públicamente su negativa a que los de Pablo Iglesias se dividan en cuatro grupos, lo que les permitiría un presupuesto mayor y un turno de palabra superior al que les correspondería. El PSOE, por el momento, sigue sin aclarar su postura al respecto. Una vez más, el Reglamento del Congreso se puede interpretar de dos maneras y hace falta la autoridad del órgano de la Mesa para decidir finalmente si se permite la formación de cuatro grupos distintos o los 69 diputados de Podemos deberán formar parte de la misma agrupación.
La normativa de la Cámara señala, en su artículo 23, que no podrán formar grupo "diputados que pertenezcan a un mismo partido" ni tampoco aquellos que, "al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado". Sin embargo, las mareas de Podemos se presentaron con otro nombre distinto, un punto que el código de funcionamiento interno del Congreso no recoge.
En la reunión que este viernes mantuvieron por primera vez desde el 20D Albert Rivera y Pedro Sánchez, el líder de Ciudadanos le comunicó al socialista su rechazo a que Podemos se desdoble en cuatro grupos. El del PSOE también le confirmó que no lo veía con buenos ojos, pero se resistió a dar el portazo a Iglesias. Sea como fuere, los dos están de acuerdo en quitar la Presidencia de la Mesa al Partido Popular, que reclama que debe ser para el partido más votado.
Con este escenario, los nueve miembros que conformarán la futura Mesa del Congreso tendrá una actividad frenética para poner orden a un Parlamento más fragmentado que nunca. Todos los grupos coinciden en que uno de los primeros puntos que se deberá abordar es precisamente reformar el Reglamento, intacto desde que se aprobó en 1982.