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Al contrario que su madre, Triana Martínez respondió las preguntas del fiscal y no lloró durante sus tres horas de declaración. Explicó que sentía muy unida a su madre y a su abuela y que por eso no siguió el consejo de su padre, que le recomendó buscar trabajo en Alemania cuando perdió su plaza en la Diputación de León.
El objetivo del fiscal era demostrar que la joven y su madre habían urdido juntas el plan para matar a Isabel Carrasco y subrayar las contradicciones entre algunos detalles de sus declaraciones iniciales y su relato actual. Triana refrendó las palabras de su madre y aseguró que su madre sólo le informó de que iba a perpetrar el crimen unos segundos antes de dispararle con el revólver que había comprado en la ciudad de Gijón.
El ministerio público pide la misma pena para Triana, para su madre y para su amiga Raquel Gago: 20 años por asesinato en concurso ideal con atentado y otros tres por tenencia ilícita de armas. A continuación incluyo los pasajes más interesantes de su declaración.
1. ¿Por qué ayudó a su madre a buscar armas?
Triana admitió que su madre le había dicho en una ocasión que quería matar a Isabel Carrasco y le había pedido que buscara armas “porque no podía aguantar más”.
¿Estaba de acuerdo con ese plan? Al escuchar la pregunta del fiscal, la joven se encoge de hombros y responde: “Me dijo que era eso y yo lo hice. Pero a los pocos días yo hablé con ella y le dije que no podía hacer eso. Que ya sabía que lo hacía por mí pero que no buscara ese problema”.
Triana sitúa esa conversación en octubre o noviembre de 2012, unos meses después del congreso provincial del Partido Popular que mencionó su madre en su declaración. Montserrat asegura que tomó la decisión de matar a Carrasco al ver que Mariano Rajoy no la apartaba del liderazgo del PP de León.
Unos meses después, Triana dice que se dio cuenta de que su madre había hecho otra búsqueda de armas. Se dio cuenta porque la había hecho en un ordenador viejo que tenía encendido para descargarse películas y que tenía instalado un programa que le advertía de cualquier actividad. “Entonces dije a mi madre que si no estaba ya zanjado ese tema”, recuerda sobre esa conversación.
El día del crimen había llamado a su amiga Raquel, la policía municipal al que el fiscal y varios letrados acusan de estar al corriente del plan para asesinar a Isabel Carasco. Le dijo que viniera a comer porque su madre había hecho unos mejillones con una salsa que le gustaba pero la agente le dijo que prefería pasar por su casa a ducharse y que se verían después.
“Al llegar a casa, hablamos del té que íbamos a tomar. También de un golpe que había tenido su padre en Vegas [su pueblo]. No había seguro a todo riesgo y hablamos de dónde llevar el coche a arreglar. También hablamos de quedar a tomar algo a las ocho y media, cuando volviéramos de Carrizo”, recuerda Triana sobre su conversación.
2. ¿Habló con su madre antes o después del crimen?
El fiscal y los letrados de las acusaciones piensan que Montserrat llamó a Triana después de apuntar contra su víctima. El abogado de madre e hija quiere demostrar que esa llamada la hizo la autora del crimen antes de disparar. Ésa es la versión que dio Montserrat este martes y la que refrendó este miércoles su hija ante el presidente del tribunal. A continuación reproduzco su testimonio íntegro por su interés.
“Mamá me dijo: ‘¿Dónde estás? Vete para el coche’. Le dije que estaba en la avenida de Roma y me dijo: ‘La estoy viendo, la estoy viendo. Hoy termina todo esto’. Le dije: ‘¿Dónde estás?’. ‘Estoy donde el ambulatorio’. Me fui hacia allí porque iba a hacer una locura y no quería que hiciera eso”.
3. ¿Qué ocurrió después del crimen?
El relato de lo que ocurrió es el punto más débil del testimonio de Triana, que ha cambiado su versión durante la instrucción del caso. Asegura que vio a su madre a unos metros de la pasarela, que se cruzó con ella sin mediar palabra y que recogió el bolso con el revólver que Montserrat había arrojado en un garaje de la calle Lucas de Tuy.
“Al coger el bolso, pensé que allí había un arma y me dio no sé qué por si era la pistola de mi padre”, dijo Triana aludiendo a su padre, que ejercía como inspector jefe en la comisaría de Astorga, una de las ciudades más pobladas de León.
“Me crucé y no pude hablar con ella”, asegura. “Mamá estaba pálida, rota. Yo me puse supernerviosa. Ella iba andando deprisa, casi corriendo. Yo fui directa al bolso porque tiró eso y pensé en mi padre. Pensé que había pasado algo”. ¿Pensó que la había matado? “Puede”, respondió Triana al fiscal.
4. ¿Por qué cogieron el coche el día del crimen?
La versión de Triana coincide con la de su madre: ese día salieron en coche porque iban a ir al pueblo a ver a la abuela y antes Triana quería mirar un regalo para Montserrat. “Mi madre me dijo: ‘Espero a que termines y mientras me voy a caminar’. Le dije que nos llamaríamos y puse en la ORA lo que tenía suelto”, dijo ante el presidente del tribunal.
Lo que no logró explicar Triana es por qué no le extrañó que su madre llevara una parka, unos guantes y unas gafas de sol en un día primaveral. “Es una manera de vestir”, respondió en tono evasivo.
5. ¿Por qué le da el bolso a Raquel?
Triana asegura que se encontró con su amiga policía por casualidad. Primero la llamó pero no contestaba y luego la vio a unos metros del garaje donde su madre había arrojado el arma. Estaba hablando con un controlador de la ORA y no la quiso molestar. A continuación reproduzco lo que dijo en su declaración.
“Llego allí y yo creo que ni me oyen. Le dije a Raquel que si tenía el coche abierto pero no esperé a que me dijera nada y le dejé allí el bolso porque me pesaba mucho y pensaba ir a cogerlo al momento. Ellos se movieron un poco y yo pasé por detrás.
Yo quería hablar con ella para saber si había visto a mi madre. Dejé allí el bolso y pensaba venir a recogerlo. Fíjate. Ya lo siento haber dejado allí eso. Yo no sé si estaba el coche abierto. Le dije que me iba a la frutería. No me fijé si el coche estaba abierto o si lo abrió entonces. No tenía intención de meter en un lío a Raquel”.
6. ¿Dónde encuentra a su madre?
Al volver donde había dejado el coche, Triana se encuentra con su madre rodeada de varios policías. Les da su carné de conducir y su documentación y ve que sacan todo lo que llevaba en el maletero.
7. ¿Cuándo vuelve a ver a su madre?
A su madre se la llevaron a la comisaría de León y a ella a la de San Andrés del Rabanedo, un municipio a las afueras de León. Sólo al día siguiente del crimen sobre las seis de la tarde, la policía lleva a Triana a la comisaría de León.
“Se dirige a mí un policía y me dice: ‘Ven conmigo, que vamos a arreglar esto tú y yo’”. Quien le dice eso a Triana es un policía de Burgos que asegura que viene de parte de un amigo de su padre: Alfonso Santociles, el comisario de Valladolid.
“Le dije que quería ver a mi padre y me dijo que no pero que podía ver a mi madre”, dijo Triana. “Querían encontrar el arma y no sabían dónde estaba. Me pareció que me dejaron solas y yo le dije a mamá cómo había tirado el bolso”.
8. ¿La engañan los policías?
Triana asegura que no le dejaron hablar con su abogado y que los policías de Burgos le dijeron que les dijera dónde estaba el arma y que luego “harían como que se la habían encontrado en una alcantarilla el día anterior”.
“¿Tú crees que te estoy engañando?”, dice Triana que le dijo un agente. “Tengo una niña de ocho meses. Quiero irme a verla. Estoy aquí para ayudarte”. Se tomaron un sandwich y una coca-cola allí en comisaría. Triana asegura que se fió de los policías y que creyó que le querían ayudar.
9. ¿Cómo describe el presunto acoso sexual?
Triana volvió a decir este martes que Isabel Carrasco intentó mantener relaciones sexuales con ella unos días después de que saliera la convocatoria de la oposición para cubrir su plaza en la Diputación de León.
“Esa plaza la habían creado para mí y era para mí”, dijo la joven. “Pero como no me quise acostar con ella se encargó de ponerme un tribunal para quitarme esa plaza. Cogió a una persona que ya tenía trabajo en el Ayuntamiento de Burgos y la amortizó luego para que no me pudiera volver a presentar”.
Triana asegura que los hechos ocurrieron cuando Carrasco volvió de Tenerife en enero de 2010. La presidenta le dijo que se pasara por su casa a instalar una aplicación en su teléfono móvil.
La joven describió el portal de la presidenta y la disposición de las habitaciones de su casa y asegura que le llevó primero a la cocina con la excusa de que tenía muy buen embutido y le dijo que si quería algo de picar.
Triana recuerda que Carrasco llevaba puesto un vestido y que fueron juntas al salón. “Me dijo: ‘¡Ay, cómo sois los de Astorga! ¡Qué bien hueles!’. Entonces se acercó para olerme el perfume y me besó en la boca. Me entró y yo sentí… Me sentí mal. Me sentí así, asustada. Porque yo no quería… Me quiso tocar y me agarró por detrás para que no me soltara. Yo me echaba hacia atrás porque no quería besarla. Me dijo: ‘Tranquila. Quiero estar contigo. Me gustas. No pasa nada’”.
Triana asegura que se levantó y cogió el bolso. Al salir, dice que Carrasco le digo: “Piénsatelo bien. Ya han salido las bases de tu plaza. Si te quedas, tienes mucho que ganar y poco que perder”.
El fiscal le ha recordó este martes a Triana que el presunto acoso sólo lo desveló siete meses después del crimen. “No lo dije antes porque me daba vergüenza”, explicó. “Me sentí tan mal que sólo se lo pude contar a mi madre. A mi padre no se lo dije. Me lo sacó el psiquiatra. No quería abordar esa situación. Me limité a hablarle al abogado de lo que había hecho. No me gusta hablar de ello. Me siento mal”.