"Lo he dicho 20 veces, pero lo digo 21. No voy a buscar su apoyo". La frase la dijo Pedro Sánchez, el líder del PSOE, este viernes en el Congreso de los Diputados. Se refería a Esquerra Republicana, Democràcia i Llibertat (la marca de Convergència Democràtica) o Bildu. Se trata de partidos que defienden la autodeterminación de Cataluña y Euskadi. ERC y DiL sustentan el Govern de la Generalitat y trabajan además ya no por un referéndum sino directamente por la "desconexión" de España en los próximos meses. En total suman 19 escaños probablemente decisivos para la votación de investidura de Sánchez, más cerca tras el paso atrás dado por Mariano Rajoy.
La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, y numerosos dirigentes territoriales, muy influyentes en el PSOE, se oponen a cualquier pacto de izquierdas que necesite a independentistas para prosperar, ya se trate de los aliados de Podemos en Cataluña y Galicia, que defienden una consulta, o de ERC y DiL, que ya están en directamente en la fase de ruptura. Así se lo advirtieron a Sánchez en una reunión de varias horas el pasado 27 de diciembre, que preparó una resolución del Comité Federal del PSOE que prohibía al candidato sentarse a negociar con todo aquel que no renunciase antes a la autodeterminación.
"Erramos el tiro. No teníamos que haber ido contra Podemos sino contra el secesionismo", aseguraba una fuente al corriente de la estrategia de Díaz tras conocer la renuncia de Rajoy a intentar ahora la investidura. En plena resaca electoral, la sensación trasladada por el PSOE fue la de un partido desunido y que ponía más obstáculos de la cuenta a un pacto con Podemos, partido en el que han recalado muchos votantes tradicionalmente del PSOE.
Ahora, los socialistas buscan darle una vuelta de tuerca a la ya dura resolución del Comité Federal, que es el órgano que marca las líneas maestras del partido y que manda más que la Ejecutiva de Sánchez. La próxima reunión está fijada para este sábado, aunque el número dos del PSOE, César Luena, abrió el viernes la puerta a retrasarla si fuese necesario.
En el camino de los presidentes autonómicos, conocidos como los barones, se ha cruzado el calendario de la Casa Real. El Rey tiene previsto iniciar una segunda ronda de consultas el miércoles. Recibirá de nuevo a los portavoces de los partidos políticos con representación en una fase que podría durar tres días y no los cinco de la semana pasada, al tratarse de un segundo contacto.
¿Encargo el viernes, Comité Federal el sábado?
Que el Rey pueda designar a Sánchez como candidato el viernes, víspera del sanedrín socialista, complica la agenda de los barones. Sánchez ha hecho saber que él sí aceptará el encargo de someterse a la investidura en caso de que el Rey se lo pida, a diferencia de Rajoy. "El PSOE va a asumir las responsabilidades, desde luego, cuando lleguen, y si llegan, porque estas cosas no se piden, estas cosas se reciben, y aquí de momento el Rey se lo ha ofrecido a una persona que, de una manera insólita e irresponsable, ha dicho que no", señaló Luena el sábado.
¿Puede el Rey encargar a Sánchez que forme Gobierno el viernes por la tarde y el Comité Federal transmitir la idea de que rechaza el encargo el sábado por la mañana? "Sería muy inoportuno", señala una fuente socialista al corriente de los movimientos internos. "Lo que debería hacer el Rey es tomar una decisión unos días más tarde con toda la información", señala. "La imagen de que el Comité Federal responde al Rey o que el Rey responde al Comité Federal podría ser desastrosa", señalan.
Por ese motivo, si el Rey encarga a Sánchez formar Gobierno el viernes, la reunión del sábado puede ser mucho más convulsa de lo que se prevé y emplazar a otra definitiva para más adelante, según apuntó un dirigente autonómico este domingo a EL ESPAÑOL.
Sánchez se encuentra en un cruce de caminos. Está decidido a formar Gobierno, pero la propuesta de Podemos ha sido percibida como una inaceptable broma de mal gusto en el PSOE, cuando no una "humillación" o un "insulto", según dijeron Eduardo Madina y Alfredo Pérez Rubalcaba, respectivamente. La propia dirección del PSOE la consideró el sábado un "chantaje" a través de un comunicado.,
Este domingo, también Ciudadanos fijó postura para descartar otra fórmula que podría llevar a Sánchez a la Moncloa. "No contemplamos votar a favor de Pedro Sánchez en ningún caso", dijo José Manuel Villegas, número dos del partido. Ante el "espectáculo de tacticismo" denunciado por el dirigente, el PSOE no podrá contar con su apoyo y buscar una abstención de Podemos, una fórmula aritméticamente muy cómoda. Si además Ciudadanos mantiene su "no" a un Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos, a Sánchez no le queda otra salida que asegurar los votos favorables de Iglesias y confiar en una abstención de los independentistas, sea o no buscada.
La frase clave del Comité Federal
Los presidentes autonómicos, encabezados por Díaz, buscan incluir en la nueva resolución del Comité Federal una renuncia expresa a la investidura a través de la abstención de los independentistas. ¿Quién controlará el botón que pulse Joan Tardá, portavoz de ERC, o Francesc Homs, el de DiL, junto a sus diputados?
En realidad, ambos partidos podrían abstenerse por mera comparación entre candidatos y no por contrapartidas que Sánchez esté dispuesto a ofrecerles, las haga públicas o no. En otras palabras: ambos partidos tienen a su disposición entenderse con Sánchez e influir en sus leyes para sacar rédito tras su investidura y no a través de un acuerdo previo.
Pero los barones no se fían, por eso trabajan en una frase que incluya que "el PSOE no puede formar Gobierno con el apoyo, la abstención o la ausencia [de la cámara en el momento de la votación] favorables de los grupos secesionistas", según fuentes al corriente de los movimientos internos.
Sin embargo, antes de nuevos pasos, el PSOE mira al Rey... y a su reloj.