A Anna Vilanova, viuda y sorda de 88 años, la quieren desahuciar del piso que ocupa desde 1963 porque no pagó una deuda de 106 euros. Ya hay sentencia en firme del Tribunal Supremo y Anna está esperando que ejecuten el lanzamiento. EL ESPAÑOL publicó su historia la semana pasada. Desde entonces, miles de personas se han movilizado para evitar que esta octogenaria catalana acabe en la calle.
Concretamente son 22,118 personas, de España, Europa y América Latina, las que se han sumado a una campaña puesta en marcha por “Hazte oir”. Se trata de una ONG que se dedica a trabajar temas políticos, pero que ha decidido saltarse su propia filosofía y tratar de mediar, por primera vez en sus 14 años de historia, en un desahucio.
Asesoramiento jurídico
“Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que no echen a Anna de su casa. Recogeremos firmas, presionaremos al Ayuntamiento y a los estamentos políticos que haga falta. Incluso estamos dispuestos a emprender acciones inéditas en nuestra ONG. Nunca habíamos proporcionado abogados para nadie, pero si esta es la solución, también lo contemplamos”. Lo asegura Miguel Vidal, director adjunto de la ONG responsable de la acción.
“Nos enteramos de este caso leyendo la historia que publicó EL ESPAÑOL”, confiesa Vidal, que define su institución como “una ONG de centro derecha que aborda temas políticos. Lo que ocurre es que este caso nos pareció tan injusto y tan desproporcionado que decidimos actuar, aunque no se ciñese a los temas habituales que trabajamos desde nuestra organización”.
Dicho y hecho. En cuanto conocieron la historia se pusieron manos a la obra y arrancaron una iniciativa para recoger firmas. Empezaron el jueves y al día siguiente ya contaban con el apoyo de más de quince mil personas. “Lo que hicimos fue poner en marcha una campaña de recogida de firmas electrónicas. Cada adhesión a la campaña se convierte en un email que llega al Ayuntamiento de Granollers. A día de hoy, el alcalde debe tener más de 22 mil correos pidiendo que no se ejecute el lanzamiento de Anna Vilanova”.
Apoyos desde todo el planeta
Los firmantes de esta campaña proceden de todas las partes del mundo. “Formamos parte de una organización que cuenta con varias ONG; todas ellas se encargan de abordar problemas de diferentes temáticas. “Hazte oir” sólo actúa en España; el resto de casos se tratan desde la organización “Citizen Go” y aborda los temas internacionales”, cuenta Vidal. Sin embargo, el caso de Anna Vilanova ha trascendido fronteras y ha contado con el apoyo de personas de todo el planeta. “El 80 por ciento de las adhesiones a la campaña proceden de España, pero el 20% restante han llegado del resto de Europa y de países de América Latina”.
¿Qué es lo que puede hacer “Hazte oir” para ayudar a una anciana a punto de ser desahuciada? Miguel Vidal reconoce que “es la primera vez que vamos a afrontar un desahucio y esto es nuevo para nosotros”, pero enumera diversas acciones a emprender: “Lo primero que hicimos fue desplazar a una persona de nuestra organización a Granollers, a hablar con ella”. Miguel Vidal confiesa que “estuvimos con ella en su casa y aunque ella intenta ser optimista porque así es su carácter, se le nota destrozada”.
Tras entrevistarse con ella, han decidido presionar a los estamentos políticos: “Empezamos por el Ayuntamiento de Granollers. Sabemos que este caso no está en sus manos, pero sí que estamos seguros de que el Consistorio tiene una partida económica para evitar que esta mujer se vaya a la calle y queremos que ponga en marcha algún protocolo para que Anna no se vea en la calle”. Por este motivo, las más de 22 mil firmas recogidas por el momento aparecerán en la bandeja de entrada del correo del alcalde. “Creemos que están sensibilizados con el tema,pero nos gustaría que se pusiesen manos a la obra y no dejasen desamparada a esa mujer. De todos modos, aunque tenemos que esperar su respuesta, nos consta que su predisposición es buena”.
Presión a los estamentos oficiales
Si con las firmas digitales no resultase suficiente, desde “Hazte oir” han previsto empezar una ronda de contactos con otros estamentos públicos. “Tal vez vayamos presencialmente al Ayuntamiento y les entreguemos una copia física de todas esas firmas. Y si no es suficiente, tal vez nos pongamos en contacto con el defensor del pueblo, aunque aún es muy pronto para adelantar acciones que sólo se realizarían si fallase la primera”.
Y si con todas estas iniciativas no se consiguiese nada, desd ella ONG contemplan la posibilidad de explorar nuevos horizontes. “Es el primer desahucio que tratamos y no contamos con experiencia previa. Pero somos conscientes de que el Ayuntamiento no puede hacer mucho en estas cuestiones judiciales. Así que si la solución pasa por proporcionar abogados a Anna para que la orienten y la ayuden con su caso, no descartamos esa opción. Estamos abiertos a cualquier iniciativa que esté en nuestras manos”, asevera.
“Hazte oir” ha logrado, durante sus 14 años de vida, muchos de los objetivos planteados en sus campañas de recogidas de firmas. Por citar algún ejemplo, hace dos años logró que varias empresas retirasen la publicidad a un canal de televisión (Telecinco) por “el componente machista y denigrante de uno de sus programas”. Más recientemente, la ONG logró que el alcalde de Valencia diese marcha atrás en su idea inicial de prohibir misas cristianas en el cementerio de la ciudad durante la festividad de Todos los Santos.
"Me veo viviendo bajo un puente"
Por su parte, Anna Vilanova ha manifestado sentirse “emocionada por la respuesta de la gente. Desde que empecé a hablar con los periodistas, hay mucha gente que se ha enterado de mi historia y ha decidido ayudarme. Hay mucha gente buena en el mundo”. Vilanova explica que “si no hubiese sido por las muestras de ánimo de los últimos días, no podría seguir adelante, porque en realidad tengo la moral por los suelos. De verdad que me veo viviendo debajo de un puente a mis 88 años. Que me dejen morirme en mi casa”, pide.
Vilanova también declaró que se enteró de que la situación era tan extrema a través de la prensa. “Yo no me entero mucho de estas cosas. Cuando publicaron la noticia vino gente a verme para explicarme lo que estaba sucediendo. Yo pensaba que las cosas estaban como siempre: que las propietarias me querían echar y que por eso me hacían la vida imposible. Pero resulta que no, que ya hasta los jueces lo han decidido”. Ahora, Vilanova fía el futuro “a lo que consiga esa gente que me quiere ayudar y a que el Ayuntamiento me trate bien. Yo confío mucho en este alcalde y espero que no me dejen sola”, concluye.