Francesc Homs, portavoz de Democràcia i Llibertat (DiL), la marca de Convergència Democràtica de Catalunya en el Congreso de los Diputados, escribió en Twitter tras su audiencia con el rey un mensaje sólo apto para los que estas semanas se dedican a leer entre líneas: "He dicho al Rey que con lo que conocemos, votaremos no al PSOE/PODEMOS", dijo este viernes.
"Con lo que conocemos".
¿Qué le queda por conocer al partido de Artur Mas para decidir si cambia su voto en contra por uno a favor o una abstención? La mera formulación de la pregunta provoca escalofríos en algunos sectores del PSOE, especialmente en Andalucía, Asturias y la vieja guardia del partido. Otros barones, que gobiernan gracias a Podemos en Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Extremadura, no confían en Pedro Sánchez ni en un Gobierno con Podemos, pero temen que mostrarse en contra repercuta en la estabilidad con la que esperan mantenerse en sus puestos tres años y medio más.
La aritmética es sencilla: si Sánchez acepta la oferta de coalición con Podemos e IU, tendrá con toda probabilidad en frente al PP y posiblemente a Ciudadanos. Entre ambos partidos suman más que los que obtendría el pacto de izquierdas, por lo que el PSOE seguiría necesitando votos a favor del PNV y la abstención de DiL y Esquerra Republicana.
La respuesta a esos temores, dada esta semana por César Luena, no acabó de neutralizarlos. "Nosotros no vamos a buscar el apoyo de los independentistas nunca, de ninguna forma y en ningún lugar. Nunca. Sobre las decisiones que tomen, son las decisiones que tomen ellos", se desentendió. "Nosotros no les vamos a decir lo que tienen que hacer", añadió.
El Comité Federal de este sábado debatirá sobre los pactos con este punto sobrevolando cualquier negociación.
Díaz no quiere riesgos
La desconfianza entre Pedro Sánchez y alguno de los barones es tal que Susana Díaz no quiere correr riesgos. A los que les cuesta aceptar un pacto con Podemos difícilmente aceptarían contraprestaciones a grupos independentistas que han iniciado un proceso de "desconexión" de Cataluña de España desde la Generalitat.
Algunas fuentes apuntan incluso a que Miquel Iceta, primer secretario del PSC y muy próximo a Sánchez, podría iniciar contactos con Convergència, un partido que tradicionalmente ha buscado en el Gobierno central transferencias de soberanía, y con ERC, que ya apuntaló en el pasado Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, estos contactos fueron desmentidos tajantemente por fuentes del PSC consultadas por EL ESPAÑOL.
Por ese motivo, Díaz llega a Madrid con una propuesta bajo el brazo: obligar a Pedro Sánchez a renunciar a la investidura si es gracias a la abstención de independentistas. Según fuentes cercanas a la presidenta, el PSOE andaluz lleva días contando votos que podría obtener su postura en el Comité Federal, un foro donde se reúnen 300 dirigentes y donde las federaciones regionales tienen un gran peso.
La resolución de los barones
La exigencia podría explicitarse en una resolución que complemente la del pasado 28 diciembre, cuando el PSOE fijó dos principios básicos: votar no a Rajoy y al PP y no sentarse a negociar con nadie que defienda un referéndum de autodeterminación. El temor de varios barones es que Sánchez negocie, pero no lo cuente.
Las posiciones de los barones, que siempre podrían exigir ratificar cualquier acuerdo de investidura antes de que llegue al Congreso, abocan a Sánchez a negociar con Ciudadanos. Si Sánchez intenta un pacto de izquierdas, Ciudadanos tendría que abstenerse. En caso de que el líder socialista prefiriera a Albert Rivera como socio primordial, debería ser Iglesias el que no se opusiese junto al PP, algo menos probable.
Diversos dirigentes y referentes del PSOE insisten en que Sánchez no tiene otra opción que negociar al mismo tiempo con Podemos y con Ciudadanos por una cuestión meramente aritmética. En caso de que el rey encargue a Sánchez formar gobierno el próximo martes, cuando concluya la ronda de consultas, los contactos podrían empezar a ser formales.
Díaz y los barones prevén permitir a Sánchez que explore este pacto, pero no tienen una gran confianza en que lo logre. Las cesiones a Ciudadanos y a Podemos podrían ser excluyentes entre sí y existe el convencimiento en muchos dirigentes de que la voluntad de Iglesias no es tal y que busca únicamente nuevas elecciones para superar al PSOE.
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