La memoria histórica y los carnavales de Madrid han colocado en la cuerda floja a la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Celia Mayer. En apenas una semana, el equipo de Manuela Carmena se ha visto obligado a convocar a los medios de comunicación en tres ocasiones para apagar los fuegos levantados por la concejal de Cultura. En las ruedas de prensa rutinarias más de la mitad de las preguntas han girado en torno a Mayer y a su posible cese, requerido por la oposición en bloque tras la detención de los titiriteros.
El lunes pasado, el Ayuntamiento de Madrid arrancó la grúa sin avisar y comenzó a derribar los vestigios que considera “franquistas”. Además de la placa al falangista García Vara -sindicalista asesinado en 1935- y el monumento al alférez provisional -mando medio militar creado por Franco durante la Guerra Civil-, cayó el letrero que conmemora a los carmelitas fusilados en agosto de 1936.
A Mayer se le preguntó por el criterio tenido en cuenta a la hora de retirar el reconocimiento a estos ocho frailes de entre 18 y 22 años fusilados en la tapia del cementerio de Carabanchel, pero la concejal alegó “informaciones técnicas”. La misma respuesta dio cuando se le pidieron explicaciones acerca de la inscripción de José Calvo Sotelo -asesinado el 13 de julio de 1936, cuando la guerra no había siquiera empezado-, que el Consistorio tenía intención de borrar esa misma semana.
Mayer fue subrayada en su cargo
Mientras Mayer evitaba contestar a las preguntas acerca de su posible dimisión, la comisión jurídica del Consistorio acordaba la reposición de la placa en honor a los carmelitas fusilados y decidía paralizar las órdenes de la concejal de Cultura hasta la creación de “un marco normativo para la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica”, previsto para abril.
Al día siguiente, Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento, subrayó a Celia Mayer en el cargo, rechazó su dimisión -pedida por PP y Ciudadanos- y dijo: “Somos seres humanos imperfectos y cometemos errores”.
Este viernes comenzaban los carnavales de Madrid con una novedad importante: la descentralización. Los actos se trasladaron al barrio de Tetuán, abandonando la zona céntrica habitual. A las cinco de la tarde, los 'Títeres desde abajo' comenzaron a representar 'La bruja y don Cristóbal' ante niños de entre uno y ocho años. La simulación de un apuñalamiento, una violación, el asesinato de una monja, un aborto obligado y la aparición de una pancarta que rezaba 'Gora Alka-ETA' provocaron la paralización de la obra y la detención de los dos titiriteros por parte de la policía municipal.
Carmena duda preguntada por la retirada de Mayer
Mayer reconoció el “grave error”, pidió disculpas y anunció una depuración de responsabilidades entre las que no estaba su dimisión. Preguntada por su posible cese, evadió la respuesta y obvió el 'sí' o el 'no'. Cortó las relaciones laborales con los dos programadores sobre los que había delegado la coordinación del carnaval e interpuso una denuncia contra los dos artistas, acusándoles de incumplimiento de contrato. Al día siguiente, varios colectivos afines a Ahora Madrid pidieron la liberación de los 'Títeres desde abajo'. El domingo incluso cinco concejales del Consistorio hicieron lo mismo. Agrietado el partido, Mayer anunció en Twitter su intención de retirar la denuncia, lo que Carmena no avalaría al día siguiente.
La alcaldesa de Madrid convocó a los medios para dar explicaciones de lo ocurrido el viernes en el teatro de Títeres de Tetuán. Acatarrada y justo antes de inaugurar el año nuevo chino, dijo sufrir “un enorme pesar” por haber estropeado el carnaval. Reconoció el grave error del Ayuntamiento -que no había visionado la obra antes de contratarla y la calificó de apta para todos los públicos- y trató de apagar el fuego levantado por Mayer anunciando una investigación encaminada a la depuración de responsabilidades.
¿Apartará de su cargo a Mayer? “Celia cuenta con mi apoyo, pero hace falta que veamos si es lo mejor que siga en el equipo”. Es la contradicción con la que terminaba su rueda de prensa Manuela Carmena.