Con la excusa perfecta de los actos conmemorativos del 28F, día de Andalucía, la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha construido un discurso en el que ha podido encajar el mensaje de arrimar el hombro y hacer un llamamiento a la militancia para que dé con su sí, solidez al acuerdo político que Pedro Sánchez ha suscrito con Ciudadanos. Mientras las urnas del partido están abiertas, Díaz ha dicho que se necesita de un gobierno “sensible”, “sólido” y “firme” que permita a Sánchez “poner rumbo a este país cuanto antes”.
Ante la previsible baja participación en la consulta socialista, Díaz parece haber querido evitar que se la acuse de no haber ayudado a la causa, sobre todo, después de que los seis presidentes de las diputaciones andaluzas hayan cuestionado el acuerdo por la desaparición de esta institución. Si Pedro Sánchez pedía nada más depositar su voto un “sí rotundo y claro” a los militantes, ella acudía a la llamada reforzando el mensaje y aparcando las diferencias y las tensas relaciones con Ferraz. Ha recordado que el país “no puede seguir atrapado” y que la solución la tiene Sánchez, más aún ante los intentos de que haya una España de “dos velocidades”.
De forma muy calculada ha evitado mencionar a Podemos, pero no ha dudado en atacarles con crudeza por entender que llegan a la política desde “el odio y el rencor”, acusándoles de tener el “ADN del egoísmo”. Díaz siempre ha sido transparente en su no a Podemos. Su mala experiencia en los 80 días que le costó su investidura pesan y a esto se une la falta absoluta de química con la dirigente andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez. Siempre ha sido palpable en los careos quincenales que mantienen en las sesiones de control al Gobierno andaluz en el Parlamento, pero en el de esta semana ha subido enteros el nivel de crispación entre ambas.
Aprovechando el discurso de la unidad de España y de la igualdad, la misma que los andaluces lograron en 1980 en su reférendum de autonomía, por el que lograron el techo competencial del 151; hasta entonces reservado para Cataluña, País Vasco y Galicia, Díaz ha defendido la necesidad de “un proyecto común”, que ponga a las personas “en el centro de la política”. Lo ha defendido ante quienes sólo buscan “sus intereses”, como el PP, o a quienes lo quieren “atropellar para irse de él, o quieren dejar en papel mojado la Constitución”.
En este juego de “trileros” con el que, a su juicio, algunos quieren “construir” un país a “dos velocidades”, no tiene cabida el que no haya “café para todos". “Que cada uno se tome el café como quiera, pero sabemos que cuando dicen que ‘no hay café para todos’ se refieren a que habrá quien no tenga las mismas oportunidades y habrá que volver a españoles de primera y de segunda”, ha advertido.
La ausencia de Chaves y Griñán
En su defensa de la igualdad, ha señalado que el 28F está “grabado en piedra” y aunque lleguen momentos de modificaciones de estatutos, leyes o la Constitución, “cada vez que asomen la desigualdad y los privilegios de unos frente a otros habrá que poner sobre la mesa aquel 28 de febrero”, ha subrayado.
#YOconAndalucía es el eslogan que el PSOE andaluz ha utilizado para este aniversario del 28F, un acto en el que Díaz ha estado arropada por la mitad de los expresidentes andaluces.
Sus antecesores más cercanos en el tiempo: Manuel Chaves, que ocupó el cargo durante 19 años, y José Antonio Griñán, no asistieron, como viene siendo tónica habitual desde que dejaran sus respectivos escaños por su imputación en el caso de los ERE. Sin embargo, la presidenta andaluza esta vez sí les ha mencionado.
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