El equipo de Pedro Sánchez ha decidido hacer de la máxima presión sobre Podemos la base de su estrategia hasta el día de la investidura. Desde que selló con Ciudadanos el llamado pacto de El abrazo, por el cuadro de Juan Genovés ante el que se solemnizó, la Ejecutiva socialista se afana en tratar de desmontar los argumentos de Pablo Iglesias.
Tras semanas con contadas apariciones en los medios, los socialistas inundaron televisiones y radios, difundieron argumentarios para desmontar las que consideran "mentiras" de Podemos y arremetieron contra la formación morada por falta de voluntad.
La presión seguirá hasta el día de la investidura mientras el equipo negociador de Sánchez sigue negociando con el PNV y otras fuerzas hasta que se conozca el desenlace de la consulta a la militancia, este sábado por la noche.
Fuentes de la Ejecutiva consultadas por EL ESPAÑOL advierten de que además de la presión mediática y Sánchez baraja una oferta de última hora a Pablo Iglesias. Se concretaría previsiblemente entre la primera votación de investidura, que requiere una muy improbable mayoría absoluta, y la segunda, 48 horas después, para la que sólo se necesita mayoría simple.
"Compatible con el acuerdo con Ciudadanos"
"La oferta no puede ser de gran calado ni una gran cesión al programa de Podemos, porque debe ser compatible con el acuerdo con Ciudadanos", en palabras de un miembro de la Ejecutiva. Está por ver si se trataría de algún gesto político que cuente con la aprobación de Rivera y neutralice alguno de los reproches de Podemos o si podría llegar hasta alguna oferta de puesto en el Ejecutivo.
En el PSOE ya trabajan con la convicción de que Podemos votará "no" de todos modos a Sánchez, pero quieren que, de cara a la etapa que se abrirá tras la segunda votación, Iglesias haya pagado el coste de no investir a un presidente socialista.
Mientras se concreta la oferta, Sánchez volvió a la carga este viernes en un encuentro con militantes. Aunque el PSOE le llamó "asamblea abierta" y convocó a los medios de comunicación, una vez pronunciados los discursos iniciales los periodistas fueron invitados a abandonar la sala mientras los afiliados hacían preguntas al candidato.
En su intervención, Sánchez recordó que "otros dijeron que el PSOE se abstendría para que Rajoy sea presidente, algunos que nos dan lecciones de izquierda. Son tan de izquierda, tan de izquierda, tan de izquierda, que son capaces de votar en contra de un candidato del PSOE para que siga gobernando el PP".
Hasta la primera investidura, la retórica agresiva contra Podemos iniciada por el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando (que llegó a decir que la esperanza de Rajoy se llama Pablo Iglesias, a quien tachó de "mentiroso"), irá in crescendo.
Pero Sánchez quiere ser investido en la segunda votación, consciente de que tras ella su margen siempre será más reducido. Ciudadanos juega a dos bandas, la del PP y la del PSOE, y podría utilizar el acuerdo con Sánchez para acercarse a Rajoy en los puntos que compartan los conservadores.
El calendario interno del PSOE
Además, el líder socialista podría ver cómo crece la oposición interna. Según fuentes cercanas al socialismo andaluz, Díaz no ha cejado en su empeño de dar el salto a Madrid y espera su momento. Si el rey designara a otro candidato a la investidura y Sánchez perdiese posibilidades, la presidenta andaluza podría reactivar la marejada interna, que cuenta con un congreso federal que ya tiene fecha en el calendario.
Es por eso que Sánchez pretende romper el tajante "no" en las filas de un Podemos que es diverso y que tendría difícil tener que cargar con la culpa de que se celebren nuevas elecciones, en caso de que los socialistas consigan asentar ese clima de opinión.
"Se lo voy a poner difícil a quien no quiera. Pondré difícil a Iglesias votarme no", dijo este jueves Sánchez en declaraciones a 20 Minutos. Las preguntas son cómo y con qué éxito.
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