Manuela Carmena ha puesto sesenta millones de euros en manos de los madrileños. Los presupuestos participativos -intensamente publicitados por el Ayuntamiento- atraviesan una fase de notable importancia: recogidas las propuestas, los ciudadanos deben decidir cuáles serán las finalistas.
Las urnas virtuales están abiertas hasta el 15 de abril. El listado acumula más de 5.000 -1.000 han sido eliminadas por no ser viables y podrían desaparecer algunas otras- y acumula proyectos tan llamativos como un monumento anticorrupción señalando a Génova -sede del PP-, una estatua en honor a los toros muertos en Las Ventas o la construcción de huertos en la cima de los edificios municipales.
El responsable de participación del Ayuntamiento, Pablo Soto, aseguró que -aunque no había tenido tiempo de revisar las 4.000 ideas- no había ninguna que le llamara la atención por su carácter excéntrico y se refirió al sentido común que caracterizaba la mayoría de ellas. No obstante, entre los carriles bici, las zonas para perros y la mejora de los accesos a parques y recintos, destacan algunas tan llamativas como éstas, que también han recibido apoyos.
Un monumento anticorrupción en Colón
El monumento anticorrupción en Colón ha sido refrendado, de momento, por tres personas. Se ubicaría en “el pedestal vacío de la esquina de la calle Jorge Juan, en la entrada del teatro Fernando Fernán Gómez, donde se situaba el monumento a Cristóbal Colón”. El autor de la propuesta señala la posibilidad de que la estatua en cuestión señale hacia Génova -donde se encuentra la sede del PP- y de que se abriera un concurso nacional que eligiera el modelo. Estima un coste de 400.000 euros.
Otra de las posibles construcciones que más destaca entre las propuestas es la de levantar un monumento a los toros muertos frente a la puerta principal de la plaza de Las Ventas. Al igual que la estatua anticorrupción, ha conseguido tres apoyos. En este caso, el coste estimado por el autor es menor: 60.000 euros.
De llevarse a cabo esta otra propuesta, la plaza de Colón quedaría aglomerada. Hay quien pide levantar un rocódromo donde poder escalar y “realizar campeonatos internacionales”. Calcula que la alargada pared con asideros costaría al Ayuntamiento unos 500.000 euros.
Libertad para el botellón
Más de un ciudadano ha pedido que se habiliten zonas para el botellón. Con un éxito de veinte votos, el autor de una de estas propuestas asegura que si existieran estos lugares “los focos de suciedad estarían controlados, podrían vigilarse, y los jóvenes tendrían un sitio al que ir a beber sin correr el riesgo de recibir una multa abusiva, que seguramente pagarían sus padres”.
También cabe la posibilidad -si la propuesta prospera, aunque está lejos de la cabeza de la clasificación- de que los edificios públicos se cubrieran de verde. Cubrir los techos de vegetación, con una membrana impermeable, mejoraría la climatización del edificio, reduciría el riesgo de inundaciones y filtraría contaminantes, asegura el autor.
Por un bosque y un circo mágico
Otro madrileño ha decidido intentar que Madrid cuente con un bosque mágico. “Con el propósito de vivir en una ciudad más verde (…) creo que sería increíble poder contar con un espacio en el que cada uno pueda tener un árbol del que encargarse personalmente. Dentro de unos años, se acabaría convirtiendo en un bosque de grandes dimensiones”.
El término “mágico” también va asociado al circo. ¿Por qué no un circo mágico en Madrid? “Nuestra propuesta es comprar una carpa”. Si el Ayuntamiento cuenta con ella, dice el autor, se podrían realizar las siguientes actividades: talleres para los vecinos, espectáculos, prácticas de los alumnos de instituto… Y si no, se podría instalar un bar dentro, concluye quien propone.
En los cuatro días que lleva la votación abierta, la más apoyada -de las que afectan a toda la ciudad en su conjunto- ha recibido 418 votos, y se trata de “un carril bici real” que recorra Madrid. El Consistorio, explicó el concejal de Participación, Pablo Soto, no tiene miedo al quorum. Ya aprobó la remodelación de la Plaza de España con poco más de un 1% de participación.
El quorum, dijo Soto, puede llegar a ser negativo porque puede utilizarse “para boicotear” procesos de participación. “Hay veces que a alguien que está en contra de algo le sale incluso más rentable no votar”. El Ayuntamiento podría aprobar algunas inversiones en sus próximos presupuestos con tan sólo el apoyo de cerca de quinientas personas.