Pasaban dos minutos de las ocho de la tarde cuando el presidente del Gobierno en funciones aceptaba la última pregunta de los periodistas que le esperaban en La Moncloa tras su visita al Rey Felipe VI. Era la tercera vez que acudía a La Zarzuela, la primera que se consumaba el bloqueo institucional, como él mismo recordó minutos antes en su comparecencia. "Es la primera vez en la historia de la Democracia que se repiten unas elecciones generales".
Ni siquiera la excepcional situación pudo con los planes de Mariano Rajoy, que no se esperó ni un solo minuto con los informadores para contextualizar más datos de uno de los días más frenéticos de la legislatura fallida. Con paso firme y mirando el reloj de su pulsera, recordaba la razón de sus prisas. "Venga, que a menos cuarto empieza el fútbol". Se refería al partido que disputaba el Real Madrid contra el Manchester City tres cuartos de hora después.
Soraya responde
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, hizo en este caso de interlocutora directa de Mariano Rajoy e intentó responder todas las dudas que aún surgían entre los periodistas. De hecho, conversó durante más tiempo del que habitualmente comparten los miembros del Gobierno con los informadores tras una comparecencia pública en Moncloa.
Mariano Rajoy ofreció la comparecencia más breve del día. En un tono muy tranquilo, volvió a poner encima de la mesa su pacto de fuerzas constitucionales y reprochó a los demás líderes políticos no haber entendido el mensaje de las urnas. "Creo que el PP no se ha dejado llevar por la ansiedad, que es es mala consejera siempre. En estos cuatro meses no nos hemos apuntado al carrusel de ocurrencias que hemos visto".
Tras dar las gracias a los militantes que depositaron su voto en él, volvió a asegurar que se sentía respaldado por su partido y advirtió a aquellos que lo ven fuera de juego que se veía con ganas para continuar. "Me siento como si estuviera en la mitad de la tarea", llegó a decir. Y asumió pocos errores como propios en esta investidura fallida. "Probablemente he cometido algún error, pero es que los demás creen que no los han cometido", matizó.
Rajoy no quiso enseñar la baraja de cartas que esconde de cara al 26-J. Ni siquiera confesó si está dispuesto a enfrentarse a otro 'cara a cara' con Pedro Sánchez similar al de hace unos meses, cuando el secretario general del PSOE le llamó "indecente" y le sacó de sus casillas. "Será el jefe de campaña quien lo decida", matizó.
La batalla del cuerpo a cuerpo
El líder del PP tampoco quiso entrar en la batalla del cuerpo a cuerpo contra el líder socialista y no pidió su marcha para intentar tender puentes con el PSOE. Solo le achacó un "cierto sentido del humor" cuando escuchó que Sánchez sí le acusa directamente a él y a Pablo Iglesias de ser los culpables de este fracaso colectivo. "Fue el PSOE quien mantuvo una reunión a 18, quien quiso pactar con C´s y Podemos a la vez". Qué pasará después del 26-J todavía es una incógnita.