Las elecciones del 26 de junio serán las últimas en las que Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se presentará tal y como la hemos conocido durante los últimos 40 años. El proceso de renovación en el que está inmerso el partido se inclina cada vez más hacia la creación de una nueva formación política cuyas siglas están por determinar. Entre renovar el actual partido o empezar uno de cero, la mayoría de cuadros se inclina por hacer borrón y cuenta nueva.
Entre estos dirigentes se encuentran los más influyentes del partido. Desde Artur Mas hasta la portavoz de la formación, Marta Pascal; el líder de CDC en el Congreso, Francesc Homs; el presidente del grupo de JxS en el Parlament, Jordi Turull y el coordinador de régimen interno del partido, Francesc Sánchez. La unanimidad entre los dirigentes es tal que ningún cargo importante se ha manifestado públicamente en contra de la posibilidad de crear una nueva plataforma política.
Militantes y simpatizantes registrados votarán el 21 de mayo entre dos opciones: crear una nueva formación o bien renovar la actual. Una vez se sepa qué camino debe tomar el partido, el proceso de refundación -o renovación- se hará efectivo en un congreso que se celebrará los días 8, 9 y 10 de julio.
El papel de CDC en la política catalana y española ha cambiado significativamente durante los últimos años. La formación ha pasado de contribuir a formar Gobiernos de todos los colores en Madrid a defender la creación de un Estado propio para Cataluña. En el partido consideran que este giro ha aparcado el debate ideológico hasta el punto que nadie sabe qué tipo de partido es actualmente CDC. En su seno se encuentran desde socialdemócratas hasta neoliberales y las distintas facciones quieren aprovechar el congreso de julio para influir en los postulados del futuro partido.
Mas, a favor de un nuevo partido
A pesar de que serán las bases quienes decidan, los mensajes de los dirigentes calan entre la militancia y cada vez son más los cargos que defienden la creación de una nueva formación política. El último en pronunciarse ha sido el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, que ha anunciado que defenderá la creación de un nuevo partido para “ensanchar la base y ser mejores”. El expresident controla el partido desde hace años y su opinión probablemente ha influido en los mensajes del resto de dirigentes.
A pesar de reivindicar nuevos liderazgos, Mas no tiene ninguna intención de dar un paso atrás una vez se haya culminado el proceso de renovación. “Es lógico que espere a los resultados de la consulta para definir mi papel en el futuro proyecto”, afirmó el jueves en una entrevista en TV3. “Pero si impulso esto, es lógico que luego asuma algún papel”, remachó. El expresident, además, avanzó que ese papel “sería más activo” en el caso de que las bases opten por crear un partido de cero.
Más allá del nuevo papel que jugará el expresident, Mas ha prometido ser neutral en la guerra interna para dirigir la formación a partir de julio. El expresident reconoce que tiene “nombres en la cabeza” para el puesto de coordinador general, pero se ha comprometido con todos los candidatos a no influir en las primarias.
Los liberales preparan su órdago
Otro sector destacado del partido que apuesta por crear una nueva formación es el de los liberales de CDC, agrupados en torno a un corriente llamado Llibergència. Este corriente, encabezado por el exconsejero y hombre de confianza de Mas Germa Gordó, es uno de los mejores situados para tomar las riendas del partido a partir de este verano.
Gordó lleva meses recabando apoyos tanto entre las agrupaciones territoriales como entre los distintos cuadros del partido. El exconsejero defiende un nuevo partido de centro “socio-liberal” en el que también tengan sitio los defensores del “derecho a decidir”. Gordó pretende impulsar su candidatura a través de una plataforma llamada Nova Convergència, que ya cuenta con el apoyo de la federación de Barcelona, una de las más influyentes en el partido.
El primer paso de esta plataforma es el desafío que ha presentado a Francesc Homs, el actual presidente del grupo parlamentario de CDC en el Congreso. El sector liberal ha impulsado una candidatura alternativa a Homs para el 26 de junio liderada por una de las personas más próximas a Germà Gordó, la abogada Sílvia Requena.
Sólo seis meses después de los comicios del 20 de diciembre, Homs será el primer cargo del partido que deberá pasar por un proceso de primarias para ser cabeza de lista. Estas primarias, inéditas en un partido como CDC, serán el aperitivo de la lucha que se librará en julio para controlar la formación.
El dilema de las siglas
Lo que nadie se atreve a predecir es si, ya sea con nuevo partido o no, quedará algo de las actuales siglas del partido. El sector liberal no se ha manifestado al respecto y algunos de los dirigentes más veteranos creen que debería mantenerse alguna referencia a la Convergència original.
A nadie se le escapa que la losa de la corrupción pesa sobremanera sobre las actuales siglas, pero entre los veteranos existe la sensación de que los cuadros más jóvenes intentan renegar de cualquier legado anterior del partido. “No se trata de enterrar CDC”, respondió Mas el jueves. “Se trata de hacerla renacer y coger todos los activos buenos y dejar los pasivos”.
Mas no concretó si las siglas forman parte de los “activos buenos” o de los “pasivos”, pero confesó le era “bastante indiferente” el asunto de la nomenclatura. ”Si se trata de hacer una criatura nueva se puede llamar igual que los padres o no”, afirmó el jueves. “Pero no por ello deja de ser su hijo”.