A pesar de las dificultades financieras por las que pasa la Generalitat, el Govern presentará este martes unos presupuestos “expansivos”. Así lo ha avanzado este lunes el conseller de Economía, Oriol Junqueras, que ha anticipado que el proyecto de presupuestos prevé un incremento de al menos 750 millones en partidas como Sanidad, Educación y Servicios Sociales.
Junqueras ha respondido de esta manera a las nuevas exigencias de la CUP, cuyas bases decidieron el domingo “librarse” del acuerdo de estabilidad parlamentaria que tienen con Junts pel Sí (JxS). La militancia también decidió no aprobar unos nuevos presupuestos si estos no concretaban la “desobediencia” a los mercados financieros y al Estado español. Ante las nuevas reclamaciones planteadas por la CUP, el Govern desplegará unas cuentas que incluyen un aumento significativo del gasto social para presionar a la formación anticapitalista.
Junqueras ha concretado que el aumento implicará 317 millones más en Sanidad, 211 en Educación, 177 en Servicios Sociales y 50 en Universidades e Innovación. El también vicepresidente del Govern ha desplegado su perfil más conciliador y ha evitado cualquier reproche a la formación asamblearia. Junqueras no se ha referido a la ruptura del pacto de estabilidad parlamentaria y se ha mostrado confiado de que la CUP apoyará las nuevas cuentas. El vicepresidente incluso ha calificado al partido asambleario de “socio absolutamente fiable y prioritario”.
Según el consejero de Economía, en los presupuestos “no habrá ingresos pintados ni facturas por pagar a final de año” y se destinará el 73% a gasto social. “Son unas cuentas muy realistas que no generarán expectativas que luego no se podrán cumplir”, ha añadido en una entrevista en Rac1.
Lo que sí habrá serán varios impuestos suspendidos por el Tribunal Constitucional, aunque no los anulados, así como los 1.400 millones de euros que Cataluña debe recibir este año por la liquidación del sistema de financiación autonómica de 2014, informa EFE.
Un pacto en horas bajas
Nada indica que las buenas palabras de Junqueras y el aumento del gasto social sean suficientes para lograr el apoyo de la CUP. El portavoz del secretariado de la formación, Xavi Generó, ha reclamado a los miembros del Govern que no tengan miedo a ser inhabilitados y ha exigido que los presupuestos incluyan impuestos anulados por el Tribunal Constitucional. “Debemos saber si estamos en el camino correcto hacia la ruptura. No debemos tener miedo”, ha afirmado Generó.
Ante el clima enrarecido entre los dos socios independentistas, los mensajes más duros han corrido a cargo de CDC. El expresidente Artur Mas -que ha ofrecido dos entrevistas en los últimos cuatro días- ha acusado a la CUP de “plantear las cosas de manera apocalíptica” y ha asegurado que el pacto que firmaron en enero sí que incluía la aprobación de los presupuestos. Mas incluso ha cuestionado la durabilidad de la legislatura en el caso de que no se puedan aprobar unas nuevas cuentas. El candidato de CDC para las elecciones generales, Francesc Homs, ha reclamado a los anticapitalistas que generen un “clima de confianza” y dejen de hacer “marcajes”
Lo que ninguna de las dos partes niega es que la sintonía en el Parlament duró muy poco. Cuando firmaron el pacto de estabilidad, JxS y la CUP acordaron que dos diputados anticapitalistas “se integrarían en la dinámica de JxS” y votarían junto a la coalición en las decisiones en que se cuestionara la estabilidad del Govern. Esa integración sólo duró una reunión: las diputadas Anna Gabriel y Gabriela Serra acudieron a un encuentro con los 62 diputados de JxS y ya nunca más volvieron.
A pesar de que la reunión semanal entre las direcciones de los grupos se ha mantenido, no ha servido para que JxS dejar de perder votaciones en el Parlament. Según un cálculo hecho público por el PSC, la coalición de ERC y CDC ha perdido 64 votaciones entre votaciones en el pleno y en comisiones durante los últimos cuatro meses.
Unas nuevas “plebiscitarias”
La sensación de improvisación sigue reinando entre los partidos independentistas y cada semana aparecen nuevas propuestas para llevar a cabo la ruptura. Mas también ha dicho la suya y este lunes ha planteado la celebración de unas nuevas elecciones catalanas en forma de “plebiscito puro”.
El expresident ha respondido así a la reclamación de la CUP de celebrar un “referéndum unilateral” en enero de 2017. Mas ha criticado esa opción ya que, según él, los partidarios del ‘no’ a la secesión no irían a votar -algo que ya sucedió en la consulta de 2014- y esto quitaría legitimidad al referéndum.
La nueva propuesta lanzada por el expresident pasa por hacer unas nuevas elecciones en las que se contabilizarían los votos y no los diputados. Esta propuesta, según Mas, obligaría a los detractores de la independencia a ir a votar ya que, en caso contrario, “quedarían fuera del Parlament”. El expresident ha matizado, no obstante, que esa alternativa es una decisión que debería tomarse cuando la situación “llegase al límite”.
La opción defendida por Mas choca con la hoja de ruta con la que se presentó a las elecciones autonómicas del pasado septiembre. El programa de JxS preveía una legislatura donde se prepararía la secesión y se culminaría con unas elecciones para iniciar un “proceso constituyente”. Según los planes del programa de la coalición, el referéndum sobre el texto que saliese de esa fase constituyente sería la consulta sobre la independencia.