El comisario de Policía José Manuel Villarejo ha querido desviar la atención en su declaración como investigado en el caso del pequeño Nicolás apuntando a la existencia de la "Operación Cataluña", una estrategia orquestada desde el Ministerio del Interior contra la independencia catalana. En su interrogatorio ante el juez de Madrid Arturo Zamarriego, este mando policial ha intentado desacreditar la versión del comisario que se ha encargado de la investigación contra él sobre su presunta participación en una grabación ilegal de una reunión mantenida entre el comisario de Asuntos Internos -el mismo que le está investigando- y dos agentes del CNI para hablar de Francisco Nicolás Gómez Iglesias.
Según fuentes presentes en el interrogatorio, el agente ha explicado que en 2012, año en el que se ordenó buscar actividades delictivas de políticos catalanes independentistas, trabajó mano a mano con el comisario Marcelino Martín Blas, que ahora le investiga a él.
La "Operación Cataluña", como la ha llamado Villarejo, es a la que hacía referencia el ministro del Interior en funciones en las reuniones con el jefe de la Oficina Antifraude Catalana, Daniel de Alfonso. En las grabaciones de estos encuentros, difundidas por el diario Público, quedan en evidencia estrategias para frenar la escalada soberanista en Cataluña.
Villarejo ha relatado que en 2012 mantenía una relación intensa con Martín Blas, responsable de Asuntos Internos de la Policía, porque ambos estaban involucrados en la "Operación Cataluña", como él mismo la ha llamado, según relatan fuentes presentes en el interrogatorio. Estuvieron comiendo, cenando y viajando juntos por ese asunto.
De esta manera, Villarejo pretende desmontar la versión de Martin Blas de que ambos comisarios no se conocían prácticamente de nada. El investigado fecha la enemistad entre ambos cuando el jefe de Asuntos Internos comienza a investigar a una serie de policías en el marco de la 'Operación Emperador' contra la mafia china.
Según la versión de Villarejo, éste le recriminó que estuviera investigando a agentes a espaldas del juez responsable de la investigación, el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. Es más, tras la investigación realizada por Asuntos Internos, se presentó un informe en la Fiscalía Anticorrupción, que pidió la imputación, de los cuales finalmente ocho de ellos se sentarán en el banquillo de los acusados.
Objetivo: desacreditar a los investigadores
Según Villarejo, por venganza por reprocharle tal cosa decidió hacer constar en el informe del 'caso Emperador' que su hijo quiso hacer un negocio con miembros de la comunidad china. A raíz de ahí comenzó la enemistad entre ambos.
De esta manera, el comisario pretende desacreditar la versión de Martin Blas de que él no tenga enemistad manifiesta contra este comisario. Tampoco concuerda la declaración del comisario investigado por su vinculación con el comisario que ha dirigido la investigación contra él. Matin Blas aseguró al juez en sede judicial, cuando declaró como testigo, que no conocía de nada a Villarejo hasta que un día se lo presentó el director general operativo, Eugenio Pino.
El ya exjefe de Asuntos Internos acusa a Villarejo de orquestar la grabación ilegal de una reunión en la que participó el propio Martin Blas como varios agentes del CNI sobre la investigación del 'pequeño Nicolás'.
La versión de los agentes que investigaron este caso, y por lo que el juez ha imputado a Villarejo, es que éste ordenó grabar esa reunión para hacérsela llegar al joven impostor y que solicitara así la nulidad de todas las actuaciones judiciales al intentar demostrar que en ese encuentro se hablaba de lavar pruebas.
“Panda de delincuentes”
La razón por la que Villarejo habría querido ayudar al pequeño Nicolás, según recoge la investigación, es porque éste tenía algún tipo de relación con el joven, que lo demuestra el papel encontrado en casa del chico con unas anotaciones sobre él. Sin embargo, el comisario ha asegurado ante el juez que no conoce de nada a Francisco Nicolás y ha afirmado que quien le da los datos sobre la identidad de Manuel Villar que él utiliza como agente secreto es el empresario Javier de la Rosa. La Abogacía del Estado le ha preguntado cómo De la Rosa saber que Manuel Villar es él, si se trata de una identidad secreta. “Porque todo se sabe”, ha espetado él, según las fuentes presentes.
En su interrogatorio, Villarejo ha asegurado que no tiene nada que ver con la grabación a Martin Blas. Es más, ha explicado que tuvo conocimiento a través de un medio de comunicación que la hizo pública. Ha indicado que fue “objeto de chanza” que un comisario principal de Asuntos Internos fuera grabado y éste no se diera cuenta. A lo largo de toda la declaración, Villarejo ha utilizado términos despectivos hacia el comisario, al que ha tildado de “torpe” y de “panda de delincuentes”, en referencia a Martin Blas y su gente.
Antes de Villarejo, este mismo miércoles ha declarado el miembro del Cuerpo Nacional de Policía que a realizado el informe sobre la grabación ilegal. Según ha testificado, en ningún caso en esa reunión, en la que él estuvo presente, se habló de lavar pruebas ni de la existencia de interceptación ilegal de comunicación sobre el pequeño Nicolás, tal y como se pretendió hacer creer.
Así, explicó que la grabación sólo pudo hacerse a través del teléfono de Martin Blas en base a los informes técnicos realizados por la Policía científica, aunque no quedó rastro porque es posible el borrado de ese rastro. Según su tesis, la grabación se activó a través del teléfono del que fuera comisario de Asuntos Internos cuando una persona que trabaja para la mujer de Villarejo le realizó una llamada de trece minutos. Según declaró el propio Martin Blas, nunca cogió esa llamada ni habló con esa persona y de ahí que sospechen que esa llamada activó la un dispositivo instalado en su teléfono.
Villarejo no conoce a nadie
A lo largo de su interrogatorio, el comisario investigado intentó desvincularse de la cúpula policial. A pesar de que las pesquisas llevadas a cabo por los investigadores señalan que Villarejo estuvo en connivencia con el DAO para llevar a cabo la grabación ilegal a Martin Blas y así hacérsela llegar al pequeño Nicolás, en su declaración ha sostenido que su relación con el DAO "no es tan fluida como quisiera" y aseguró que existe "cierta tensión" entre ambos.
Con el secretario de Estado, Francisco Martínez, tampoco mantiene la relación tan estrecha como se desprende de la investigación. Ante el juez ha señalado que sólo despacho con él asuntos de yihadismo, con temas puntuales. En la época que se produjo la grabación, a finales de 2014, "estaban muy pendientes de informaciones sobre terrorismo en Europa".
Sin embargo, del informe elaborado por la comisión policial designada por el juez se sostiene que el secretario de Estado utiliza su teléfono móvil para hablar con el comisario Villarejo mientras el joven está en los calabozos de la Policía y los agentes registran su domicilio el día que fue detenido.
Precisamente, en ese registro apareció un papel escrito con el joven con el nombre del comisario, su identidad encubierta, y el nombre de la empresa que éste tiene. "Se significa que desde la detención de Francisco Nicolás hasta la primera publicación que aparece en los medios de comunicación, el comisario Villarejo Pérez realiza y recibe numerosas llamadas desde su teléfono a teléfonos oficiales, llamando especial atención dos llamadas el día de la detención de Francisco Nicolás, día 14/10/2014, con el secretario de Estado de Seguridad D. Francisco Martínez Vázquez”, recoge el informe policial aportado al magistrado y que ha llevado a la imputación de Villarejo.
Respecto del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el comisario ha asegurado que no tiene ninguna relación con él. "Sólo le he visto dos veces", ha asegurado ante el juez.
El comisario tampoco conoce de nada al pequeño Nicolás, aunque éste hablara de él en su declaración ante la Policía cuando fue detenido. Para desmontar la versión del joven sobre él, Villarejo lanza otra acusación: Hubo visitas al calabozo donde estaba Nicolás antes de su declaración, según le comentaron compañeros. Aún así, él por otro lado ha insistido que desconocía que se hubiese detenido al joven ni sabía nada de ese operativo porque no lo llevaba él.
Los teléfonos, tampoco son suyos
La investigación llevada a cabo por Asuntos Internos recoge un análisis del tráfico de llamadas entre todos los teléfono utilizados por Villarejo y personas que podrían haber participado en la grabación ilegal de la reunión entre Martin Blas y dos agentes del CNI y en la entrega de dicha grabación a Francisco Nicolás Gómez Iglesias para intentar obtener la nulidad de todo el proceso judicial contra él.
Sobre uno de los teléfonos empleado, es del grupo familiar de empresas que tiene y que lo utiliza su mujer; y respecto al teléfono fijo de su casa, el comisario ha negado que él utilizara ese terminal porque "por seguridad" no vive con su mujer.
Villarejo ha insistido que toda la investigación sobre él es todo mentira, una "vendetta personal" del que fuera jefe de Asuntos Internos hacia él.
Noticias relacionadas
- El comisario Villarejo, citado como imputado por la grabación del sumario del pequeño Nicolás
- Todas las claves de la operación de castigo contra el ministro por proteger al comisario Villarejo
- El misterio del Ministerio: Interior es un queso gruyère para grabaciones
- Villarejo aclara que vio a López Madrid "en escasas ocasiones"
- Villarejo también pidió quitar a la dermatóloga la custodia de su hijo y la jueza lo denegó
- El comisario Villarejo, por fin ante la jueza: "No conozco a López Madrid"