Pedro Gómez de la Serna y Gustavo de Arístegui planearon beneficiar con sus negocios a un exministro jordano a cambio de información confidencial del gobierno árabe. El objetivo, según la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, era conseguir una fuente privilegiada cercana al ejecutivo local y engrasar así los negocios fotovoltaicos de Sun Edison, la empresa norteamericana que requirió sus servicios para implantarse en la zona. Según los manuscritos de las reuniones, De la Serna y sus colaboradores sopesaron incluso instalar una de las plantas solares en los terrenos del exministro para conseguir su compromiso con el proyecto.
"El anterior ministro de energías jordano tiene que ser nuestro hombre sobre el terreno. (Antena)", se puede leer uno de los manuscritos sobre las reuniones con Sun Edison, donde se utiliza la terminología de los servicios secretos. De forma tradicional, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) califica como "antena" a los responsables de sus dispositivos de inteligencia en los países donde tiene presencia. La "antena" suele ser el jefe de sus operativos sobre el terreno. En este caso, De la Serna y sus colaboradores quieren que el exministro de Energía haga ese trabajo para ellos. Que ofrezca información de inteligencia sobre los movimientos del actual gobierno. "Tiene que ser nuestra prioridad", refleja otro de los documentos sobre el mismo tema. "Debe ser nuestro guía y antena", explica de nuevo.
El mismo manuscrito refleja las presuntas relaciones entre el político jordano, objetivo de sus gestiones, y "Gustavo", en posible referencia al diplomático Gustavo de Arístegui. "Tiene un terreno para una granja solar", apunta el documento en referencia al exministro. Los documentos de la operación demuestran que De la Serna -que se encarga de la mayoría de las negociaciones sobre este caso- utilizó también como intermediario a otro diplomático metido a conseguidor: Hussein G. Al Rifai, presidente de la Asociación de Derechos Humanos de Oriente Medio, responsable de distintas consultoras y entre 1986 y 2002, ejerció como diplomático en el Ministerio de Asuntos Exteriores jordano.
Según la documentación del caso, De la Serna y sus colaboradores mantuvieron conversaciones con el consejero económico del rey de Jordania y el primer ministro del país. En esas charlas, trataron de conseguir exenciones en el impuesto de sociedades del país, en el pago de la seguridad social local, la obtención de terreno de forma gratuita o a un precio simbólico y apoyo político al gobierno.
Informes sobre la primavera árabe
Entre sus funciones para la multinacional de las energías renovables -que protagonizó el pasado mes de abril la mayor quiebra no financiera de los últimos diez años-, los políticos españoles realizaron incluso informes de inteligencia sobre la primavera árabe, que estalló en febrero de 2011. La multinacional Sun Edison mostró su preocupación de que la inestabilidad política en la zona afectara a sus negocios en Jordania y Marruecos. La respuesta de De la Serna y los suyos fue tranquilizadora: "Nuestros interlocutores en ambos países destacan, por un lado, la preocupación por lo que está ocurriendo en los estados vecinos y por otro lado, la convicción de que ni Jordania ni Marruecos puede correr la misma suerte".
En cualquier caso, los conseguidores españoles tranquilizan a sus clientes, ya que su nivel de contactos en ambos países hace poco probable que tengan problemas, sea cual sea el escenario resultante: "En todos los casos mantendremos interlocuciones oportunas. Máxime cuando nuestra introducción en el país es en los círculos políticos y también en los económicos".