Manual para soportar a 40 grados y en bañador las cuartas consultas del rey
La mesa está servida para tres días de encuentros entre Felipe VI y todos los partidos con representación.
26 julio, 2016 01:11Noticias relacionadas
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Madrid vivirá estos días con casi 40 grados, una temperatura habitual en agosto y que invita a poblar terrazas y chiringuitos luciendo bañador. Sin embargo, el lugar en el que los parlamentarios van a combatir las altas temperaturas es el Palacio de la Zarzuela, donde este martes dará inicio la ronda de consultas de Felipe VI con todos los partidos con representación en el Congreso. El futuro político del país depende de si Mariano Rajoy decide comunicarle al rey que dé luz verde a una nueva sesión de investidura o si desiste una vez más por falta de apoyos.
La mesa está servida. Al monarca le espera el mismo menú que en enero y en abril, cuando se realizaron las anteriores rondas de consultas, solo que ahora aderezado con el calor del verano madrileño. En el resto de España, también con altas temperaturas, seguirán estas reuniones desde playas y piscinas. Mientras tanto, el país acumula ya 215 días con el Gobierno en funciones.
Martes: los 'aperitivos'
El primero en “sentarse a la mesa” de Felipe VI, a eso de las 10.30 horas de este martes, será el diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, un ex del PSOE del que se especuló hace semanas que podía ser la llave que facilitase a Rajoy llegar a los 176 diputados. Así, podría permitir que Sánchez votara tranquilamente en contra del Partido Popular. Sin embargo, ya el propio diputado avanzó que darle el "sí" a Rajoy sería pagar un precio excesivamente alto.
El Palacio de la Zarzuela estará este martes monopolizado por los aliados de Rajoy, entre ellos el asturiano Isidro Martínez Oblanca, cabeza de lista de Foro Asturias y Javier Esparza, de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Ambos fueron en sus respectivas comunidades en coalición con el PP, por lo que su apoyo a Rajoy es indiscutible. Algo más incierto resultará el apoyo de Ana Oramas y su partido, Coalición Canaria, quienes en la segunda votación de la fallida investidura de Pedro Sánchez votaron a favor de PSOE y Ciudadanos. También a ella se la verá el martes por los salones de la Zarzuela, esgrimiendo la bandera de la responsabilidad política.
Por la tarde llega el plato fuerte de la jornada. Alberto Garzón, coordinador federal de IU y republicano confeso, se presentará delante de Felipe VI para ratificar con un "no" en mayúsculas a Mariano Rajoy. Por tanto, solo quedará ver si vuelve a agasajar al “ciudadano” Felipe de Borbón (apelativo que se estila dentro de su partido) con algún que otro ejemplar como en la anterior ocasión, cuando le obsequió con un ejemplar dedicado de su propio libro La Tercera República. Con el nuevo diputado del grupo Podemos, el rey dará por finalizado el catering de la primera jornada de consultas.
Miércoles: 'primer plato', la llave nacionalista
La chicha llega el miércoles. Si el martes era el día de las citas con los representantes de los partidos con menos escaños, el miércoles llegan los nacionalistas y las confluencias autonómicas de Podemos. El Rey se enfrentará ya a un primer plato con varios actores que han venido mostrando premisas contradictorias, pero que pueden resultar claves a la hora de desbloquear (o no) la formación de un gobierno. Mientras que la mañana se presenta jugosa, con dos fuerzas de discurso ambiguo y cuya función puede ser determinante, la tarde será poco provechosa para las expectativas del Partido Popular, con la visita de las confluencias.
De los invitados por la mañana, la posición de dos de ellos es todavía incierta. Felipe VI se verá con Alexandra Fernández, de En Marea, la coalición gallega de Podemos; con Francesc Homs, de Convergencia Democrática (CDC); y con Aitor Esteban, del PNV. La posición de En Marea es clara: no contemplan otra opción que no sea votar en contra de Rajoy, y así se lo comunicará al rey. Sin embargo, las conversaciones más jugosas surgirán cuando entren en escena los independentistas catalanes y los vascos. Ambos se abstuvieron en la votación de Ana Pastor como presidenta del Congreso. Eso abre un haz de luz a Rajoy, quien podría proponer la posibilidad de facilitar en la Mesa del Congreso que tanto PNV como CDC alcanzasen el grupo propio en la cámara. En su visita al Rey, vascos y catalanes podría ser una llave que desbloquease la situación política, incierta y desconocida hasta ahora.
Si alguien tiene claro cuál será el mensaje que le comunicarán al rey, son los socios territoriales de Podemos. Por la mañana, En Marea pondrá en la mesa su “no” a Rajoy, como ya se ha dicho. Por la tarde, se sentarán con el rey los socios catalanes y valencianos. De la mano de Xavier Domènech, En Comú Podem negará también su voto a Rajoy. Lo mismo hará Compromís, y su representante Joan Baldoví. Un segundo día en el que el monarca se encontrará evasivas y negativas por igual, dejando todo por decidir para el día siguiente.
El jueves: los 'platos principales'
El plato fuerte de esta ronda de consultas de tres días está reservado para el jueves, en el que se darán cita con el monarca los cuatro grandes partidos: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos.
El primero en acudir a la cita será el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a las 10.30 horas. Rivera adelantó que diría 'no' a Rajoy en la primera votación y se abstendría en la segunda, y así se lo transmitirá al monarca. Sin embargo, aseguró que se plantearía esa abstención si los populares pactaban con los nacionalistas de CDC, transformándola en un 'no'. El líder de Ciudadanos señaló además que pediría al rey que “convenciera” al PSOE para que se abstuviera en la segunda votación. De este modo, indicó Rivera, “se desbloquearía” la actual situación política.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, volverá a votar 'no' al candidato popular, y así se lo hará saber al rey a las 11.30 horas. Queda pendiente conocer cuánto durará su conversación con el monarca a pesar de su postura inamovible y si le sorprenderá con algún golpe de efecto, como ya hizo regalándole la serie Juego de Tronos.
Se espera que, una hora después, Pedro Sánchez le transmita al monarca lo mismo que Iglesias, aunque el líder socialista recibe presiones tanto dentro como fuera de su partido para abstenerse en la investidura de Rajoy: seis exministros socialistas firmaron un manifiesto para pedir un gobierno con “suficiente apoyo parlamentario” y que se realicen “todos los sacrificios que fueran necesarios, incluso los más personales, para poner fin a esta improrrogable situación del sin gobierno”, lo que se ha interpretado como una llamada de atención directa a Sánchez ya que, si el socialista se abstiene, se podría poner en marcha la legislatura con Rajoy al frente del Gobierno. A pesar de la presión interna y externa -Ciudadanos le pide que cambie su postura- es previsible que en esta cuarta ronda de consultas Sánchez le transmita al rey que el líder popular no tiene su apoyo.
Los independentistas de ERC y EH Bildu se han vuelto a descolgar de esta ronda de consultas, por lo que la última cita del jefe del Estado será a las 17.00 horas con el presidente del Gobierno en funciones y aspirante a la reelección, Mariano Rajoy. Del líder popular se pueden esperar dos movimientos. El primero, que le transmita al monarca que tiene apoyos suficientes y que, por tanto, pueda proponerle como candidato para la sesión de investidura; Rajoy moverá esta ficha en función de lo que transmitan los líderes de Ciudadanos y PSOE por la mañana. La otra opción que tiene el líder popular, como ya hiciera en la ronda de consultas del 20-D, es comunicarle al rey que no cuenta con apoyos y, según dijo, en este caso abriría un “periodo de reflexión”.
Tras las conversaciones, Felipe VI convocará a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para comunicarle si propone a algún candidato para la sesión de investidura o si necesita más tiempo. El primer escenario pasaría entonces a funcionar con la popular, que sería la encargada de fijar la fecha del Pleno de investidura. En el caso de que Rajoy reúna los apoyos necesarios, es previsible que sea el 2 de agosto. De no ser así, Felipe VI podría hacer entonces tres cosas: proponer de todos modos a Rajoy pese a su voluntad; dar oxígeno a los partidos para que negocien el tiempo que necesiten y volver a consultarlos para hacer su propuesta; o, como ya hizo tras el 20-D, iniciar una nueva ronda de consultas para ver si otro candidato tiene o cree posible obtener los apoyos.
En aquella ronda de consultas el elegido fue Pedro Sánchez. Como el líder socialista no consiguió el aval de la Cámara para ser presidente ni en primera en segunda votación, el Rey convocó una tercera ronda de reuniones a finales de abril, donde constató la falta de consenso para un candidato a la investidura antes de que se cumpliera el plazo oficial de dos meses tras la primera votación de investidura, en este caso el límite era el 2 de mayo. Al día siguiente, Felipe VI firmó el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones el 26 de junio.
En esta ronda de consultas, la cuarta desde el pasado 20 de diciembre y, sin duda, la más calurosa, el menú de reuniones es el mismo para Felipe VI. Lo que esperan los españoles, estén en la playa, en la piscina o apurando los días antes de sus vacaciones, es que el resultado no vuelva a ser indigesto.